Capítulo 1

9.1K 820 41
                                    

Stiles soltó un suspiro que hizo llamar la atención de Lydia Martin, su jefa de departamento y mejor amiga de la infancia.

-¿Qué te pasa? -preguntó con el ceño fruncido-. ¿Cascarrabias no te deja dormir?

Stiles negó con la cabeza, por cascarrabias se refería a su novio Derek. Desde que había comenzado su relación con él habían pasado muchas cosas de forma apresurada, un ejemplo de ello era que prácticamente Stiles se había mudado con él y esa era una de las cosas que a Lydia molestaba, otra de ellas era que desde aproximadamente una semana atrás, Derek se escabullía por las noches alegando que tenía cosas que hacer, lo que termino derramando el vaso de la paciencia de su mejor amiga provocando con ello esa clase de apodos.

-Derek ha estado muy ocupado -murmuró haciendo el corte de caja, de verdad esperaba que estuviera ocupado con cosas del trabajo, pero Lydia lo había dicho, "Los hombres infieles son más obvios de lo que crees".

-Claro, está ocupado... -rectificó su amiga con sarcasmo mientras terminaba de acomodar unas cajas en el almacén-. Ese hombre no me da buena espina Stiles, es como si...

-Ocultará algo -completó Stiles cerrando los ojos un instante, ha tenido tantas veces esa conversación que se sabe con exactitud todas las frases de Lydia sobre infidelidad-. Ya me lo has dicho, pero ya te lo dije, Derek no oculta nada.

-Seguro, un amante no es ocultar cosas.

Realmente le molestaba esa idea, porque Lydia siguió diciendo esa clase de cosas incluso antes de que su novio comenzará a actuar de esa forma tan sospechosa, y ahora que lo siente con el alma, Stiles también estaba comenzando a ponerse ansioso ante esa posibilidad. No es que quisiera sospechar de su novio (aunque todas las señales indicaban que efectivamente tenía un amante), pero todas las cosas que Lydia decía sobre Derek comenzaban a influir en su propio pensamiento. Derek era un hombre perfecto y codiciado, lo sabía perfectamente. Ese hombre podía chasquear los dedos y tendría a quien sea de rodillas, pero él nunca había dejado de mimarlo durante los tres meses que llevaban de relación, solo porque un par de días había comenzado a alejarlo no significaba que Lydia tuviera razón, ¿cierto?

-Habla con él -dijo Lydia muy cerca de él-. Confróntalo.

Stiles la miro un par de segundos antes de desviar la mirada con desdén y acabar con lo que estaba haciendo, sinceramente no necesitaba tomarle más importancia a eso. Luego de un par de minutos, Lydia y Stiles terminaron su trabajo en la tienda, se despidieron el uno del otro cuando el auto rojo de Parrish apareció recogiendo a su novia y una vez estando solo en la noche, Stiles volvió a soltar un suspiro. Necesitaba encontrar respuestas, pero aun no sabía si debía confrontar algo que todavía no descubría en realidad. La verdad le atemorizaba.

Se subió a su automóvil mientras sacaba su iPod y ponía algo de música. Esa noche tampoco se podría ver con Derek, ya que el hombre se lo había dicho en un mensaje corto y directo esa misma tarde, "Necesito arreglar algo, nos vemos mañana" escribió. Stiles estaba comenzando a estresarse, manejaría directamente hasta su departamento porque no tenía el más mínimo interés de estar en el loft de su novio si él no iba a estar ahí. Arranco el auto mientras escuchaba una canción de Arctic Monkeys. Estaba concentrado en la música porque temía que si se enfocaba en los pensamientos de su novio con otra persona se estrellaría contra algún árbol mientras lloraba, y eso no era algo que a él le gustaría que pasará.

Stiles se distrajo por un momento mientras manejaba, porque las luces de un automóvil de color negro impactaron contra sus espejos retrovisores molestándolo un segundo, la gente que hacia eso eran verdaderos simios. Abrió la ventana y saco la mitad de su brazo para darle el paso al automóvil, sin embargo, el coche no lo paso por delante, permaneció detrás suyo como si lo estuviera siguiendo. Stiles volvió a su posición. Que molestos sujetos, murmuró mientras tomaba la primera desviación para dirigirse a su departamento y esperó que sus ideas paranoides de que estaba siendo perseguido fueran solo ideas y no hechos. Volvió la mirada a los espejos ligeramente, y observó el auto negro estacionado en la esquina, inmóvil, antes de que por fin siguiera su camino todo recto por la carretera, fue entonces que Stiles se percató que su corazón estaba encabritado.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora