Una Moneda - Capítulo 06

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El día que Chuyi le había dicho que si corría como si su vida dependiera de ello, podría llegar a su destino en cinco minutos, a Yan Hang le había dado el impulso de preguntarle: ¿sabes con qué velocidad correría si lo hiciera como si mi vida dependiera de ello?

Por supuesto, él nunca había corrido como si su vida dependiera de ello, la velocidad máxima con la que lo ha hecho es el de "correré a toda velocidad para alcanzarte y darte una paliza".

Desde un principio, si él no se había tropezado con los huecos del tramo de la vía que se hallaba a la orilla del mar, definitivamente no le hubiese tomado ni cinco minutos.

Al ver claramente cómo el bastardo número uno había echado a correr a toda velocidad por una de las calles, y que cuando llegó a la esquina, cambió de postura para poder doblar hacia el callejón, Yan Hang se dio cuenta de que lo iba a alcanzar en cuestión de unos treinta segundos.

Justo en el momento que número uno había doblado hacia el callejón, Yan Hang ya había lo había alcanzado por detrás.

El príncipe veloz.

Número uno estaba absorto corriendo, ni siquiera se preocupaba por lo que sucedía detrás suyo, no se percató de que Yan Hang ya estaba detrás suyo.

Yan Hang solo tenía que extender su mano, halarlo para hacerlo caer.

No obstante, en el momento que levantó su mano, cambió de idea, y entonces aumentó la velocidad abruptamente, acercándose aún más para luego gritar: "¡¿A dónde piensas ir ahora?!"

Número uno se asustó con aquel grito, tanto así que mientras corría, dio aproximadamente tres saltos.

Yan Hang se detuvo, estaba riendo tanto que no podía correr.

Número uno se volteó para poder mirarlo y de inmediato retomó sus pasos a toda velocidad.

"¡Dejaré que te adelantes veinte metros!" —Gritó Yan Hang— "¡Ánimo!"

"¡Joder, maldito arrogante!" —Gruñó número uno mientras corría.

"Ve, ¡te mostraré el camino!" —Yan Hang gritaba mientras se reía.

Había una intersección a la vuelta de la esquina de aquel callejón, era una vía desconocida para Yan Hang, por eso inhaló una bocanada de aire y de inmediato fue a perseguirlo nuevamente, tenía que derribarlo antes de que diera la vuelta por la esquina.

La fuerza de número uno probablemente le permitía correr únicamente quinientos metros, cuando Yan Hang lo alcanzó en la esquina, él ya había bajado su velocidad.

Yan Hang silbó detrás de él.

Número uno hizo algunas pausas para finalmente detenerse, probablemente porque sabía que no tenía escapatoria, él se dio la vuelta y se preparó para darle un puñetazo a Yan Hang.

Los movimientos de Yan Hang fueron más rápidos y el instinto hizo que no se pudiera detener.

Tampoco era como si tuviera intenciones de detenerse.

Levantó su brazo para bloquear el puñetazo de número uno y logró zafarse de él al haberlo empujado hacia un lado. Seguidamente agarró los hombros de número uno, presionándolo hacia abajo, y siguiendo sus instintos, golpeó su estómago con su rodilla.

Cuando lo soltó, número uno se cayó de trasero, quedándose sentado sobre el suelo.

Ni siquiera había aplicado fuerza con el golpe que le propinó con la rodilla, todo lo había hecho por instinto.

Su padre le enseñó que era suficiente causarle dolor al oponente durante las peleas, que no había necesidad de herirle.

Por eso número uno no estaba herido, pero estaba muy adolorido.

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