IV

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Su mandrágora chillaba como loca, mientras que a su lado Sirius fingía que se desmayaba, Ariana entre risas colocaba a su mandrágora en una maseta vacía y la llenaba de tierra.

-Muy bien niños, deben recordar que... Sirius black levántate del piso!-sirius a regañadientes pero con una sonrisa pícara en el rostro se levantó con agilidad-bien... como decía, deben recordar que tendrán que cuidar estas mandrágoras hasta que crezcan, será como su mascota de Hogwarts.

-profesora y cuanto tardaran en crecer?-pregunto un chico moreno de revenclaw.

-un par de años, muchas llegan a la maduración antes que otras-todos los alumnos abrieron los ojos de admiración.

Después de cuidar a las mandrágoras, pasaron a las tentaculas venenosas, muchos de los alumnos corrían y saltaban para que estas no los pincharan, aunque la profesora les había dado un rociador con poción dentro para que adormeciera a las plantas, un chico había salido herido cuando una de las plantas le clavo sus pinchecitos por la espalda. La profesora saco a todos los alumnos del invernadero y llevo al chico a la enfermería antes de que el veneno de la planta surgiera efecto.

La mayoría de los alumnos que estaban en la clase de herbologia caminaron hasta el lago y se sentaban a la orilla disfrutando de un buen tiempo. Ariana se sintió bien al darse cuenta de que los demás no se habían alejado y ya se sentía parte del grupo de amigos

-Pett, donde esta James?-pregunto Sirius al rechoncho chico rubio

-no-no lo se.

-Seguro siguiendo a Lily-comento Remus sonriendo mientras leía un libro.

-quien es Lily?-pregunto Ariana, ahora que tenía amigos en Hogwarts quería saberlo todo

-una chica que siempre discute con James, aunque ellos no lo vean, todos saben que se gustan.-le respondió Pandora, mientras agarraba un pequeño duende de moho, de las piedras del lago

Escucharon unos pasos apurados y vieron como alegremente James derrapaba al lado de Petter.

-que tal James, donde estás? Sabes que tienes amigos maldito tonto!-Sirius hablaba con aire dramático ofendido sonriendo de lado, de tanto que hacia eso Ariana observo que su labio, al estar serio, se curvaba ligeramente hacia su lado derecho de a cara.

-estaba en la biblioteca...

-Tu nunca vas a la biblioteca, James- dijo remus con tono alegre, aun con un libro abierto en su regazo

-lo se... solo estaba molestando al profesor de historia y molestando a Lily y a severus que estaba con ella

-como puede ser que ese chico te saque a Lily?-bromeo Sirius, james lo golpeo en la cabeza sonriendo y empezaron un lucha cuerpo a cuerpo amistosa.

-son unos niños...-comentaba Gwen riendo, pero dejo la frase en el aire, y miraba palida la colina.- oh no! El profesor de pociones-grito y todos los alumnos que estaban allí se voltearon, algunos escaparon para que no los castigaran y otros se quedaron allí parados. Obviamente no podían estar allí en una hora de clase, nadie les había dado el permiso. Sirius, james, remus, peter. Gwen, Ariana y pandora se escondieron detrás de un gran árbol, justo a la orilla del lago.

-que se supone que están haciendo aquí? Quiero que ahora mismo todo el mundo camine hasta mi oficina! Todos castigados! Y si hay alumnos escondidos es mejor que salgan ahora antes de que el castigo sea peor.-los chicos que estaban escondidos del otro lado atrás de unas rocas salieron, eran tres chicos. James no quería salir, estaba completamente seguro de que el profesor se iría y no se daría cuenta de ellos.

Pandora dio un débil grito y cayo de rodillas contra las pequeñas piedras que rodeaban el lago.

-Ya pueden salir, todos!-Todos salieron con la cabeza gacha pero sonriendo de picarda, se pararon en fila frente al canoso profesor-Todos ustedes tendrán una semana de castigos! Esta noche se van a quedar despiertos escribiendo dos ensayos sobre pociones para las enfermedades. A las nueve en punto de la noche los espero en las puertas de la biblioteca.

Diciendo eso el profesor estiro el brazo en dirección del castillo para que el pequeño grupo de amigos caminara directamente hasta allí.

-No puedo creer que estemos castigados una semana- se quejaba James, mirando a pandora

-lo siento- se disculpo la choca mirando el piso- es que algo me saco de donde estábamos...

-si, yo fui señorita Loredan...- el profesor apareció detrás de ellos con una sonrisa en los labios. James lo miro con el ceño fruncido

-No se le puede hacer hechizos a los alumnos-dijo James poniéndose delante de Pandora en un ademan protector, como si temiera que la hechizara otra vez.

-En este caso si Potter, no podemos dejar que los alumnos vaguen por el colegio sin permiso de un profesor. Ahora por favor muevan sus piernecitas, hasta sus respectivas salas comunes, si salen de ellas Peeves me avisara y su castigo se duplicara.

Todos con el ceño fruncido subieron las escaleras hasta sus salas comunes.

-vamos, ya veremos como podemos vengarnos- le dijo Sirius  y James asintió con ansias

-Alumnos recuerden que a las nueve en punto los quiero a todos en la biblioteca.

Petter y pandora tuvieron que irse por distintos caminos, pero Ariana, Gwen, Sirius, Remus y James tomaron el mismo camino y subieron las escaleras hasta llegar a la sala común de Gryffindor. Esta estaba casi vacía, solo algunos alumnos vagaban por ella, el grupo de amigos de sentó frente a la chimenea a pesar de que esta estaba apagada, ese era el lugar favorito de todos, unos en el piso y otros en los sillones, pero todos estaban con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-En mi colegio anterior, los profesor si podían hechizar a los alumnos si quería...-comento Ariana de repente exaltando  a todos-me parece bien que aquí este prohibido.

-alguna vez te hechizaron?-pregunto Remus con los ojos brillosos de curiosidad

-solo una vez, por hacerle una broma a un profesor de geografía mágica.

Merodeadores, historias jamas contadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora