Una guerra inevitable

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Mientras Jiraiya se recuperaba de su herida en Uzu, el continente elemental se informaba de lo sucedido con el ataque de Kumo e Iwa contra Konoha en los territorios de las naciones elementales, pero la atención no se centraba en el conflicto en si, si no que los sobrevivientes hablaban de que konoha fue apoyado por un clan que se creía extinto, un clan tan antiguo como la historia misma, para todos escuchar que el clan Uzumaki regresaba de entre los muertos era tanto una buena como una mala noticia, por parte de Iwa significaba cerrar todas sus fronteras y esperar un ataque inminente, Kumo por otra parte puso precio por la cabeza de cualquier Uzumaki capturado vivo, ya que después de su fallido ataque a Konoha quedaron muy débiles, la única nación que se dio por desentendida fue la nación del hierro.

Así también junto con estas noticias se notificó que todos los bijuus fueron capturados por Akatsuki, lo que obligó a todas las grandes naciones a reunirse, esta reunión se llevaría a cabo en el país del Hierro al ser un país neutral.

Naruto miraba como Yukiko caminaba con Nami a la orilla de la playa, ese fue el nombre dado a la pequeña que trajo consigo, Yukiko ya tenía 8 meses de embarazo, su abdomen abultado era motivo de muchos alagos por parte de la familia, el igual estaba enterado de la situación del continente elemental, eso significaba que pronto debería volver a la guerra, esto era inevitable, Akatsuki logró su cometido y ahora tocaba pelear contra lo incierto, estaba preparado para todo incluso dar su vida si fuera necesario.

-"Ven Naruto kun"- gritó Yukiko, por un instante apreció a su prometida, y guardó la imagen en el fondo de su corazón, debía seguir luchando, no por una bandera, si no que por su familia, en su interior sabía que nada más importaba, se puso de pie y caminó para acompañarla.

-"Tsunade debes llamar a los Uzumaki inmediatamente y que se unan al servicio de Konoha, ese es su deber"- habló Koharu en la reunión del consejo, para nadie era secreto la aparición del clan del remolino, pero era vergonzoso que hayan sido los enemigos los primeros que se enteraron de su existencia.

-"El tema del clan Uzumaki no tiene real importancia para mi, ahora estamos buscando a Jiraiya, fue gracias a el que aún estamos vivos, además que le diremos al nuevo líder del clan Uzumaki, primero le quitamos su herencia a Kushina Uzumaki y no conformes con ello discriminamos, maltratamos y torturamos al heredero del clan en Konoha, yo no me prestaré para eso"-  finalizó Tsunade.

-"Pero Tsunade es tu deber"- Homura fue interrumpido por la Hokage.

-"Mi deber es velar por Konoha, no traer más problemas a esta y si su intención para citar a una reunión era obligar traer de regreso a un clan que tiene soberanía e independencia de acción gracias a que no solo son un clan, son una nación, pues sigan con lo suyo ya que yo no perderé mi tiempo ni tampoco de los líderes de clanes presentes, con permiso". Tsunade se puso de pie en coordinación con la parte shinobi acompañado de las risas de Tsume, todos se retiraron.

En la fortaleza del líder de samurais, se encontraba Mifune en su escritorio redactando cinco cartas para las grandes naciones ninjas, una muy especial que iba dirigida a su nieto, hacía bastante tiempo que no sabía de el, en estos tiempos en que la guerra estaba a las puertas debía velar para que ellos estuvieran bien, la última vez que vio a su nieto, estaba resolviendo un golpe de estado, cuando debió apoyarlo se negó siendo su padrino y su prometida su único pilar, ahora no repetiría lo mismo, la carta tenía un propósito muy especial, Uzu no kuni se encuentra lo bastante lejos de las naciones elementales como para ser un buen refugio cuando la guerra explote, y quería tratar con su nieto esta posibilidad.

-"Querido"- Mifune levantó la vista y por la puerta de su oficina venía ingresando su esposa -"estás escribiendo las invitaciones para las grandes aldea ninjas?"- Tsuki solo recibió un asentimiento.

-"Es eso y también le escribo una carta a Naruto con una petición muy especial, quiero que ellos vengan"- esta noticia alegró a la mujer.

-"Sería bueno, un poco de alegría en tiempos tan extraños"- Tsuki se acercó a la pequeña chimenea de la oficina y puso una tetera con té verde a hervir.

En Uzu ya había llegado la noche, todas las casas tenían la luz apagada, todos dormían excepto Naruto que salió al jardín de su hogar a mirar el cielo, la ventaja de vivir lejos de las grandes civilizaciones era poder observar el cielo, extrañaba la nieve de Tetsu no kuni pero ese ya no era su hogar, tenía un hogar, una familia y no podía dales la espalda a personas que confiaron sus vidas a el.

-"No puedes dormir"- Naruto miró a la terraza de su casa y sonrió.

-"No es eso padrino, solo pienso en cuanto afectará la guerra que se avecina, seremos lo suficientemente poderosos para salir victoriosos?"-  pero guardó silencio al sentir la mano de su padrino en el hombro.

-"Los Uzumakis desde tiempos inmemoriales se han destacados por nunca haber bajado los brazos sin importar lo que tuvieran en frente, y tu no eres la excepción, no te preocupes tanto del futuro, disfruta de tu familia, además debo preparar al pequeño Jiraiya para que sea un galante como yo"- esto sacó una sonrisa a ambos.

-"Eso jamás sucederá Jiraiya sama"- ahora ambos hombres se giraron al origen de la voz encontrándose con Yukiko en la entrada de la casa -"Creo que es muy tarde para que mi amado y su padrino se encuentren en el jardín, así que despídanse y a dormir"- ordenó, Naruto y Jiraiya sonrieron nerviosos de la misma forma haciendo reir a la pelinegra que acariciaba su abdomen .

-"Descansen chicos"- se despidió Jiraiya para regresar a su cuarto.

-"Vamos querida"- dijo Naruto mirando a su prometida. 

El nuevo Clan UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora