El dragón de la leyenda.

Katsuki Bakugou.

¿Alguna ves has soñado con la grandeza?, ¿con multitudes gritando tu nombre como si fuera la única cosa que sus inútiles bocas pueden pronunciar?

Por supuesto, para Katsuki ese debía ser el pan de cada dia. El no solo quería ser un bárbaro con grandes ejércitos e invencibles armas. Claro que no. El quería ser rey; el rey de toda Yuuei. 

¿Pero como podría un ser un rey el hijo de Masaru, el loco de los dragones? Aquel chiflado que decía haber visto un dragón, ¡un dragón! Por supuesto, a Bakugou le faltaba un tornillo.

Bueno, a toda la familia, a decir verdad.
La rubia que gritaba con fiereza '¡Mi esposo no es ningún chiflado, el vio un dragón!" Por supuesto, ninguno le creyó.

Y es que, ¿cómo creerles cuando la Aldea que habitaban era la menos mágica de todas? Además, nadie nunca había visto un dragón. Se habían quedado como un simple mito contado por ancianos, ancianos que solían decir "Sí, los dragones eran seres poderosos, grandes y majestuosos. Sin embargo, al empezarlos a cazar desaparecieron".

"¡Ja, puras tonterías!" Decía la multitud, burlona.

Ese día, donde Masaru Bakugou perdió su honor y respeto, es el día donde Katsuki se prometió encontrar un dragón, montar sobre el y quemar a aquellos que humillaron a su padre.

¿Y saben qué?, ¡ese dragón le ayudaría a ser el rey de toda la puta Yuuei!

Katsuki Bakugou, a sus ocho años de edad, se prometió ser el más fuerte de su Aldea, para después salir y derrocar al rey junto a su dragón.

Y lo iba a cumplir, fuera como fuera.