et sanguinem requiem

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6 meses habían pasado desde la desaparición de Katsuki Bakugo, de los más recientes casos, todos eran oficiales de policía, entre las víctimas estaban, además de Bakugo, Shota Aizawa, Kaminari Denki y Eijiro Kirishima, casualmente todas tenían un mes de diferencia, nunca se supo de su paradero, aunque ustedes son sabios detectives y saben bien quien es el culpable, ¿O no? Sea como sea, Ochako fue enviada para investigar al principal sospechoso: Izuku Midoriya, eso le vino de perlas, ya que debía aclarar porque demonios había firmado el acta de divorcio si en repetidas ocasiones le había dicho que la amaba demasiado, de manera excesiva, pero todas esas palabras no significaban nada ahora que ya no la amaba, o tal vez si...

Las horas pasaron lentas y graduales, horas que se le hicieron eternas a nuestra herida y desorientada castaña favorita, estimado lector(a), ¿Tu no te sentirías herid@ si el que crees el amor de tu vida, con quien ya tuviste un hijo, te pidiera el divorcio? Yo si, pero fuese como fuese, Ochako no firmó los papeles, es más, incluso los rompió, cosa que enfadó de sobremanera a su padre, sin embargo, Ochako ignoraba porque, ¿Acaso hacerla infeliz provocaba alguna clase de satisfacción en su triste y lúgubre existencia? Tal parecía que si, pensamientos deprimentes que sin duda dejarían meditabunda a Uraraka  por el resto del camino

34 minutos después...

Midoriya extrañaba mucho a su esposa, creía que Yanagi iba a llenar ese vacío pero no fue así, aparentemente ella no buscaba nada serio después de todo, disfrutaba de pasar tiempo con el, pero nada más, desde hace algún tiempo había dejado de frecuentarla, lo que se puede traducir como una ruptura, en este momento Midoriya lloraba amargamente por dejar ir a la única mujer que lo pudo amar de verdad, en las noticias se reportaba la desaparición de los amigos de Bakugo y su supuesta responsabilidad en tales desapariciones, ¿Acaso el era el único homicida que la gente conocía? Estaba indignado por tales acusaciones, apagó el aparato y empezó a caminar lenta y dolorosamente (luego de días y días de estar sentado sin hacer nada, ¿Quien sentiría las piernas?) justo antes de empezar a subir las escaleras, escuchó el timbre de su residencia, intrigado, fue a abrir, y cual fue su sorpresa al encontrar a la mujer a la cual estaba llorando hace unos momentos

-Ochako...
-Callate, no tienes derecho a llamarme por mi nombre, pedazo de...
-¡No sabes cuanto te extrañé, jamas volveré a separarme de ti, cometí un error que no estoy dispuesto a repetir, pero por favor perdoname!
-¿Ok? Como sea, vengo a ver lo de los desaparecidos, ¿Sabes algo?
-Aparte de lo que dijeron el la televisión, nada, y te juró por nuestro hijo que no fui yo, solo desaparecí a Bakugo, era eso o que tu padre lo asesinara y luego a ustedes, no podría soportar vivir sin ustedes ni un minuto más, soy un egoísta en potencia, perdón por eso
-T-tranquilo, yo también te extrañe mucho, pero eso no resuelve las desapariciones ni porque firmaste el acta de divorcio- finalizó molesta
-Ok, creo saber quien esta detrás de esto, pero firmé el acta para protegerlos, prefiero que vivamos lejos uno del otro, a que tu y nuestro hijo vivan sin mi, no quiero que sufran más de lo que ya lo hicieron
-¿En serio lo hiciste por mi y nuestro hijo?
-Lo juró por mi madre
-E-eso explica todo, iré a arrestar a mi padre por eso, ¿Me acompañas?
-No es necesario, hay otros motivos para arrestarlo, como secuestro y amenazas, por ejemplo
-Eres todo un detective, ¿Lo sabes verdad?
-Y tu eres una dama sexy- remató el peliverde, para besar a su recién recuperada esposa, momento que se rompió por él mismo- ¿Dejaste a Yamikumo con tu padre?
-Ahora que lo mencionas, no, lo dejé con Tsuyu
-Que alivio, iré por tu padre, ese desgraciado me lo debe, a si, el culpable que buscas se llama Tenko Shimura, se hace llamar Tomura Shigaraki, tiene problemas con la policía desde hace tiempo, aunque desconozco porque se desató ahora, lleva refuerzos contigo
-¿Seguro que podrás con mi padre?
-Es un anciano, no debe ser problema

Amor CaníbalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora