Capítulo 4

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E: Buenos días Sra. San Román
M: mmmm buenos días (sonriendo, pero sin abrir los ojos)
E: ¿cómo dormiste? (apretujándola entre sus brazos)
M: de maravilla ¿y tú?
E: como un bebé (acercándose a besarla)
M: mmm, mi amor (tratando de separarse de su boca) tenemos que ir a la oficina, debe ser tardísimo
E: no, mi amor (atacando nuevamente su boca) nos vamos de viaje por el finde de semana, una pequeña luna de miel
M: ¿y por qué no me habías dicho? (aceptando gustosa sus besos)
E: porque era una sorpresa (sonriendo contra su boca) vamos (tomándola entre sus brazos para llevarla a la ducha)
M: ¡Esteban!
E: tenemos el tiempo justo para ducharnos y alistarnos para luego irnos al aeropuerto.

>>>horas más tarde>>>

Ahora se encontraban frente al mar, en unas de las propiedades de su marido…
M: qué bello es todo aquí (dejándose abrazar por Esteban)
E: qué bueno que te gustó mi sorpresa (girándola entre sus brazos para besarla)
M: no creí que aun conservaras la casa… (caminando de su mano por la casa)
E: no fui capaz de venderla, tenía muchos recuerdos…
M: y seguimos sin tener vecinos… (sonriéndole coqueta)
E: tú sabes que me gusta la privacidad (atrayéndola hasta su cuerpo para besarla)
M: ajá… (dejándose besar)
E: ¿Qué te parece si esta noche vamos a cenar al pueblo y luego que sea lo que Dios quiera?
M: me fascina su idea, Sr. San Román (besándolo dulcemente)

Se cambiaron de ropa, por una más ligera y recorrieron descalzos la playa… volvían a casa cuando ya estaba anocheciendo. Se ducharon rápidamente y se dirigieron a un pequeño pero acogedor restaurante que se encontraba en el centro del pueblo. Allí cenaron y disfrutaron del ambiente… había música en vivo por lo que Esteban no dudo en invitar a bailar a su mujer…

E: ¿bailamos? (extendiendo una mano a su esposa)
M: claro (aceptando su mano y poniéndose de pie)
Se movieron al ritmo de la música, una melodía suave, mientras que sus ojos no se despegaban de los del otro…
E: ¿ya te había dicho lo hermosa que eres?
M: unas cuantas veces (sonriéndole)
E: no me canso de repetírtelo, María… (acarició su mejilla para luego inclinarse y tomar su boca en un suave beso)

Siguieron bailando hasta que la canción terminó… continuaron con el postre, el cual contenía chocolate a pedido de María… uno de sus primeros antojos…

M: Esto está delicioso (Saboreando su postre)
E: te creo, mi amor (Viéndola comer con ganas y probando también el suyo) está exquisito…
Terminaron de cenar y volvieron a su casa… ya era cerca de la medianoche…
M: mi amor…
E: ¿sí? (acostados en la cama luego de hacer el amor)
M: se nos fue avisarles a los muchachos que saldríamos… (jugueteando con una mano sobre el pecho de su marido)
E: anoche les avisé, se podría decir que ellos insistieron en que tuviéramos una mini luna de miel
M: me alegra tanto que nuestros hijos hayan tomado bien la noticia del embarazo y nuestra boda (mirándolo a los ojos)
E: y ya verás que pronto les diremos la verdad, que tú eres su verdadera madre… y no esa mujer del retrato…
M: es lo que más deseo, mi amor… pero antes quiero limpiar mi nombre y encontrar al verdadero asesino…
E: ya verás que pronto lo haremos… (besó su cabeza y se acomodaron en busca de la mejor posición para dormir)

>> DIA SIGUIENTE <<

M: despierta dormilón (dándole besos por toda la cara)
E: mmmm, mi amor, cinco minutos más (atrapándola entre sus brazos para que se acostara a su lado)
M: mi vida… nuestro hijo tiene hambre…
E: ¿y qué se le antoja a mi bebé? (pasándole una mano por la panza)
M: cualquier cosa pero que sea rápido, mi amor…
E: ¿prefieres salir o comer aquí? La cocina está bien abastecida…
M: mejor salgamos y aprovechamos de recorrer el lugar
E: está bien, vamos…

Se ducharon entre besos y caricias para luego salir en busca de su desayuno… encontraron un lugar en donde comieron a gusto y cuando finalizaron recorrieron la zona… ya habían pasado algunas horas desde que habían salido de casa…

El beso que desencadenó todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora