Capítulo 2

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Ares jugaba con uno de los extremos de su túnica, nunca se imaginó que serie encarcelado de esa forma y que estaban a nada de saber que era en realidad. Muchas veces lo confundía con un lobo y por esa razón viajaba a Atenas en busca de comida. Dorian estaba frente a las rejas, mirando hacia cada lado del pasillo y exigiendo un sin número de cosas que no tenía idea. Er su culpa, desde que escapó de las garras de las brujas cuando tenía el conocimiento, necesario para saber que ocurría, ellas utilizaban sus alas para hace pócimas en contra de cualquier ser sobrenatural.

— Viene alguien — Dorian se puso de puntas y gruñó al ver quien era — Si vuelves a tirarme algo te la verás conmigo.

— No puedes hacer nada — señaló la cadena que estaba envuelta en su tobillo — Eres una cosita muy habladora.

— Ven acércate y verás que tan hablador soy — Dorian sacó sus manos, tratando de llegar a donde estaba el vampiro — Esto es una injusticia en todo el sentido de la palabra.

— Ustedes eran los que tenían a un niño secuestrado — señaló — Y quisieron llegar como si nada a traerlo.

— Nosotros no secuestramos a nadie — gruñó — Ustedes son los que nos tienen encontrar de nuestra voluntad.

— No tengo tiempo para estar aguantando esto — le hizo una seña a los guardias — Saquen al otro y a éste lo llevan al carruaje, espero que valga la pena el dinero que di por ti.

— ¿Qué hiciste qué? — Preguntó, indagando — Me parece una falta de respeto el que me hayan comprado sin mi consentimiento.

— Lo dice el lobo que secuestró a un niño — puso los ojos en blanco — Sácalo de ahí.

— ¿A dónde me llevan? — Preguntó Ares, cuando en sus manos fueron puestas unos grilletes — ¿Qué se supone que hice?

— No tienes derechos a hacer ese tipo de preguntas — el guardia le dio un empujón hacia las escaleras — Despídete de tu amigo.

— ¡No digas nada, Ares! ¡Se fuerte! — Gritó — ¡No digas nada y no hables!

Ares fue llevado hacías las escaleras, y luego fue llevado al salón principal donde vio al rey de los vampiros sentado en su trono, sólo habían pasado unas horas desde la última vez se vieron. Saltó en su lugar cuando la puerta detrás de él fue cerrada y las demás también. Pasó saliva quedándose estático en su lugar.

— Acércate — Ares dio pasos vacilantes para hacia él — Tu estadía en esta vida depende ti, niño — el menor se quedó mudo — ¿A caso no quieres hablar ahora? — Se puso de pie — Antes parecía como si fuera lo único que sabias hacer.

Seguía quedándose en silencio, su voz no salía por más que quisiera hacerlo.

— Mi hermano no deja de hablar de ti, para ser un lobo eres lo suficientemente apetecible — dio a la vuelta a su alrededor y se quedó detrás de él — Mi hermano me dijo que le diste de tu sangre y que por esa razón está rechazando la que le estamos ofreciendo — apartó el cabello de su cuello — Nunca he probado la sangre de un beta lobo, ¿Cómo sabrá? Tengo que investigarlo a mi método.

Ares gritó, cuando su cuello fue ladeado y antes de que pudiese profesar lo que estaba ocurriendo, su cuello fue atacado por los dientes del vampiro. Se removió de un lado a otro, y golpeó el brazo que lo mantuvo preso, mientras su cuello era asaltado por el otro, su lengua se enredó, y las palabras no salieron por más que quiso.

— Eres exquisito — dejó caer el cuerpo del pequeño abruces contra el piso — Sin duda no tienes el sabor de un beta, desnúdate.

Ares comenzó a retroceder, negando con la cabeza. Su espalda chocó contra las escaleras que daban al trono del vampiro, y éste sólo lo miraba divertido. Se puso de puntas y agarró uno de sus tobillos, alejándolo de las escaleras.

Piece of me {GAY} {M-PREG}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora