Capítulo Tres.

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Ya había pasado una semana exacta desde que trabajaba en la cafetería, Cate solía despertarse muy temprano, ducharse, vestirse y salir por la puerta del pequeño departamento que rentaba para ir a su trabajo.
Pero este día sería diferente.
Los señores Tweak habían decidido dejarlos solos por primera vez para probar la habilidad de Tweek para resolver problemas.
Obviamente el chico estaba muy nervioso, pero su día no haría más que empeorar.
Cate había decidido hacer un par de cosas para ponerlo a prueba todavía más.
Primero, había hablado con algunos de sus amigos para que fueran a visitarla.
Segundo, había planificado la entrega de unos costales de harina ese día y sabía que Tweek tenía que encargarse de ello sólo y tercero pero no menos importante, había sujetado su cabello en un moño alto, se había puesto un vestido azul oscuro muy corto, medias de red, botas y una chaqueta negra y ajustada.
Había doblado las mangas y lucia sus tatuajes orgullosa, así como las perforaciones en sus labios, su nariz, su ceja derecha y sus lóbulos.
Cuando Tweek la vio se quedó completamente en shock, callado.
Llevaba delineador negro en su párpado superior, le otorgaba cierta mirada gatuna y maliciosa.
Cate camino serenamente hasta su puesto de trabajo, se puso el delantal con la leyenda "Tweak Bros Coffe" y camino a tomar los pedidos pertinentes.
El rubio no podía evitar observarla aún impactado por la osadía de la chica.
Noto un grupo de muchachos entrando y dirigiéndose a ella con camaradería.
Un rubio algo de chaqueta naranja la tomó por la cintura con facilidad y pretendió besarla, la mano de Cate fue hacia su cuello y lo apretó de tal manera que el sujeto solo tosio y todos comenzaron a reírse de él.
Cate por otro lado parecía menos divertida con el asunto y Tweek lo notó.
Lo noto cuando aún estando con sus amigos, aquel chico no dejaba de intentar llamar su atención, intentaba decirle alguna tontería o hacer conversacion mientras ella se empeñaba en ignorarlo.
Algo andaba mal y el rubio Tweak lo notó.
No ignoraba a nadie más, solo a ese chico.
Y una vez todos se fueron noto que el se quedó.
Tuvo que ir al almacén y acomodar el pedido de costales que había llegado, cargo algunas cajas al interior del negocio y organizó los vasos que necesitaba para el día siguiente, entonces escucho a Cate, su voz sonaba muy seria y malhumorada.
-No me interesa-
-Oh vamos Cate, solo una vez más... Por los viejos tiempos ¿he? Tu jefe no está, seguro ni se da cuenta... -
-Kenneth largate ya-
-¿Cuanto tengo que insistir para que entiendas que me sigues gustando?-
-Ese es el problema, ya te dije que no, no me interesa y no quiero verte, puedes irte ahora mismo-
Sin persarlo demasiado, Tweek salió en ayuda de la chica, miró extrañado a Cate que tenía unos ojos que parecían cansados y sin vida.
-Señorita Tucker ¿puede... Venir un momento por favor? -
La muchacha siguió la indicación y fue con su jefe.
Su expresión se suavizó cuando se encontró a solas con Tweek.
-¿Estás bien? - preguntó preocupado, ella asintió levemente.
-Perdón, no sabía si era tu amigo o no pero parecías muy incomoda y me preocupe de que te hiciera daño o algo asi-
Y Cate noto que hablaba sinceramente, su postura no mostraba ser la de alguien valiente, parecía más bien consternado, ella río levemente.
-Estoy bien señor... - dijo divertida - Se cuidarme sola, pero se lo agradezco... -
-Bueno... Ehmmm...¿P-Podrías no traer algo tan corto mañana? Creo que no es adecuado-
La chica pelinegra asintió y le sonrió suavemente.
-Tiene razón, podría estar distrayendo al personal -
-N-N-No es l-l-lo que quise... -
-Es una broma, Jesús relajate viejo- dijo ella masajeando el tabique de su nariz con sus dedos.
-Debo irme a casa, buenas noches Tweek -
-B-Buenas noches... - dijo inseguro mientras veía a la chica tomando sus cosas y yéndose, dejándolo solo lo que restaba de la tarde...
Bueno... Estaba extrañamente feliz de que al menos no hubiera resultado todo tan mal en su primer día solo...
Sabía que debía acostumbrarse.
Paso el resto de la tarde solo hasta que oscureció, las 8 de la noche marcaron la hora para cerrar y él, tranquilo como un monje después de meditar, sonrió ampliamente al saber su día terminado.
Miró la vitrina de pasteles y postres contando lo que quedaba...
Pensó en que podía darle un trozo de tarta a Cate para desayunar con ella al día siguiente.
Si... Quizás eso le gustaría.
Recordó los tatuajes de sus brazos. Su piel blanca hacia resaltar aquellas fases lunares tatuadas en negro y el pequeño dibujo de saturno con sus anillos que parecían coloreados a acuarela...
El moño alto de su cabello negro como el azabache...
El ligero aroma a jabón neutro, jazmín y su propio aroma femenino que desprendía cuando caminaba cerca.
Se sorprendió pensando en sus ojos felinos y como mataban con una mirada.
Suspiró y se agitó con nerviosismo.
¿Qué tonterías estaba pensando?

Eclipses [Fem. Craig x Tweek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora