UNA NAVIDAD…
Para Steve McGarret la vida no había sido nada sencilla; ni cuando fue niño ni ahora a sus casi treinta años lo único que estaba acostumbrado era trabajar sin descanso como disfrutar de los placeres de la vida, en dormir en diferentes recamaras como despertar con “resaca” pero con el tiempo había adquirido la suficiente tolerancia al alcohol para que no le afectara pero eso no quitaba que a veces para salir de un problema de faldas sea la mejor excusa de tomar ciertas decisiones con el licor en su sistema… pero lo único que nunca haría seria celebrar la navidad suficiente tenía con fingir una alegría que no sentía cuando iba a visitar a su pequeña hermana en el orfanato.
Mary era de las niñas que aun creían en ese hombre gordo con tendencias a ladrón en su humilde opinión ¿Por qué quien demonios entra en todas las casas de noche a entregar regalos a todos los niños en un solo día? Pues su respuesta era que ese gordo panzón tenía tendencias a robar, aun cuando su hermanita le regañaba por eso, y le pedí que escribiera una disculpa a ese tipo, Steve solo fingía porque aun cuando era un hombre cruel, como déspota incluso frio de corazón no podía ser ingrato con su pequeña hermana, todos en el pueblo sabían la debilidad del hombre de negocios pero también sabían el castigo si alguien intentara lastimar al tesoro del casi dueño del todo pueblo sino todo el pueblo, las habladurías de las personas era que Steve había hecho un pacto con el diablo para tener fortuna como acabar con sus enemigos a cambio de su alma, y muchas de esas mismas personas temían que pudiera ser verdad que Steve haya pactado con el mismísimo Satanás para vengarse de las personas del pueblo que le dieron la espalda cuando más lo necesito.
La historia de Steve no era tan diferente a cualquier niño huérfano perdido en la miseria como el desprecio de la gente al ver aquel entonces niño flacucho, como temeroso de las personas deseando un pedazo de pan frio como duro, o alguna cobija pero lo que más necesitaba era un hogar cálido, un abrazo como alguien que lo protegiera de las injusticias… Steve era despreciado sin tener alguna culpa solo la mala suerte de una madre desinteresada en el rol materno pero sin bien intencionada en la búsqueda de hombres sin importar si estos estuvieran casados, con familia o solteros a Doris no le importaba eso solo aliviar su calentura, ni mucho menos le importaba que sus acciones condenarían a sus hijos, como esposo a ella poco le interesa eso…
Antes como era de esperarse la gente cansada de Doris como sus descaro prefirieron meterse con un niño que lo único que entendía era que amaba a sus padres, que su inocencia no era capaz de ver la maldad en los ojos de las personas, ni entender de las habladurías de la gente, ni porque siendo un pequeño de cinco años debía correr para que no le tiran piedras en su débil cuerpo
—Eres hijo de una puta—
—Un niño maldito por tener una madre tan libertina —
—Tú zorra madre ¡me quito a mi marido! —
—¡Muerte a los bastardos!
—Muchachito das vergüenza con la familia que te toco —
Steve aprendió a defenderse de todos, de enterrar sus sentimientos como entender que a su corta edad que ese tipo gordo no existía ¿Por qué lo sabía? La respuesta era sencilla no paso ni un momento en que un infante McGarret escribía en una hoja de papel toda rota como sucia; una solo caso no pedida dinero ni mucho menos recompensa era tener alguien que lo amara sin importar nada de su existencia pero nunca recibió tan ansiado regalo, al contrario luego de años de que su padre soportara la actitud de su madre este haya decidido que mejor regalo de navidad para su único hijo ahorcarse en la que era su humilde casa…
Doris sin esperar un segundo más envió al pequeño al Orfanato del pueblo en donde una anciana monja lo cuido como un hijo…en que la soledad le enseño a ser fuerte, en donde los niños más grandes le enseñaron a ganarse un pan no como los mejores medios pero era robar comida o morirse de hambre, y Steve aprendió todo, todo sin esperar un mejor futuro, en donde la anciana monja le dio cobijo como amor a un niño señalado como el demonio mismo, años en que se hizo fuerte que no tuvo que hacer ningún pacto pero que su inteligencia le dio las mejores armas, para ser un gran empresario, un señor feudal pero la empatía como amor se había quedado enterrado en lo más profundo del ser, en donde solo trataba de llenar un vacío que ninguna de las mujeres hermosas en que se acostó o algún doncel que caía en sus encantos todas sus conquistas eran solteras, nunca se metería en un matrimonio ni desgraciaría a una familia por sus odios el dolor de la falta de un familia aun con su podrido corazón tenían algo de moral o eso quería creer que tenía algún trozo de su roto corazón.
Lo único bueno en su vida era su querida hermana, no era hija de su padre, pero desde que nació Steve se hizo cargo de la pequeña, la amo por su inocencia, por su bondadoso corazón, porque Steve haría todo por protegerla y ver esa hermosa sonrisa que tiene cada vez que él llega visitarla al orfanato, si no la tiene en su casa es porque no quiere que todo los rumores que acarrea lastimen la bondad de esa niña que siendo hija de su infame madre como un padre borracho es tan diferente a todos incluso de él, Mary es una niña que ilumina el más oscuro rincón de su corazón y como es lógico su niña ama la navidad, a ese gordo pazón con tendencias de ladrón, que como él ese tipo nunca ha traído lo que su pequeña quieres, si no que él es el que le cada carta que intercepta a ese tipo para darle el regalo soñado pero ese año tuvo la desgracia de no tomar esa carta, y ahora no sabe que es lo que su hermanita pidió a ese tipo causando cierta preocupación en él.
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McDanno Navideño
Fiksi PenggemarAlgunos one - shot McDanno en Navidad. Algunas escritoras escribimos estos one shot navideños para ustedes y porque adoramos el McDanno... Disfruten distintas navidades que pasaron Steve y Danno.