Nobody (Nobody, Nobody, Nobody)

13 0 0
                                    

[otro pedazo de historia. imagínense una oficina de terapeuta, y a dos personajes en ella]

—¿Dime, que piensas cuando te despiertas?

—¿Que significa eso?

—Bueno, ¿que se te viene a la mente cuando despiertas, todos los días? Desayunar, lo que vendrá en el día, cosas así.

—Pienso en lo grande que es mi habitación para una persona tan pequeña. Cuando me despierto, me doy cuenta de lo solitario que se está adentro. Me levanto, y hay un espejo en frente. Muchas veces me levante y me dio tanta rabia verme que ahora lo puse debajo de mi cama.

—¿Porque...?

—No quiero verme el rostro. Solo veré a una persona solitaria. A un rostro cualquiera.

—No lo eres.

—No creo que entienda.

—Vale, continúa.

—Desayuno lo que encuentre. Cereal, manzanas, a veces nada porque olvidó ir al supermercado. Esos días no como, porque no quiero salir. No salgo mucho, de todas formas. Solo en la noche.

—¿Por?

—Afuera está muy lleno. Muchas personas con vidas. Yo solo soy... nadie. Me siento sola, incluso cuando hay millones a mi alrededor. No tengo camino.

—¿Porque llegaste aquí?

—Ja. Buena pregunta.

—...

—Usted me dijo que viniera cuando me sentía mal. Me siento mal. No tengo ganas de hacer nada. Voy al trabajo, pero después vuelvo a casa a tirarme y a ver a la nada.

—¿El resto del día?

—Trabajo. Miro a una computadora. Miro mi teléfono. Como en la cafetería.

—¿Tienes amigos en el trabajo?

—No.

—¿Conocidos?

—Si. Pero no les agrado.

—¿Como lo sabes?

—Lo adivino. Así es la gente cuando no le agrado. Igual, usted es la única persona con la que hablo, y eso que han pasado meses de la última vez que vine.

—¿Porque no antes?

—Porque no quería que me viera como estaba.

—¿Como estabas?

—Me daba asco a mi misma. No tenía la energía para arreglarme. Me veía horrible, y apenas me levante de la cama. Joder, solo lo hice para que la gente en la calle no me viera dos veces.

—¿Porque te importa la gente en la calle?

—No lo se. Porque no tengo nadie más a quien importarle.

—No estás sola.

—Así me siento.

—Algún día te sentirás mejor.

—No lo sabe.

—Lo creo. Y solo tu puedes hacer algo para mejorar tu vida. Continúa.

—Me quedo en casa. Nunca salgo, solo una vez al mes.

—¿A donde vas?

—A tomar algo.

—¿Y eso te hace sentir mejor?

—Nada me hace sentir mejor.

—¿Conoces a alguien ahí? ¿Algún amigo con quien pasar el tiempo?

—Hay mucha gente en el bar. No creo que me reconozcan.

—No eres invisible, ¿sabes?

—....

—Aunque no lo creas, eres una persona. No eres nadie. Nadie es nadie. Eres más de lo que crees, ¿vale?

—....

—Se acabo el tiempo. Por favor, vuelve la próxima semana. Puedes intentar anotar en tu cuaderno como te sientes, y si—

El sonido de una puerta cerrándose interrumpe su voz.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 27, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora