Una Moneda - Capítulo 02

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El chico que estaba más cerca de él se había quedado inmóvil al principio, pero después de eso estalló a carcajadas, justo como si hubiera escuchado el mejor chiste del año.

Los demás chicos que estaban detrás de él tampoco contuvieron sus risas.

A Yan Hang no le importaba, en un principio las intenciones de esas palabras eran para provocarlos.

Sin embargo, el motivo principal por la que él se había acercado no era para hacerles una broma. Le dio un golpe en el rostro de ese chico, sin previo aviso y sin compasión.

"Bebé, al momento de atacar, no le des oportunidad a tu oponente, de lo contrario estarás en desventaja." Su papá-rey había dicho eso alguna vez. Por eso, cuando aquel chico se cayó al suelo, quedando al lado de sus pies por el impacto del golpe, la sonrisa aún permanecía en su rostro.

Todos eran jóvenes, y aunque uno de ellos se había caído al suelo mientras se reía, causando que el resto del grupo se quedaran inmóviles, pronto reaccionaron.

Yan Hang agarró la muñeca de uno de los chicos que había tomado la mitad de una botella y había ido en su dirección.

Apretó fuerte, lo flexionó y se detuvo.

El momento en el que su viejo padre le había enseñado aquellos movimientos, lo había hecho de forma tensa y sin retorno, ni siquiera le había enseñado con un muñeco, le enseñó directamente en persona. Sus manos fueron flexionadas hacia su espalda y de esta manera había sido empujado, la manera en la que sus brazos sintieron el dolor al ser arrastrados hacia la parte trasera de su cuerpo, le hizo ver como un prodigio del kung fu, controlando rápidamente los puntos esenciales.

Cuando tomó al bastardo número dos por los brazos y lo empujó hacia el bastardo número tres que ya se estaba precipitando hacia ellos, el bastardo número dos emitió un quejido hacia el bastardo número tres.

Sonaba bastante afligido, haciendo que número tres temblara tanto que sus ojos se tornaron redondos.

Yan Hang lo soltó y le dio una patada a la espalda baja de número dos, entonces número dos y número tres se cayeron juntos al suelo.

El resto del grupo se precipitó hacia él, recordó el truco que su viejo padre le enseñó: "No te rehúses cuando alguien se precipite hacia ti, por el contrario, tienes que extender tus brazos, justo como si fueras a abrazarles."

Al no haberlos declinado, primeramente, le propinó un golpe en el estómago de la persona que estaba al lado derecho, continuamente bloqueó el puño del lado izquierdo que iba en su dirección y le propinó un golpe en su hombro izquierdo. De esta manera, aquellos dos se retiraron.

A decir verdad, cada vez que peleaba con esta clase de personas, que, para no perder la vergüenza, claman que él tiene 0 nivel de fuerzas, Yan Hang siente como si él mismo fuera un maestro de las artes marciales.

Justo de esa manera, se hizo cargo de aquel par de inútiles en menos de tres minutos. Si no fuera porque aquellos chicos no paraban de patear al protagonista, él no hubiera tenido ganas de mover ni un solo pie.

Lo había logrado esquivando algunos golpes y dando otros cuántos golpes, no era necesario que en ese momento utilizara sus piernas. Varios de los chicos se levantaron del suelo y luego de eso se detuvieron en su ubicación original, esperando que alguien saliera a defenderlos, pero era una lástima, ya que todos pensaban lo mismo.

El escenario parecía como si fuera una feria en donde extraños se miraban incómodamente el uno al otro.

"Olvídenlo." —Finalmente alguien se atrevió a decir la primera palabra— "Vámonos."

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