Mi novio es un hombre lobo

Capítulo 3

Tan pronto como cayó en el frió suelo del automóvil, los hombres que lo habían perseguido se apresuraron a amarrarlo de pies y manos, impidiendo así que Stiles pudiera intentar luchar por su vida. Llorando de la impotencia y del coraje, Stiles tenía miedo de lo que pudieran hacerle aquellos hombres, nunca en su vida había vivido tal miedo y tal vez recordar todas las noticias que leía del mundo sobre gente desaparecida no ayudaba mucho en su situación, pero su estúpido, estúpido cerebro no dejaba de recordarle lo que podían hacer.

Mientras él se sumergía en sus pensamientos, los hombres lo dejaron en la parte trasera de la camioneta y caminaron a rastras hasta la parte delantera, donde otros dos hombres se encontraban, uno de ellos era el conductor, logro captar la atención de Stiles solo por un segundo. ¿Había visto aquellos ojos cafés volverse amarillos? Stiles estaba viendo cosas.

—Entonces, ¿cuál es el plan? —preguntó uno de ellos viéndolo de reojo con una sonrisa burlona. Stiles se estremeció.

—Lo llevaremos con Koldo —contestó el conductor apretando el volante—. Ese hijo de perra siempre sabe qué hacer.

A Stiles comenzó a tenerle miedo al tal Koldo y comenzó a imaginar una tortura increíblemente dolorosa bajo la supervisión de aquel misterioso hombre, sin embargo, una vez más su mente vaga por otras cosas, aún tenía miles de preguntas que hacer, ¿de verdad Derek era un mafioso? ¿de verdad su vida había sido expuesta por enamorarse de ese hombre? Vaya mierda, pensó, ¿no hacía un segundo atrás le había dicho a Lydia que había descubierto la infidelidad de su novio? No solo él estaba envuelto en una peligrosa situación, sino que también Derek era ignorante al respecto, y sí... ¿ahora ellos dos estaban enredados en la cama, totalmente relajados sin saber que él estaba a punto de morir? El corazón de Stiles se agitó con dolor bajo su piel, que irónico sería... el muriendo de una forma lentamente dolorosa y él haciéndole el amor a un desconocido.

—¿Puedes abrir la ventana? Es repugnante —dijo de pronto uno de los hombres que estaba con él en la parte trasera de la camioneta—. Su olor me comienza a marear.

Stiles detuvo sus pensamientos un segundo... ¿Su olor? Stiles inhalo profundamente intentando captar la misma esencia que supuestamente el hombre había captado de su ser, pero para su sorpresa solo le llegaba a la nariz el aromatizante de menta que colgaba en el parabrisas del chófer y su propio olor a vainilla y canela. Intento no mofarse sobre los reclamos del tipo, pero era Stiles Stilinski, mofarse era lo mejor que sabía hacer en situaciones vergonzosas y peligrosas. Comenzó a reírse de forma silenciosa debido a la cinta que envolvía su boca, pero rápidamente sus actos anormales provocaron que uno de los hombres lo sostuviera de la camisa que llevaba puesta y zarandearlo de un lado a otro.

—¿De qué te estas riendo pequeña mierda?

Stiles pensó en muchas respuestas sarcásticas para esa pregunta, pero lo único que pudo hacer fue seguir riendo.

—Noquéenlo —dijo uno de pronto de la parte delantera mientras abría la ventana de su lado—. Entonces dejará de apestar y también dejará de reírse como un idiota.

Vaya conjetura tan extraña, pensó Stiles antes de dejar de reír, no importaba si él estaba inconsciente o no, su esencia seguiría ahí, ¿cierto? Aun así, el hombre que lo sostenía alzó su puño en alto y Stiles solo pudo contener un gemido. Pronto recordó su tobillo adolorido y se pregunto si los golpes en seco de parte de aquel hombre serían igual de duros que su espinilla. Se encogió de hombros e intento cerrar los ojos antes de que el auto tomará una curva y fuera empujado contra la pared del auto junto con el hombre que lo sostenía.

—¿Qué paso? —exigió saber uno de ellos.

—Los malditos Hale —dijo el conductor frunciendo el entrecejo y haciendo que los otros hombres se pusieran rígidos ante la amenaza.