Never Ending Story |Jackson Wang|

Capítulo 3

—Esto es una locura —dije por décima vez en la noche.

Esta vez me había superado, era mucho mejor de lo que imaginaba y claro, tenía muchas expectativas sobre la dichosa fiesta. Incluso Yi En se quejó cuando no paraba de hablar en toda la semana. ¡Ja! Ahora tendría que escuchar a todos en clase hablando de la mejor fiesta de la historia.

Miré a mi alrededor a las docenas y docenas de estudiantes que se divertían a toda costa. Por un rato estuve buscando al idiota de Tuan pero cuando llamó y dijo que llegaría un poco tarde, decidí enfocarme en encontrar a Shi Ying. Desde que Zhou Lin la apartó de nosotros aquella vez, no había podido hablar con ella y me molestaba demasiado.

No la encontré por ninguna parte, ni siquiera a Yi En que suponía, ya debía haber llegado. Traté de relajarme un poco y disfrutar de la noche como todos mis invitados. La música era escandalosa y las luces muy tenues, para mí gusto era perfecto.

Salí al jardín trasero y enseguida me encontré con Yang Li, una de las chicas más lindas de mi clase, que al verme sonrió y se acercó de prisa tomando mi brazo.

—Buen trabajo, Jia Er. Tu fiesta es maravillosa —ronroneó acercando su rostro al mío y acariciando mi mano.

Le devolví la sonrisa y tomé su cintura para pegarla más a mí.

—¿En serio lo crees? Es decir. Por supuesto, todas mis fiestas son geniales.

Debía admitir que Yang Li me ponía bastante nervioso, y no era novedad el querer impresionarla, era una de las chicas más hermosas que había conocido.

—¿Has recibido muchos regalos esta noche?

—Eh, no realmente pero... —sin dejarme terminar de hablar sujetó mis mejillas y me besó de pronto sonriendo traviesa— ¿Qué fue eso? —pregunté en cuanto se separó.

—Quiero darte el mejor regalo que puedas recibir —susurró en mi oído antes de lamer el lóbulo de mi oreja. Mi cuerpo se tensó de inmediato y un extraño estremecimiento me sacudió desde el interior. Forcé mi agarre a su cintura sin dañarla y la ví morder su labio inferior—. ¿Lo quieres?

Tragué grueso. Oh, claro que lo quería. No estaba lo suficientemente ebrio para tomar alguna estúpida decisión, sabía que por lo menos lo recordaría. Sin embargo, muy en el fondo sentí miedo.

Ignoré el leve temor en mi interior y asentí rápidamente mientras comenzaba a guiarla a mi habitación en el segundo piso.

No era así como imaginaba mi primera vez, pero no estaba tan mal. Ella era una chica bellísima, era mi cumpleaños y no estábamos tan ebrios, quizá yo lo estaba lo suficiente para no entrar en pánico. Pero estaba bien.

Cuando cerré la puerta y coloqué el seguro me dediqué a besarla y pegarla a mí con movimientos torpes. Ella tomó la iniciativa de llevarme a la cama y me recostó ahí por unos minutos mientras con su boca hacía maravillas en mi cuello y labios.

Estaba encendido, mi cuerpo reaccionaba muy rápido a sus caricias, pero el miedo, ese que era tan pequeño en mí al principio, fue creciendo con cada parte que ella descubría de mi cuerpo. Quise ignorarlo y seguir, no podía simplemente perder una oportunidad como ésta.

El verdadero problema empezó cuando ella se sacó la blusa. Supe en ese instante que no podía ir más lejos, mi temor me lo reprochó demasiado.

Me levanté de la cama y abroché de nuevo mi camiseta luego de acomodar mi cabello. Suspiré sonoramente y miré a Yang Li fulminarme con la mirada. No dijo nada y yo tampoco lo hice, no tenía palabras para expresarle mi inconformidad.

—¿No te ha gustado? —inquirió casi ofendida.

—No, no es eso —rasqué mi nuca y miré al suelo—. Es que... No creí que fuera...