RUNAWAY *°*•KatsuDeku•*°*

¿Qué Salió Mal Con Nuestro Amor?

Mientras manejo por la carretera me pregunto ¿qué salió mal con nuestro amor?
Un amor tan fuerte...

Mi mano en el acelerador, impulsa el motor de mi motocicleta que al compás de mis demonios internos parece rugir.

La velocidad me calma, serena mi atormentada mente que no deja de recordarte... Mi pequeño fugitivo.

Llego al maldito bar de siempre y estaciono mi Harley Davidson Sport Glide ... <La motocicleta que tanto te gustaba Izuku> Aprieto mis puños frustrado.

Todo el lugar apesta a cerveza y cigarros baratos... Como siempre.

Entro, la puerta rechina anunciando mi llegada al grupo que me espera en una mesa aislada del resto.

...

–¡Katsubro! Por aquí.

–Ya cállate imbécil.

Me siento con ellos, Sero fuma mientras el idiota de Denki ya esta ebrio en los brazos del pelomierda. Algo en mi interior se retuerce al verlos besarse.

–Ya paguen motel gays de mierda.

El rubio me muestra el dedo de en medio, mientras Kirishima lo protege celosamente en sus brazos.

–Cómo si tú no suspiraras por cierto pecoso.

–¡CÁLLATE HIJO DE PUTA!

Sero me detiene, pues quiero partirle toda la madre a ese imbécil.

–Ya, cálmate Bakugo, y tú Kirishima no tientes tu suerte.

Calmados, comenzamos con lo que venimos a hacer como cada viernes, emborracharnos.

Las rondas de cerveza comienzan a llegar.

<Maldito mesero miedoso... Me recuerda a ti Deku>

...

Que mencionen al peliverde que conoció en ese mismo bar lo pone mal... Ahogando sus penas toma el tarro lleno de la espumosa cerveza oscura, la que le gusta. Los otros sonríen, charlan de tonterías pero no podrían importarle menos, disperso como la bruma comienza a recordar...

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Bebiendo, entre gritos y palabrotas celebraba con su bakusquad el haberle ganado a la pandilla del imbécil de Shinso. Orgulloso de ser el más rápido y temido de la ciudad.

–¡Mesero! ¡Otra ronda para estos granujas!

Los cuatro levantaban sus tarros gritando. Esperaban a Mineta el mesero bobo que siempre agitaba sus cervezas.

Su mundo se paró - igual que cierta parte de su cuerpo- viendo el sexy bamboleo de esas lindas caderas, un rostro angelical, sonrojadas mejillas decoradas con pecas, labios endemoniadamente tiernos tan deliciosos a la vista y ¡Maldición! Sus iris rubíes se clavaron en esos orbes jade que parecían brillar cuál estrellas en su rostro.

El mesero peliverde llegó con una bandeja llena de tarros de cerveza, tímidamente comenzó a ponerlos uno a uno sobre la mesa, sus Malditos pantalones explotarían si volvía a verlo inclinarse así sobre la mesa.

No pudo evitarlo, la nalgada que le dio resonó en todo el bar. Su rostro sonrojado mientras apretaba el azafate contra su pecho fue todo un poema. Se rió altivo, emocionado se paró a su lado.

–Oi hermoso quiero verte después de tu turno...

–D-disculpe y-yo no...

Maldición su voz era preciosa, quería oírla gimiendo su nombre.

–Vendré por ti a las 7 lindo.

Le dio unas palmadas en la espalda al pecoso que nervioso se alejó para atender otra mesa.

El bakusquad estaba tan ebrio que no había notado su descarado coqueteo.

...

Al salir del bar Kirishima llevaba a Denki en su motocicleta sinski 150, tuvieron que atarlo a su espalda pues iba dormido. Sabían que el pelirrojo se lo follaría hasta el amanecer.

Sero se marchó en su Shadow, mientras él encendió un cigarro, faltaba poco para que el pecoso saliera. Ni loco lo dejaría ir.

Escuchó la puerta abrirse y ahí estaba de nuevo el peliverde que tembló al verlo.

–Hola hermoso ¿nos vamos?

–D-disculpe, no nos conocemos y...

–Katsuki Bakugo, pero tú puedes llamarme como quieras Deku.

–¿Deku? Soy Izuku Midoriya.

–Ves ya no somos desconocidos. -Le sonreía coqueto- ¿qué dices solo un paseo?

El pecoso observó al rubio, no podía negar que era guapo, le había llamado la atención desde que lo vio con el ceño fruncido hablando con su grupo. Recordó que nadie lo esperaba en el cuarto donde alquilaba así que aceptó.

–Agarrate fuerte Deku.

Al sentir el motor rugir y el movimiento de la motocicleta pasó sus manos por el abdomen del rubio quien sonrió al sentir los brazos delgados del pecoso rodeándolo, aceleró haciendo que él lo abrazara más fuerte.

Llegaron a un parque donde acostados en la grama de la parte más solitaria observaron las estrellas, el pecoso encantado le platicaba sobre las estrellas del cinturón de Orion, mientras él de la única constelación que disfrutaba era la que formaban sus pecas.

–Eres demasiado lindo.

Acarició su mejilla acercándose a su rostro hasta besarlo, el pecoso lo permitió así que lo besó rudo y profundo.

Esa noche llevó al lindo pecoso a un motel de carretera donde entre gemidos y caricias alcanzaron el cielo por primera vez.

Marcas rojizas en su cuello y su palma marcada completa en sus caderas fueron la seña de que ese pecoso era suyo.

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Cansado de las tonterías de Denki que se restriega en la entrepierna del pelirrojo, se levanta de su silla, necesita fumar, llevan horas bebiendo, el alcohol recorre su sistema haciéndolo ver mal por un momento.

–¡Izuku!

Voltea al pobre mesero a la fuerza, el joven de rizos negros y esponjados lo ve asustado.

–D-di-disculpe señor ¿P-puedo ayudarle?

–... No, tú no imbécil, sólo... Lo necesito a él...

Lo suelta y camina a la puerta del bar.

Necesita salir, estar allí solo le hace recordarlo más. Sin importarle su estado sale. No quiere dar explicaciones a los idiotas de su grupo ¿para qué? Ellos no lo traerán de regreso.

Saca de su chaqueta de cuero las llaves de su motocicleta, mete la llave y la gira, la arranca a patada y se marcha, cambiando las velocidades para acelerar cada vez más.

<Quiero verte Deku, mi pequeño fugitivo... Te encontraré>