20 de octubre — 5:46 pm
El trofeo estaba roto. Tras lanzarlo por los aires en mi pelea contra el Machoke, este había encontrado un estrepitoso y desafortunado final. Al principio, todo el club de artes marciales me quería matar. Era un trofeo muy importante, uno de alto prestigio para la escuela, mismo que se le había otorgado a Celestia. Sin embargo, esa rabieta y odio colectivo hacia mí se desvaneció con el entender de que no importaba del todo; la Lurantis lograría vencer en otro torneo de artes marciales y reponer el trofeo que había roto. Este consenso me dio a entender por completo el que tan habilidosa era Celestia en realidad.
Tampoco era completamente mi culpa: había sido Kexis el causante de no informarme de la fragilidad del paquete. Ese Hitmonchan había estado ocupado estos últimos días, algo muy poco conveniente para todos los miembros del club, ya que un torneo estaba próximo.
Al ser el novato, mismo que se había ganado las burlas de todo el colegio, estaba destinado a ser el más patético del club. Mi falta de habilidad, aunque no abismal, seguía siendo más que evidente cuando se comparaba con mis compañeros. Por esto mismo, las últimas semanas habían sido un completo infierno para mí. Ansiaba el irme a casa y recostarme en mi cálida y cómoda cama, buscando perder mi consciencia arrastrada por el sueño. No obstante, parecía que todo el universo conspiraba en mi contra.
—¡Deja de bajar la guardia! —un contundente golpe conecto con mi mandíbula, sacándome de mi transe momentánea. Supongo que para ella parecía una simple bofetada, pero sentí como estaba a punto de noquearme por la fuerza de dicho contacto.
Frente mío, estaba Celestia, observándome con detenimiento. Vestía las mismas prendas blancas y holgadas, características del club de artes marciales. Leves risas se escucharon alrededor mío tras ese golpe, este haciendo que pusiera mi guarda arriba nuevamente, esperando otro ataque del tipo planta.
Estas últimas semanas habían sido un completo infierno. Ahora tenía que esforzarme para no morir aplastado por los tantos trabajos escolares; trabajos que solo aumentaban su dificultad y longevidad mientras el semestre se acercaba a su fin. Además, Kexis no me dejo respirar ni un poco. Aunque mis heridas estén ya completamente sanas, me hizo sujeto a un entrenamiento riguroso bajo su supervisión, y luego, tras tener que ir a un viaje escolar con los demás estudiantes brillantes de último curso, fui puesto bajo la supervisión de Celestia.
Me resultaba extraño, esperaba que ella fuese un poco más calmada que la reservada pero estricta actitud de Kexis. No, fue todo lo contrario; era mil veces más despiadada con su entrenamiento, al punto en el que llegaba tan cansado a casa que terminaba sin hacer los deberes escolares. Era casi la mitad de mi tamaño, su cabeza llegándome a la parte baja de mi pecho. Pero con esa estatura, lograba pegar diez veces más fuerte que yo.
Siendo completamente sincero, soy bastante patético. Nunca me había esforzado en mi vida, no al punto en el que lo he hecho estas últimas semanas. Siempre pase por mi vida como un Ducklett en un rio, dejando que me llevara la corriente y sin una preocupación en la mente.
Mi apariencia era deplorable por todo este estrés. Lo único que me mantenía viniendo a este club era mi interés en las artes marciales y el no querer arruinar mi inexistente reputación escolar. Esta no es la pacifica vida escolar que me había imaginado cuando llegue a esta ciudad.
Había noches en las que simplemente no podía conciliar el sueño, vencido por el estrés y vagos pensamientos que nublaban mi juicio. El hecho de casi haber muerto en mi odisea por encontrar fragmentos del pasado, no me producían la más mínima exaltación. Todo se sentía tan irreal; como si de una simple broma mal gastada se tratase.
Me preocupaba más lo que sucediera por la mente de los demás que mi propia seguridad. No tenía idea de lo que estuviera pensando Bass ni Celestia acerca del descubrimiento de que todos los encargados del proyecto habían desaparecido. Ni se hable de Asuan, la cual me he percatado ha estado faltando a clases bastante seguido últimamente. La curiosidad me carcome; quiero preguntarles más acerca de sus pasados, averiguar en qué circunstancias desaparecieron. No obstante, el simple hecho de recordar lo que le paso a mí tío me deja un vacío en mí estómago.
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[PAUSADA]Doxtrino - Viajeros del Tiempo
Misterio / Suspenso[Historia pausada y en un largo Hiatus actualmente] La mente es un verdadero enigma para muchos. ¿Hasta qué medidas llegará alguien para obtener lo que desea? Fanfic de Pokémon Cuenta la historia de Wind Kroner, un joven de 16 años que decide muda...