La miraba de manera discreta por el reflejo de la tetera en el fuego.
Cate estaba sobre un banquillo para alcanzar algunas bolsas de café sobre su cabeza.
No era como que no hubiera podido tomarlas si se ponía de puntas pero parecía que a ella no le iba para nada estar haciendo esfuerzos innecesarios cuando podía hacer las cosas de una manera más práctica.
Tweek se preguntó qué habría hecho el en su lugar.
Probablemente podría haber terminado en el suelo con un desastre a su alrededor porque era terco y hubiera insistido en tomar las bolsas incluso si se hallaban fuera de su alcance.
Sus padres cruzaron la puerta sacándolo de sus pensamientos, su madre lucia sumamente feliz.
–Tweek, que alegría, no sabes lo contenta que estoy ¡hoy nos han confirmado su asistencia los Stevens! ¿No es eso maravilloso? –
El rubio recordó a la chica hija de aquel viejo matrimonio.
Barbara era una rubia hermosa que había conocido casi toda su vida, no era como que se llevarán mal o bien, simplemente se trataba de gestos educados y compromisos sociales.
Barbara era bonita pero a decir verdad no la conocía lo suficiente para emitir una opinión sobre ella, sus padres por otro lado eran igual que los de él.
Viejos pretensiosos que no tenían ningún reparo en dar a conocer sus opiniones con los demás.
A Tweek no le entusiasmo nada aquello.
Noto que su propia cara debía ser un poema pues Cate estaba riendo discretamente mientras se dirigía al almacén, el solo rascó su nuca avergonzado y nervioso.
–Queremos que hablen, Barbara y tu, hay algunas cosas que nos gustaría decirles también y considero que es la mejor oportunidad, tu fiesta de cumpleaños –
Si, la estúpida fiesta.
Sus padres siempre buscaban cualquier excusa estúpida para realizar un evento donde pudieran mejorar sus relaciones con los empresarios de la zona y sus amigos acaudalados.
Tweek entendía desde que era un niño que las apariencias para su familia eran algo sumamente importante y nada que debiera arruinar.
Suspiró y asintió obediente, no era como que pudiera hacer mucho al respecto.
–Cate, cariño ¿Podrías no tomar las tazas de ese modo? Pueden maltratarse–
–Está bien –
El muchacho miró a la pelinegra que llevaba varias tazas en una bandeja, se preguntó porque su madre parecía molesta con aquello, si hasta el hacía cosas así a menudo.
A Hellen no le agradaba Cate, no demasiado.
Era una chica obediente, honrada y responsable, eso era muy bueno, además, era honesta y esa cualidad era difícil de encontrar, pero había algo que jugaba en su contra de manera brutal.
Era bonita.
Por supuesto, era una chiquilla cualquiera, una chica sin ningún nombre importante o un apellido prominente, no, solo era bonita.
Y por supuesto que a Hellen Tweak le inquietaba tener a una mujer bonita pasando el tiempo con su marido y su hijo en el negocio familiar.
A Richard parecía agradarle demasiado y Tweek parecía un completo tonto en su presencia así que aunque no se aventuraba a suponer nada, sabía que algo ahí no le gustaba en absoluto.
Mejor ponerla en su lugar antes de que se sintiera demasiado cómoda.
Tweek se retiro al almacén donde busco un par de bolsas de azúcar y un pequeño molino para su café.
Cate llegó tras él y se sorprendió de verlo ahí.
–Pensé que estabas con tus padres en el mostrador–
Tweek negó energéticamente.
–No quería estar ahí, siempre que vienen me siento incomodo – las palabras habían salido de su boca sin permiso, se dio cuenta de lo que había dicho y se puso nervioso –N-No quiero sonar grosero, e-en absoluto, pero e-ellos... –
–No tienes que justificarte conmigo, yo no me llevo bien con mi madre y mi padre es muy tonto pero igual lo quiero, todos tenemos problemas con nuestras familias supongo, no me atrevería a juzgarte– respondió Cate mientras sacaba una taza de granos de café de un pequeño costal con un recipiente medidor.
–Si me lo preguntas... Creo que es muy bueno que tengas padres que estén tan pendientes de ti, te dan todo lo que necesitas y todo lo que quieres, creo que son una buena familia–
Cate miro a Tweek detenidamente, parecía morderse los labios con ansiedad.
Lo miró abrir la boca pero no decía nada, fue poco después que consiguió hablar... O algo parecido.
–¿T-T... T... T-Te gustaría ir a la fiesta que haremos?–
Cate alzó la ceja confundida y luego le dirigió una sonrisa al rubio.
–¿Crees que sea bienvenida en un sitio así? –
–S-Será insoportable, p-probablemente todo salga mal, c-comerás cosas extrañas y quizás te aburras mucho... –
–Pero no quieres estar solo ahí ¿he? –
Tweek asintió con cierta pena, Cate se acercó a él y lo miró fijamente.
–Iré, pero si me dejas sola en algún punto voy a patear tu trasero, serás la única persona ahí que me agrade así que te mataré si no te comportas como mi anfitrion–
El rubio asintió con fuerza con una cara algo angustiada, Cate miró toda la presión bajo la que estaba Tweek.
–¿Dónde es? –
–P-P-Pasaré por ti, no te preocupes... Es en tres días, así que... –
–¿Puedo vestir lo que yo quiera? –
–C-creo que será una especie de gala así que mientras esté acorde con eso está bien–
Cate pensó en aquello... Tenía un vestido que había usado en la graduación de su hermana, si, quizás eso serviría.
–Bueno, me prepararé entonces... A todo esto... ¿No deberías estar afuera preparando la maquina para hacer los expresos? –
El muchacho salió rápidamente y la pelinegra solo pudo sonreír divertida...
Se había metido en algo extraño... Pero sonaba realmente divertido.
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Eclipses [Fem. Craig x Tweek]
FanfictionCate Tucker es una chica algo desmotivada e indiferente al mundo, tomándose un año sabático, decide no ser más una carga para sus padres e independizarse. Su búsqueda de empleo la lleva a conocer a las personas más peculiares, un chico rubio privile...