Ciencia Ficción - Nave fugaz

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Nave fugaz

    Como todas las noches subí a la montaña para ver si encontraba una estrella fugaz, ya que ésta, sería la única forma de salvar a mi familia, según contaba una leyenda que me recordaba cuando era niño y que me mantenía esperanzado. Insólitamente , vi una, algo que era muy difícil en estos tiempos, en donde éramos esclavos de nuestros propios errores.

    —Estrella fugaz, ¿Me cumplirías el deseo de salvar a la humanidad?—dije.

    —No, estúpido terrícola, no tengo ganas de ayudarte —me contestó la estrella fugaz.

    —Pero, mi familia decía que una deidad venida de una estrella, iba a salvar el mundo.

    —¿A mi que me importa tu mundo? ¿Si mi hermano y yo solo somos unos turistas?

    La estrella fugaz se aproximó y quedó quieta, la pude ver con más claridad, era una nave alienígena, bien rara por cierto.

    —Si nos salvan, les daremos lugares para cultivar, vivir, o construir.

    —¡Eso es poco! ¡Aceptamos si nos das todo un planeta!

    —¿Aceptamos? ¿Xyumpanto por qué siempre hablas en plural? —dijo una voz que parecía ser de su hermano.

    —¡Porque soy el mayor!—contestó Xyumpanto.

    —Esa excusa de terrícola no me sirve, ni tampoco a ti —contestó el otro.

   — ¡Sálvennos por favor! ¡Imagínense estar en nuestro lugar! ¿Les gustaría? —dije en medio de la charla y por eso no recibí respuesta.

    —¡Ya sé! ¡No soy un estúpido humano Taiatelle!— contestó Xyumpanto.

    —Bien, ahora sí ¡TUUUU!- me señaló Taiatelle —¿Qué es lo que deseas?

    —Deseo salvar a la humanidad de ésta esclavitud —dije.

    —Yo te ayudaría... Pero ¿Por qué no pediste antes ayuda, si esto lo sabían hace millones de años? Bueno, más bien creían que nosotros éramos los malos, cuando en realidad los malos eran algunos de ustedes ¡Ja!  —me contestó Taiatelle.

    —No es mi culpa que el resto de los humanos, no pidieran ayuda cuando se debía —respondí.

    —Si lo pudiste haber hecho tú.

    —¡Si nací a fines del siglo 32 no del 21! , aparte si hubiera nacido en esa época ya estaría requete muerto.

   — ¡Ah! eso lo explica.

    —¡¿Van a salvar a la humanidad?! ¡¿O no?!

    —Claro solo tengo que encontrar la forma-me contestó Taiatelle.

    —¿Y cuánto decís que vas a tardar?

    —No sé por ahí un mes o por ahí treinta años terrestres, aunque eso no importa, total la raza humana va a seguir viva —dijo Xyumpanto

    —¿¡Cuántos años!? —dije mientras los aliens se iban lejos.

    No obtuve respuesta, los extraterrestres ya se habían ido, así que tuve que esperar 30 años.

    Luego de 30 años somos independientes, no sé si fue por ayuda de los Aliens o de los humanos, pero ¡bah! igual se cumplió mi deseo, así que, me lo preguntaré por siempre.

-Nuna Hovy-

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