XIV:Pesadilla

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Espantapájaros es el tipo de novio...

Que si tuvieras una pesadilla, te abrazaría toda la noche:

Te despiertas en medio de la noche, luego de haber dado una fugaz exhalación y darte cuenta que sudabas frío. Respirabas con dificultad y agitadamente. No recordabas nada de lo que soñaste, solo podías sentir tu corazón palpitar a mil, casi como si te fuera a dar un infarto en cualquier momento. Tocaste tu mejilla, la cual estaba húmeda por las lágrimas que brotaron mientras dormías.

Tus latidos se estaban calmando, hasta que oíste pasos que se avecinaban hacia tu cuarto. Empezaste a temblar. No eran pasos rápidos, pero el hecho de saber que algo se acercaba te ponía los nervios de punta.

Quizás era un ladrón o algo más, aunque esa idea podía ser descartada. Después de todo, estabas en el Palacio Esmeralda. Tus pensamientos fueron interrumpidos cuando notaste una luz naranja bajo las puertas, más una sombra. Imaginaste lo peor mientras oías como el picaporte giraba, y los chirridos de una de las puertas que indicaba que se abría.

...

Suspiraste de alivio al ver que solo era tu novio, Espantapájaros, quien sostenía un portavela con una vela encendida. Él no tardó en percatarse de tu estado paranoico, y en su rostro se dibujó la pronta preocupación.

-(Nombre), ¿Estás bien, amor?-te preguntó mientras se acercaba y dejaba el portavela en la mesita de noche.

El labio te tembló antes de hablar siquiera ¿Fue tan grave tu pesadilla? Al parecer, sí. De tus labios solo salieron unos sonidos tartamudos. Espantapájaros se acercó y se sentó en la cama, tomando una de tus manos y mirándote con comprensión.

Suspiraste y lo miraste, sintiéndote reconfortada por su sola presencia.

-C-Creo que sí... sólo una pesadilla-trataste de sonreír un poco, el cansancio volvía a apoderarse de tu cuerpo lentamente.

Miraste hacia las sábanas tratando de recordar tu pesadilla. Nada, no recordaste nada.

Una mano se posó en tu frente, era de tu amado.

-Estas fria y pálida ¿Segura que sólo fue una pesadilla?-ya estaba sacando su lado más protector. Eso era muy tierno para tí.

Casi te sobresaltaste cuando colocó, cuidadosamente, dos dedos suyos en tu cuello. Luego suspiró de alivio.

-Tu ritmo cardíaco es normal, por el momento ¿Necesitas que te traiga algo?-preguntó levantándose de la cama.

-No, gracias. Solo... ammm...

No sabías si pedírselo, quizás estaba muy ocupado y solo tuvo tiempo de venir para ver si dormías.

-¿Si?... (Nombre), puedes pedirme lo que de-

-¿Puedes dormir conmigo esta noche?-soltaste sintiendo un calor invasor tu rostro-S-Si no estás muy ocupado, claro...

Quedó un poco sorprendido, y hasta sonrojado, por lo que pediste. Pero su expresión se volvió comprensiva y calmada. Asintió y te miró con sus pacíficos ojos turquesa.

Mientras le hacías un lugar en la cama, Espantapájaros se sentó al borde de la cama y empezó por quitarse las botas. Desató la soga que ajustaba su cintura y con otra mano sostuvo la misma, apretandola. Supusiste que era para que la paja de su caja torácica no quedara abajo. Dejó la soga junto a sus botas y se quitó su traje, quedándose solo con sus pantalones, guantes y sombrero. No te importaba que no tuviera uno de esos físicos marcados característicos de los de tu especie, pues él se veía bastante bien para tí. Volvió a atarse la soga a la cintura mientras tú observabas hipnotizada y sonrojada.

Al parecer, sintió tu mirada y volteó a verte. Rápidamente cubriste tu apenado rostro con las sábanas. Oíste sus suaves risas, entonces descubriste tus ojos y viste una imagen que te ibas a acordar probablemente para siempre: la luz del leve fuego de la vela proponía un ambiente cálido y romántico; la misma se reflejaba en los ojos de tu novio, el turquesa de sus iris estaba mezclado con la amarillenta y anaranjada pequeña llama; su expresión y su sonrisa calmada te hicieron sentir un cosquilleo en tu columna.

-Calculo que te va dar fiebre si sigues asi, amor mío-dicho eso, río tiernamente mientras asomabas la cara toda roja.

Terminó por quitarse el sombrero y apagó la vela de un soplido. La habitación quedó en penumbras, salvo por la luz de la luna adentrándose apenas. Apenas lo sentiste meterse bajo las sábanas contigo, te aferraste a él y te abrazo, dándote un beso en la frente, a lo que respondiste con un suave pico en sus labios de tela.

Lo sentiste sonreír, y también el sueño que por fin te vencía y te forzaba a cerrar los ojos en ese cálido abrazo que deseabas que fuera eterno.

¡Pedazo de one-shot que escribí! Ojalá te haya gustado, lo hice sin pensar, así que no estoy segura.

Espantapájaros es el tipo de novio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora