Por el padre, el hijo y el espíritu de los santos panes, amén

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Tanjiro sonrió con alegría mientras que le daba un vistazo a todos los platillos que se encontraban dentro de la cafetería. Pero sobretodo, con curiosidad sobre los que eran hechos por el departamento de cocina.

Claro que como su especialización se caracterizaba por eso, su comida, al igual que la del resto, se encontraba ahí.

- al parecer mi pan tiene un buen sabor- dijo orgulloso el muchacho mientras que veía que el pan francés que había horneado estaba siendo pedido por muchos.

- supongo que sí, debería de pedirme uno...- pensó en voz alta Murata con una mano en su mentón, por el hecho de que ya había acabado con su comida hace un rato y estaba lleno. ¿Comer o no comer? Esa era la cuestión.

- no deberías de ser tan glotón- le aconsejó calmadamente su amiga, acomodando sus platos en su bandeja, acababa de terminar su almuerzo.

- ¡Gonpachiro!

El pelirrojo se dio la vuelta, sabiendo que sólo existía una persona que lo llamaba así.

Le dio una sonrisa a Inosuke mientras que veía que este iba acompañado de Shinobu y de Zenitsu, con este último iban haciendo una competencia de insultos verbales.

- dejaré los platos sucios- declaró la muchacha de pelo azabache, observando que se estaban acercando otras personas.

Ozaki iba a dejar su bandeja y Murata iría a buscar su pan.

- ¿estás de buen humor, Tanjiro-kun?- preguntó la subjefa del departamento de medicina con una sonrisa. Prefirió ver cómo le estaba yendo a él antes de molestar a Tomioka, quien se encontraba con el resto de los pilares hablando cerca de la mesa en la que estaban.

- lo estoy- Tanjiro respondió contento.

- ¿por alguna razón específica?

- veo que el pan que hice no tenía mal sabor, me siento orgulloso de mí mismo- él se rió algo apenado por su propio elogio. Aún así, quería alardear acerca de la receta de su familia.

- ¡vaya! ¡qué muchacho más honesto eres, Tanjiro-kun!~- declaró la mujer de pelo violeta oscuro ensanchando su sonrisa. Había encontrado algo entretenido para hacer y dentro de las normas de la universidad.

- cualquier cosa que cocines es bastante rico, Tanjiro- dijo Zenitsu mientras que con una mano apartaba la cara de cierta persona con un buen rostro. Y lo que decía era cierto, después de haber probado muchos de sus platillos en su vida pasada y hace unos días en su hogar, no tenía dudas.

Lástima que también habían estado acompañados por un jabalí en la mesa.

- ¡no coquetees con la mujer de otro, maldito!- gritó Inosuke lo suficientemente alto para que la mayoría de los presentes lo escucharan, y le dio un golpe en la frente con su propia cabeza.

- tranquilícense, por favor, sí?- les pidió el pelirrojo. El único que estaba sonriendo ante de esto, aparte de la hermana menor de Kanae, era el joven Kamado. En parte, ya estando un poco más informado de su situación, sobre los demonios y sobre los cazadores después del transcurso del tiempo. Además de que ya había hecho amistades, o mejor dicho, volver a hacerlas, con los otros reencarnados, como con Genya.

- ¿¡por qué todavía sigues sin tener sentido común!?- se quejó Zenitsu lloriqueando. Después de una reencarnación, debería de saber que no era una bestia del bosque.

Los que pertenecían al departamento de medicina, especializados en quineciología, lo pudieron reconocer con sólo oír su voz. Él era un genio en la materia, sabía perfectamente mover su cuerpo y comprender la posición de los huesos, entre otras cosas. Sin embargo, era bastante bruto. Estaban seguros de que Inosuke Hashibira estaba algo demente, así que lo ignoraron.

Te seguiré amando en esta vida [ all x Tanjiro ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora