[Side C]: Capítulo cinco

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SIDE C: WE'LL BE LOVERS
I've been trying hard not to talk to you.

Agosto, 2018

Estrellas. Flotando alrededor de la bombilla de una lámpara. Son de colores y se mueven cuando intenta seguirlas con la mirada.

De nuevo.

Ya no suenan las cuerdas de ninguna guitarra; se han sustituido por su corazón, latiendo lentamente en sus oídos por culpa de un dolor punzante instalado en la punta de su lengua.

Porque está sangrando. Mucho. Y el rojo espeso resbalando hacia su labio inferior ha obligado a Harry a dejar todo lo que estaba haciendo para correr a sentarse y evitar caer inconsciente.

Y ahora sus ojos están llenos de lágrimas que aumentan gradualmente. Porque duele a horrores. Su lengua está palpitando. Su boca sabe a metal. Su cabeza está punzando y, Dios, las malditas estrellas de colores insisten en perseguirle pero nunca se dejan mirar directamente. Y le frustran, y le marean, y le vuelven completamente paranoico.

—Toma —hay un pañuelo blanco entre los dedos índice y corazón de Tyler, y se lo está tendiendo con un poco de preocupación y un poco de diversión al mismo tiempo.

No puede culparle. Si cualquier persona se mordiese la lengua de tal manera que podría llegar a sacar sus intestinos por ella, Harry -dentro de su preocupación- también se reiría.

Pero la víctima ha sido él, tratando de grabar una estrofa cuando apenas es capaz de sentir su propio cuerpo, cuando ni siquiera es consciente de los movimientos que hace con él.

Harry estira su mano y prácticamente arrebata el pañuelo de las de Tyler. Lo aprieta desesperado contra su lengua.

Be diebto edtúpido —masculle Harry, dejando que su espalda caiga contra el respaldar del sofá que soporta su peso, prácticamente muerto.

Echa un vistazo a Mitch cuando le escucha soltar una risita floja. Está justo frente a una luz, así que las estrellas de colores bailan alrededor de su cabeza.

Harry se aparta el pañuelo y saca la lengua hacia él.

¿Edta bal?

—¿Qué?

Bi debgua.

Mitch le mira muy fijamente. Jura que puede ver como su cerebro trabaja intentando descifrar su nuevo idioma.

Pero de un momento a otro, Harry pierde por completo el interés en continuar la conversación que ha tratado de empezar y mira hacia otra parte.

Las paredes están serpenteando a su alrededor, y cada vez que parpadea se pintan de colores que se desvanecen al segundo.

Lleva muchas horas drogado. Muchas. Al menos es así como él lo siente. Como si una hora fuesen cuatro, y cuatro fuesen dieciséis.

Y sus sentidos parpadean. Cuando sus oídos se agudizan su visión se nubla, y escucha cada voz, cada nota y cada ruido como si estuviesen dentro de su cabeza. Y luego decide que prefiere mirar cosas, y entonces ya no puede oír nada con nitidez porque los colores en la habitación se vuelven más brillantes.

Pero, sin duda alguna, lo peor es cuando todo se apaga. Cuando lo único que funciona es su cerebro, que alucina cosas sin permiso y revive momentos que no quiere repetir jamás, y le dejan mareado y confundido durante otras cuatro horas que parecen dieciséis.

—Deberías irte a casa —Kid pone su mano sobre su hombro adormecido, y los ojos de Harry se enfocan en él—. Deberíamos. Todos. Creo que hemos hecho un buen trabajo, y de todas formas Harry no está como para seguir cantando.

we'll be alright · h & lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora