un amor amargo

¡Mi madre!

Al escuchar eso no pude evitar, sonreír.
-Te amo Mark Yi En Duan- el me miro sorprendido al decir su nombre, que hasta se detuvo.
-¿Como sabes mi nombre completo?- me pregunto un poco nervioso.
-Escuche a una chica afuera de la cafetería, una de tus admiradoras que ese era tu nombre completo- hagache un poco la cabeza.
Mark me tomó del mentón y enderezó mi cabeza, lo mire con los ojos un poco cristalizados, el sonrio y pego su frente con la mía.
-Ese es mi nombre real pero no me gusta- me dio una estocada que me hizo gemir muy fuerte.
-Pero suena muy bien cuando lo dices tu que solo tu podrás llamarme así- me sonrio muy dulcemente y me beso.
El siguió dándome estocadas fuertes hasta que se vino.
Se enderezó un poco y me miró. Saco su miembro de mi se quitó el condón y me enderezó. El se sentó he hizo que yo me acomodará, quedando yo recargado en su pecho, sus brazos me rodearon haciendo un abrazo cálido y perfecto.
-¿Quieres dormir conmigo?- me pregunto con la voz un poco agitada aún.
Sonrei -Si- subí la mirada hacia el y bese su cuello.
El sonrio, se levantó y me tomó entre sus brazos cargandome.
-Espera yo puedo caminar, aparte falta nuestra ropa- dije sujetandome de su cuello.
-Descuida tengo más ropa en mi cuarto- me beso
A decir verdad su beso se sentía muy diferente esta vez se sentía cálido, no se como explicarlo bien la verdad.
Pero me gustó ese beso.
Entramos a su habitación y me acomodó en la cama con cuidado.
-Espera sacare ropa para los dos- me dijo mirándome de pies a cabeza.
Estaba a punto de decirle algo cuando recordé que había apagado mi celular y mi madre se quedó en mi departamento. Así que salí corriendo por el, lo prendí y vi que tenía 23 llamadas perdidas de ella y más de 45 mensajes. Volví a apagar mi teléfono.
-Es lo mejor no quiero que arruine este momento- lance mi teléfono al sillón
-¿Todo bien?- grito Mark.
-Si solo salí por mis boxers- los busqué y me los puse.
Senti como Mark me abrazo por la espalda.
-Estuve practicando decir tu nombre espero lo haya hecho bien- me dio un beso en el cuello.
-Si lo hiciste bien- moví mi cabeza para mirarlo y nos besamos.
Era un bello momento el cual no quiero olvidar y no quiero que arruinen.