Celos

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— ¿Me estas celando? — no podía creer que me estaba celando— Si mal no recuerdo lo de nosotras, si es que era un "nosotras" era solo sexo, así que por lo que se no tienes ningún derecho a celarme— en ese punto ya estaba más que cabreada por su humor.

—Poché no es...— intento excusarse pero la interrumpí.

—Nada Paula, yo puedo hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera, te deje claro que no podía corresponder a tus sentimientos, lo siento mucho si te hiciste ilusiones algo que no va a pasar— dije parándome para salir de ese lugar sin esperar su respuesta, escuche a Paula llamarme pero no quería aguantarme un minuto más su ataque de celos.

No podía dejar de pensar en Calle y en lo que paso anoche, no sabía si ir y buscarla o simplemente dejar las cosas como estaban, llame a Max y decidí ir a XDA a ver si bailando podía resolver cada una de las dudas que me atormentan. Tenía dudas sobre el juego de Calle, pero luego de eso iba a iniciar el abierto de golf donde iba a jugar el papa de Lucia y me llevaba muy bien con ellos.

Dos horas después bailando, descargando toda mi furia y creando una coreografía nueva para uno de mis proyectos decidí ir a casa, estaba agotada pero al final había decidido ver a Calle. Llegue a casa, me di una ducha rápida y Max llego a buscarme, después de 20 minutos llegamos al country club y gracias a la familia de Laura no tenía restricciones para entrar, di mi nombre y me dirigí a una de las carpas que funcionan para sentarse a tomar algo, fui a la barra y pedí un amaretto sour antes de llamar a Laura para ver donde se encuentra.

Había llamado a Lau tres veces y aun no contestaba, estaban pasando el juego en una pantalla y aunque había mucho viento al parecer Calle iba arriba, nunca entendí el golf es muy complicado para mí, se supone que debes golpear una pelota hasta un hoyo pero cada toque vale de manera diferente o algo así, las veces que he venido con Laura ha sido para buscar una nueva conquista.

Luego de media hora el juego acabo y calle gano con 275 (68, 69, 68, 70), decidí llamar a Laura a ver si lograba saber dónde estaba.

¿Dónde estás? — Cuestione luego de tres tonos cuando tomo la llamada— Te he estado buscando, llevo 3 amaretto sour esperando que me respondas.

En el country club ¿Qué paso? — parecí haberla preocupado.

Estoy en una de las carpa— suspire — Aunque realmente no sé qué hago aquí— dije tras respirar y tragar saliva.

Voy para allá — respondió antes de cortar la llamada.

Mire mi celular y suspire, realmente no sé qué me pasa desde que volví a ver a Calle, nunca había ido tras una mujer pero debía admitir que después de ese beso deseaba tener más, deseaba ser la dueña de sus labios.

—Entonces viniste a ver a Calle...— habló Lucia mientras se acomodaba en el asiento que estaba a mi lado— Creí que no te gustaban estos eventos, que eran muy aburridos para ti.

Negué sosteniendo mi cabeza con ambas manos, era cierto que no me gustaban esos eventos pero quería verla otra vez— Y siguen sin gustarme — comente frustrada.

— ¿Y por qué estás aquí y no disfrutando de alguna de tus bailarinas frustradas con ganas de entrar a tu academia? — fruncí mi ceño, ella realmente sabia la respuesta pero quería escucharla salir de mi boca, mi situación la divertía.

—Sabes la respuesta— contesté terminando  lo que quedaba en mi vaso.

— ¡Hola! — habló Calle acercándose a nosotras, no sé de donde había salido.

— ¡Calle estuviste genial, jugaste de maravilla!— Laura se acercó a felicitarla mientras yo no podía moverme al verla con una falda puma blanca sobre sus rodillas y un polo ajustado a su cuerpo sudado.

—¡Poché!— Laura me trajo a la realidad, la mire en espera de su pregunta— ¿Te puedes quedar con Calle en lo que voy a ver a papá? — la mire con confusión pero acepte.

Laura se alejó dejándome con Calle sentada frente a mi hablando por su celular, no sabía que decir ni hacer luego de lo que paso ayer; tenía ganas de besarla desde que la vi pero debía mantenerme al margen para no alejarla.

Luego de que colgara decidí romper el hielo — ¡Hola! ¿Qué tal estuvo el juego? — cuestione llamando su atención.

—Perfecto, aunque hubo mucho viento— dijo levantándose para acomodarse a mi lado — Aunque debo admitir que desde anoche extraño tus labios— susurro en mi oído.

Eso me tomo por sorpresa nunca me espere que dijera algo así, pero no podía mostrarme débil ante su comentario — ¿Ah sí? — cuestione mirándola a los ojo.

— ¡Si! — respondió acercándose cada vez más, cerré los ojos al sentir su aliento chocar con el mío esperando el choque de sus labios con los míos— Pero no estamos en un buen lugar— susurro nuevamente en mi oído haciéndome tragar saliva y abrir los ojos.

— Entonces... ¿Cuál es un buen lugar? — mi pregunta hizo que me mirara a los ojos con una sonrisa victoriosa.

— ¡Salgamos de aquí! — se levantó tomando mi mano y comenzó a caminar sin esperar mi respuesta, estábamos caminando hacia la salida.

— ¡Espera! — trate de detenerla pero seguía ignorándome— ¡Daniela espera! —insistí.

— ¿No quieres ir conmigo? — asentí.

—Tenemos que llamar a Max para que pase a recogernos— negó ante mi respuesta y continuó caminando hacia la salida.

Daniela se detuvo a indicarle al valet parking que buscara su auto que ya se iría, mientras esperamos seguía sosteniendo mi muñeca.

— ¿A dónde vamos? — indagué y en ese momento se detuvo un Mustang GT negro frente a nosotras y supe que era el auto de Calle cuando le entregaron las llaves.

—Ven— me pidió guiándome al auto para abrirme la puerta— Sube.

Me acomode en el asiento del conductor observándola comunicarle algo al chico del valet parking para luego ocupar el asiento del conductor, abrocho su cinturón y me dedico una sonrisa tierna para entonces ponerlo en marcha.





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Mi Enigma | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora