LA CITA:
Nada más entrar en el bar veo apoyado en la barra de espaldas, tiene la espalda ancha y tonificada, su pelo es oscuro y más largo que en la foto, tiene algunas ondulaciones que lo hacen parecer un chico despreocupado aunque sexy.
Es un chico muy guapo, y me atrae, al menos físicamente.
Ahora solo falta lo más difícil, que me guste como es personalmente.
Me acerco donde está él y lo saludo.
-- Hola, tu eres el Marco verdad? Yo soy Miana
--¿Qué? - me mira extrañado y ahora que lo veo de caras, aunque es guapo, no se parece al chico de la foto. -- Te debes haber confundido, yo me llamo Jan.
Mierda! Que bien que empieza esta cena, estoy tan nerviosa que me he pensado que mi cita era otro hombre.
De repente se gira el chico que está sentado a su lado y me saluda.
-- Hola Miana, yo soy el Marco -- me hace una sonrisa y nos hacemos dos besos. La verdad que él también es muy guapo y este sí que se parece al de la foto.
-- Hola, ¿como estás? -- contesto mientras se me forma una sonrisa tímida -- Te aviso que durante la cena puedo parecer un poco borde, estoy muy nerviosa.
-- Pues encantado de conocerte -- me dice mientras nos encaminamos hacia la mesa para cenar. El restaurante tiene buena pinta pero parece caro, debe ser un chico con dinero, no creo que me pudiera permitir pagar eso muchos días, pero por un día tampoco pasará nada, quizá hasta consiga que pague él.
Nos sentamos a la mesa y una camarera nos trae la carta. ¡Dios que precios! Prefiero pasar de eso y elegir sin pensar en el dinero.
Una vez hemos pedido empezamos a hablar sobre nosotros, me cuenta que también vive por aquí y muchas cosas sobre él, muchas, quizá demasiadas.
-- Hace muy poco que nos conocemos pero creo que ya has notado que soy guapo, rico y elegante - lo dice con una sonrisa de suficiencia, mientras que con las manos señala el restaurante y luego a él mismo, haciendo referencia a todo el lujo que se puede permitir. Este gesto que me hace muchísima rabia pero en parte su comentario me hace reír .-- No hay belleza más grande, más grande que la de unos ojos brillantes, y de un cuerpo con perfección, perfección como la mía.-- Agh, que chico más arrogante.
Me estoy arrepintiendo de no haber esperado a que me salieran más pretendientes en esa página o haber ido a la cita con el otro aunque no recuerdo ni como se llamaba.
Marco sigue hablando durante lo que me parece una eternidad, al menos cuando nos traen la comida me puedo entretener comiendo, el plato que me he pedido está demasiado bueno. Más tarde llega la camarera y me salva de lo que ya empieza a ser una tortura.
-- ¿Deseáis algo de postres?
-- Una cita contigo si puede ser.-- Marco le hace una sonrisa y yo y la camarera nos miramos extrañadas, porque este chico ahora está en su primera cita conmigo y ya está ligando con otra. Luego me mira, como si ahora recordase que yo sigo aquí.-- Aunque ya estoy contento contigo.
Madre mía, que asco de chico. Ahora si que ya me ha tocado las narices.
--Vete a la mierda chaval, habíamos quedado para tener una cita. ¿Eres idiota de por si o es que solo aprendiste a pensar con la polla?
Cojo mis cosas y sin haber pagado me largo. Al menos me he comido un buen plato y él ya me ha dejado bastante claro que tiene suficiente dinero para pagarlo.
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Mirando el techo desde mi cama pienso en la mierda de cita que he tenido. ¿Por qué todo lo malo me pasa a mí?
Marco es un chico muy gilipollas, no sé cómo pude elegir tener la cita con él, debería haber elegido la cita con el otro, seguro que tan malo no habría sido.
De repente me viene a la cabeza aquel chico que he confundido con Marco, aquel que he visto antes de la cita. No me ha caído mal pero claro, no he hablado mucho con él.
Pero era guapo.
Vaya tonterías. No creo volver a encontrarlo nunca más.
Pero seguro habría sido mejor una cita con él que no con el imbécil.
Eso seguro. No es difícil superar esta cita.
Miana: Eira puedo venir un rato a tu casa? Tengo cosas que contarte
Eira: Uy huelo a chisme. Claro que puedes venir, te estaré esperando.
Miana: Diez minutos y llego, ciao.
Eira: OKIS
Cojo el móvil y me voy casi corriendo.'
Eira es mi mejor amiga desde tercero de ESO, nos hicimos amigas cuando llegó nueva en el instituto. Ella no sabía nada de quien era yo ni nada de lo que me había sucedido y yo tampoco sabía nada de ella. Quedamos un día para hacer un trabajo en parejas que nos pidieron y terminamos siendo mejores amigas. Siempre habíamos dicho que estudiaríamos en la misma universidad y que después de sacarnos la carrera iríamos juntas a trabajar juntas a la editorial que siempre habíamos soñado. Aunque ella terminó estudiando medicina, pero da igual, es de las mejores y se merece hacer lo que más le gusta.
Cuando veo la casa del Eira me quedo mirando la puerta embobada y luego toco el timbre.
-- ¡Hola Eira! -- Sonrío mientras veo que me mira con esa sonrisa que siempre tiene preparada para mi. -- ¿Estás bien? Haces mala cara.
-- Que amable, acabo de llegar y ya me estás llamando fea.
Sonrío para que vea que hago broma pero luego cuando recuerdo porque he venido aquí y se me quita la sonrisa. Una vez entramos empiezo a contarle todo como solo con ella puedo hacer.
»cada vez me siento más sola, se que te tengo a ti y a mi madre pero cuando estoy en una cafetería sola o paseando o en el cinema, y veo a parejas dándose la mano felices, los dos juntos, me pongo a pensar que nunca he tenido una pareja formal y que de verdad tengo ganas de tenerla.
La verdad es que nunca he tenido pareja, sí que he estado con chicos pero nada serio. Nunca me gustaban suficiente, tengo las expectativas demasiado altas, todo es culpa de los libros y esos chicos literarios demasiado perfectos.
-- Tía que todavía tienes dieciocho años, acabamos de empezar la uni aún te quedan muchos años, estamos en la mejor fase para pasarlo bien y disfrutar de nuestra soltería. -- Me coje de la cara para que la mire a los ojos y, dramatizando un poco, termina su discurso:-- Tu eres guapa y puedes comerte el mundo tu sola, no necesitas a nadie.
-- Sí... pero yo no quiero solo pasarlo bien un rato, quiero a un chico que esté a mi lado tanto en los días buenos como en los malos, que me abrace, me bese y me haga sentir la mejor chica del mundo, quiero más, quiero sentir más. Estoy bien sola pero me gustaría encontrar a esa persona que pueda complementarme y hacerme feliz solo estando a mi lado.
-- Podrías comprarte un perro, hacen compañía. - me río de su comentario. ¿Acaba de comparar un hombre con un perro? Pobres perros.
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KAMU SEDANG MEMBACA
Cuando estoy contigo
RomansaUna historia de amor que comienza con un error antes de una cita, un chico muy guapo y un chico muy creído. Problemas, desamores, sonrisas y llantos. El descubrimiento de buenas amistades y amores que no nos esperábamos.