2. Invéntate algo.

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                                                                                   2.

                                                                      INVÉNTATE ALGO.

Me desperté y debí de tardar milésimas de segundos en abrir la puerta de mi cuarto, bajar las escaleras, llegar a la cocina y sentarme en la mesa a la espera de los deliciosos churros que mi madre estaba preparando. Y es que todos los sábados los hace.

─Buenos días, cielo ─me saludó mi madre.

Giré la cabeza buscando con los ojos a mi padre, pero no estaba.

─Buenos días, mami ─me temblaba la voz, estaba muy afónica. ─¿Y papá?

Noté a la perfección la cargada tensión que apareció de la nada en la cocina. Mi madre parecía no tener ganas de hablar sobre el tema, pero al ver mi cara de curiosidad acabó por desembuchar.

─Se ha ido a la empresa para firmar unos papeles, enseguida llegará.

De repente me puse nerviosa, tenía ganas de gritar y no sabía por qué. En vez de hacerlo me puse a pensar el motivo por el que me había quedado afónica, pero no recordaba nada. De hecho no recordaba nada de anoche, solo que llegué a casa, la televisión se estropeó y… Y nada. Absolutamente nada.

─Por cierto ─le costaba arrancar─, siento que tu padre y yo hayamos llegado tarde anoche, es que nos encontramos con unos conocidos y charlamos sobre unos asuntos que teníamos pendientes.

¿Anoche habían llegado tarde a casa? No lo recordaba, aunque claro, si no me acuerdo siquiera de lo que hice yo, ¿cómo me voy a acordar de lo que hicieron los demás? Para no preocupar a mi madre intenté seguir su conversación, lo que por lo visto funcionó.

─No pasa nada, mamá.

Me sonrió mientras me servía el chocolate caliente y me colocaba al lado de la taza el plato que contenía los churros.

─Eres demasiado buena, cariño. Por cierto, ¿qué tal dormiste?

─Bien, supongo. Como siempre.

─Cuando llegamos a casa te encontré en la cama, pensé que estarías en el sofá enfadada y esperando a que te diese una buena explicación.

─Pues te equivocaste ─seguí su charla intentando no meter la pata. ─Iba a esperaros pero el sueño me venció.

─Y la furia también ─comentó mi madre─, sé que no hicimos bien en no avisarte de nuestro retraso pero tampoco creo que fuera para ponerse así.

Vale, me estaba perdiendo. Y algo muy importante por el brusco cambio de tono de voz que se le había puesto a mi madre.

Dangerous girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora