[Side B]: Capítulo uno

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SIDE B: WE'LL BE FRIENDS
I'm falling again

Seis meses antes.
Febrero, 2018.

Es de noche en Los Ángeles cuando Harry se acurruca bajo una manta. La televisión está encendida frente a sus ojos y una taza de té está vacía sobre la mesita de café.

Hay una vela aromática encendida en algún lugar de la habitación, pero las luces están apagadas, y una ventana abierta dejando pasar el frío suave del invierno de California seca al aire su pelo húmedo recién salido de la ducha.

Está en casa.

A un volumen bajo, las escenas de una película están pasando una tras otra en la pantalla. El sonido de una ducha encendida en el baño del piso de arriba puede escucharse levemente desde donde está.

Pero Harry no presta atención a nada. Ni siquiera a sus pensamientos, que por el momento están haciendo más ruido que cualquier otra cosa en aquella casa.

Siente un malestar rascando su pecho cada vez que intenta preguntarse de dónde viene ese sentimiento de que hay algo que no está bien, como si alguien estuviese metiendo el dedo en ese remolino de inquietud y ansiedad que sustituye a su corazón.

Los minutos pasan y su cabeza sigue haciendo ruido. Aunque aparentemente está calmado en ese rinconcito del sofá, en realidad su estómago se anuda nervioso de vez en cuando, su cuerpo está tenso y de su boca solo salen suspiros.

Suele pasarle cuando está solo, cuando no tiene nada que hacer más que pasar tiempo consigo mismo.

Y últimamente Harry se siente como alguien a quien no quiere tener cerca.

No se da cuenta de que hay alguien bajando las escaleras, porque los escalones no crujen y están fuera de su campo de visión, pero en algún momento esa persona pasa cerca de la ventana y el viento le trae el aroma a colonia de baño y champú de cereza.

Entonces cruza su mirada con Camille, y aunque ese malestar sigue rascando su pecho, de repente se siente más acompañado.

Lleva los pantalones de un pijama a rayas rosas y blancas, una camiseta de tirantes deja ver los lunares de sus brazos, y su pelo rubio aún está húmedo mientras ella lo recoge en una trenza suelta y la deja caer sobre su hombro.

—¿Estás bien? —la pregunta de Camille le hace suponer que su cara delata su intranquilidad.

—Sí —él la sigue con la mirada mientras ella se sienta a su lado, y la ayuda a hacerse un hueco bajo la misma manta.

—Has estado raro en la cena —le dice, acurrucándose junto a su costado y dejando que una de sus piernas descanse sobre las suyas—. Todo el día, en realidad.

Y es cierto. Se levantó temprano a correr por el vecindario esa mañana. Cuando terminó de almorzar junto a Camille, se marchó a tomar una siesta larga, y ha estado b
astante desconectado durante la cena romántica en ese restaurante del que acaban de volver.

Camille no le ha reprochado nada como tal, pero Harry sabe que ella no está del todo satisfecha con la manera en la que han celebrado sus primeros cinco meses de relación.

—He estado raro desde que el tour está en pausa —es la única explicación que se permite dar—. Necesito mantener la mente ocupada todo el tiempo, si tengo días libres mi cabeza no para de pensar.

we'll be alright · h & lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora