Capítulo cuatro

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There's a piece of you in how I dress

Julio, 2018

Las mejillas de Harry están quemando bajo el sol.

Tiene unas gafas oscuras sobre su nariz, y sus ojos están distraídos siguiendo las gotas que resbalan de los bordes de su tequila sunrise hasta que llegan a la mesa frente a la que se encuentra sentado.

La ventaja de estar de vuelta en el estado de California, es que un par de sus amigos han podido viajar de Los Ángeles a Sacramento para asistir a la fecha que tiene programada en la capital para la noche de mañana.

Nick, que es quien tiene la palabra en la conversación que se está manteniendo en esa misma mesa, tenía un par de días libres en su agenda, y a pesar de que Harry y él se vieron hace relativamente poco, Nick nunca le dice que no a un asiento en zona vip y unas cervezas en backstage.

Luego están Alexa y Zach, dos de sus mejores amigos a los cuales llevaba demasiado tiempo sin ver. Alexa está sentada a su lado y su risa escandalosa hace reír al resto, y Zach está justo en frente, encendiéndose un cigarro mientras se prepara para añadir algún comentario más a la conversación.

Harry sin embargo se mantiene en silencio. Aunque ríe con el resto y está atento a lo que dicen, no puede evitar que su mente se vaya a otra parte cada cierto tiempo, así que pierde el hilo constantemente y le cuesta un rato sumarse de vuelta a la conversación.

Se incorpora en su asiento mientras carraspea, y su atención se posa en la silla vacía que tiene a su lado. Entonces echa un vistazo por encima de su hombro en busca de la persona que falta en ella.

Porque Camille también ha venido. Después de todo un mes sin verla, ella tiene los suficientes días libres como para permitirse volver a acompañarle en el tour, y además quedarse en él hasta que acabe.

Así que todo es perfecto. Harry está con sus amigos tomando una copa al sol junto a la piscina de un hotel en California, mientras que su novia está a un par de metros, charlando con Kacey Musgraves en la esquina de la barra del bar bajo un techo de bambú.

Todo es absolutamente perfecto.

Y después de repetirlo un par de veces más en su cabeza, vuelve a poner toda la atención que puede en la conversación que mantienen sus amigos. Por si acaso sus pensamientos vuelven a tomar el camino que no tienen que tomar.

Camille y Kacey llegan de nuevo a la mesa un rato más tarde, y Harry lo sabe en cuanto siente la mano de Camille posarse sobre su hombro. Una vez más, echa un vistazo por encima de su hombro contrario, y la encuentra de pie a sus espaldas, bebiendo de la pajita que flota en su copa mientras curiosea la conversación que los demás siguen manteniendo.

El sol atraviesa los huecos del sombrero de paja que lleva sobre su cabeza, creando tenues puntitos dorados que se mezclan con las pecas de su nariz, y su melena rubia cae mojada sobre sus hombros, dejando que las gotas humedezcan la tela de su camisa blanca.

—¿Quieres? —cuando logra darse cuenta de que Camille le está mirando de vuelta, ella está tendiendo su copa frente a sus ojos y le ofrece a beber de ella.

—¿Qué es?

—Piña colada.

Harry alza una mano en un intento de agarrar esa copa, pero Camille la aparta antes de poder hacerlo y da un inocente pasito hacia atrás. Él gira en su silla buscando volver a mirarla, y encuentra una suave sonrisa apretada entre sus labios.

—Ven —le pide Camille desde la distancia.

Así que Harry se contagia de la sonrisa de su novia antes de disculparse con sus amigos y levantarse de su lugar en la mesa. Tan pronto como llega a su destino, ignora la copa en las manos de Camille y directamente corre a dejar sobre sus labios un beso rápido con sabor a crema solar.

we'll be alright · h & lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora