Capítulo 10: Detective Alfon

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[Los eventos de este capítulo transcurren con anterioridad a donde acabó el capítulo 9]

Me recargue en mi silla, analizando la expresión que tenía Celestia en su rostro. Su mirada se perdía en la lejanía; revelarle toda esa información sobre nuestros descubrimientos en verdad le habían interesado. Solo hay que esperar que esa curiosidad se vuelva algo bueno...

Estire mi espalda, soltando un exagerado bostezo al finalizar. Habían pasado ya dos horas desde que esperábamos a que las computadoras terminaran de cargar. Me desilusione al percatarme que en los diversos monitores por toda la habitación la pantalla revelaba "Cargando... 48.9%"

—Esto jala para rato... —admitió Alfon, observando mi expresión. —En ese caso, es buena idea contarles a ustedes como fue que descubrimos Samantha y yo este lugar.

—¿Eh? Oh, cierto. Supongo que tendremos tiempo de sobra para eso. —dijo Bass, recargándose en su silla.

—Nah, lo dudo. Es una gran historia llena de suspenso, misterio, secretos, etcétera. —anuncio, una sonrisa acompaño lo que dijo. —Así que, niños, saquen unas bebidas, golosinas, lo que sea. Porque están apunto de presenciar una gran historia contada por su servidor Alfon.

...

Era una hermosa mañana en la Ciudad Wells, o por lo menos eso creo, ya que como todos los días desperté a las 5 de la tarde.

El silbido de la tetera en mi cocina hizo poco para terminar de despertarme. Aun durmiendo casi 12 horas diarias, tengo un inmenso sueño. Probablemente no llegue a los 40 años gracias a mi rutina muy poco saludable, pero ese no es el punto.

Le daba leves sorbos a mi té hecho con hojas de árbol que crece bayas Atania, una bebida ideal para sacarme de mi somnoliento estado. Observaba mi monitor, buscando algo de interés, cuando un fuerte estruendo sonó en mi puerta; golpes en sucesión que parecían querer derrumbar mis humildes aposentos.

Con cautela baje las escaleras, esperando encontrar un escuadrón de policías al abrir la puerta. Para mi sorpresa, solo era la misma mujer que anteriormente había llegado a mi hogar de una manera menos estruendosa. Su expresión parecía molesta, pero en su rostro había una muy clara y posiblemente forzada sonrisa.

—¿Cuanto carajos duermes? Hace unas horas casi derrumbo tu puerta de tanto que la golpeé. —musito con molestia, observándome.

Usando mis látigos cepa intente cerrar la puerta, pero se interpuso poniendo su pie entre el marco y la puerta antes de que esta cerrara.

—¡UGH! ¡Es la segunda vez que hacen esto!

—Aquí no hay posada, —conteste, intentando hacer un chiste.

—No tengo tiempo para esto. Esta vez sí necesito que cooperes en su totalidad. —me interrumpió cortante. Extinguiendo mi gran genio en la comedia.

Tal vez estaba somnoliento, pero aun en ese estado sabia completamente que no podía fiarme de ella. La última vez que nos encontramos jugó sucio, manipulándome y aprovechándose de mi poca resistencia ante el dominio femenino.

—Tu amigo, el que parecía momia, no hizo caso a lo que dije, ¿cierto? —pregunto, deteniendo mis pensamientos.

—¿Sabes que eres una mujer mayor hostigando a un menor de edad en propiedad privada?

—¿Sabes que son unos niños investigando archivos secretos de una organización con la que estoy asociada?

Su contra-pregunta me sorprendió. —¿Perteneces a la organización H.G.? —cuestione con desconfianza.

[PAUSADA]Doxtrino - Viajeros del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora