-𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒆-Kylo Ren-

•1•

—¿Papá?—dijo una chica de 15 años, mientras un millón de lagrimas bajaban por sus mejillas húmedas—

—¿¡Papa!?—gritó—

Y de repente miles de cazas estelares decoraban el pueblo.

Ella corrió, corrió mucho, hasta que encontró una pequeña casa abandonada, pensó que seguramente no entrasen allí, ya que aquella casa estaba destrozada.

Entró rápido, echó una mirada rápida a la casa y se escondió debajo de una mesa, con miedo, con furia, confusa, con tristeza.

Sus lagrimas no paraban de brotar, tapó su boca para no sollozar y que la escucharan.Pero todo lo que hizo fue en vano.

Kylo Ren

Andaba por aquel pueblo, que ahora quedaría destruido, muerto, sin habitantes, sin nada.Y eso..eso me gustaba, me quitaba la furia y el dolor que tenía por dentro, aunque eso nunca se iría, aunque matase a toda la galaxia, aunque la reinara, aunque desquitara toda mi ira en gente inocente.

Pero unos sollozos me sacaron de mis pensamientos, los disparos habían parado, a si que no fue difícil saber de donde prevenía.Una pequeña casa abandonada, provenía de ahí.

Entre sin hacer mucho ruido, no quería que la persona que estuviera allí se escapara, pero no sirvió mucho, ya que me escucho.

Un grito ahogado salió de debajo de la mesa, parecía de una chica.

Me acerqué lentamente a la mesa, para después agacharme y ver a una chica, no más de 16 años, con los ojos rojos, las mejillas húmedas y el pelo despeinado.

—Sal—está extrañamente no me hizo caso y se quedó en el mismo lugar, negando—

—No te voy a hacer nada—mentí, aunque realmente no quería hacerla nada—

Esta quitó sus lagrimas y me miró, sus ojos azules eran muy profundos, como si tuvieran un pasado muy oscuro, muy duro.

Algo se me removió en el estómago al ver a la chica así, en esas condiciones, parecía tener varias heridas en los brazos, y moretones en las piernas.

Le cedí mi mano, y después de unos segundos largos la cogió, y salió de la mesa.

Rápidamente se echó para atrás, quedándose pegada a la pared, con miedo.

—Y tus padres—

—N-No lo s-sé—tartamudeo—

La mire de arriba abajo, aunque ella no lo noto por que llevaba mi máscara puesta.
Se veía tan jodidamente bien, tenía un cuerpo bien formado, parecía estar fuerte, parecía que la habían entrenado.

—¿Como te llamas?—Pregunté acercándome a ella—

—Maia—sollozó—

—Tranquila—lentamente subí mis manos al casco, quitándomelo—

Sus ojos cambiaron a confusión y parecían estar más calmados.

Y sin darme cuenta estaba casi encima suya de lo cerca que estaba de ella.
Maia sollozó otra vez echando la cabeza hacía un lado.

Subí mi mano a su cabeza, y me introduje en su mente.

Millones de cosas había, pero una me llamó la atención.

Estaba en una casa, seguramente la suya, sus padres discutían, su padre tenía una espada láser.
Este de repente miro a Maia, la cual sin pensárselo dos veces corrió hacia el salón.

Pero un dolor horrible sintió en su barriga, su padre había puesto con fuerza la espada en su abdomen.

Cayó al suelo, ella gritaba mucho, mientras su padre la daba patadas y su madre gritaba para pedir ayuda.

Ese recuerdo se desvaneció, pero otro invadió mi mente, ella entrenaba contra su padre, pero este no tenía piedad, la golpeaba muy fuerte. Pero una vez está se sentía muy enfadada, confundida, y sin tocar a su padre le estrelló contra la pared fuerte, muy fuerte.

Rápidamente salí de su mente, con la respiración acelerada.
Esta gritó, y sin saber como, sin tocarme me estrelló contra la pared, como hizo con su padre, pero esta vez a mi no me lo hizo fuerte.

Al ver como tocaba con sus dos manos la cabeza, pude ver su cicatriz del abdomen.

Desde ese momento supe que ella era especial, ella no era normal, no era una niña normal.

Maia

Había entrado en mi mente, y vio todos mis recuerdos horribles, esos que quieres que se vayan pero nunca lo hacen, esos que te atormentan toda la maldita vida...

Le mire a los ojos, los suyos estaban malditamente asustados, ¿de mi? pero si soy una maldita niña.

Lo peor es que el chico me pareció mono, ese es el problema.

Pero no pude pensar más por que vi todo negro y sentí caer al suelo.

Y pensar que en ese momento cambiaría toda su vida, sus emociones, su fuerza, sus sentimientos.
Todo
Y solo por que esa noche le conoció. Conoció a alguien que no pensó que le cambiaría toda la vida.
Cambiaría su forma de ver la vida.