⚪ Fake Love ⚪ [WooSan]

[05]

— ¿Pensaste bien que es lo que haremos esta noche? — Preguntó WooYoung. San se encogió de hombros mientras trataba de acomodarse dentro del carrito de supermercado — El carrito se caerá si sigues haciendo eso.

— Lo siento Woonie una barra me estaba lastimándola pompi — Sonrió con inocencia. WooYoung dejó de empujar el carrito por un momento para quitarse la sudadera que llevaba puesta y después entregársela a San.

— Siéntate sobre ella — Choi obedeció a las palabras de su novio y le agradeció por su pequeño gesto — Desde hace un momento quería preguntarte algo ¿En verdad no hay problema si te quedas conmigo esta noche?

— No, mi familia ira a celebrar año nuevo a casa de mis abuelos y mi madre dijo que ella se encargaría de explicarles el motivo de mi ausencia — WooYoung asintió. No quería causarle problemas a San por no estar con su familia en esas feches tan espaciales — Oye ¿Qué te parece si preparas un poco de Bulgogi esta noche? Yo podría encargarme de preparar una torta especial para ambos.

— ¿Debería confiar en tus habilidades culinarias? — Preguntó burlón mientras se acercaba al rostro de su novio.

— No deberías dudar nunca de ellas — Respondió para después deportar un fugaz beso en los labios de WooYoung.

— De acuerdo, dime que es lo que necesitas para hacer esa espectacular torta — Ambos sonrieron y Jung retomó su labor, empujando el carrito a donde San lo guiara.

A pesar de todo lo malo que había pasado la pareja, también había sucesos que valía la pena recordar. Uno de ellos habida sido la última noche del 2017, llevaban apenas unas semanas como novios y esa era la primera celebración que tendrían juntos. Todo había sido perfecto para ambos.

Y aunque los dos desearon que se repitiera por muchos años más, ya no era posible. Pasaron tres meses desde que ocurrió el accidente y desde ese entonces, WooYoung perdió todo tipo de contacto con Choi.

Era 31 de diciembre y a pesar de que no había planeado nada para esa noche, Yeosang lo convenció de ir a beber con unos amigos. Que mejor idea que recibir el 2020 que con una resaca infernal. 

Justo en ese momento iba camino al supermercado en busca de un par de botellas para esa noche y mientras caminaba por el estacionamiento vio un auto aparcado que le pareció demasiado familiar.

Tratando de ignorar ese pequeño detalle, se apresuró a entrar en el lugar, siendo recibido inmediatamente por el guardia de seguridad que miraba a todas las personas como si fueran sospechosas de un crimen. Tal vez solo se tomaba muy en serio su empleo, pensó Jung.

Con la intención de volver pronto a casa, no tardó mucho en llegar al pasillo donde se encontraban los vinos. Había una gran variedad, pues en esa época del año, el vino parecía tener mucha demanda. Mirando fugazmente todas las botellas, bufó molesto al no poder encontrar la botella de Bokbunja ju que tanto quería.

— ¡Oye! — Le fue bastante sencillo reconocer esa voz. No sabía si se dirigía a él, pero de cualquier manera quería salir corriendo del pasillo. Aun no estaba preparado para ver a San, pero el destino era tan maldito que parecía querer llevarle siempre la contraria — Disculpa, podrías...

Sintió como Choi tocaba su hombro con la punta de sus dedos buscando llamar su atención. Estaba seguro que su frecuencia cardiaca nunca había estado tan fuera de control como en ese momento. Rendido, giró para mirar al chico, sorprendiéndose bastante por como había mejorado su apariencia en los últimos meses.

Las cicatrices en su rostro eran menos notorias, a simple vista podía notarse como había recuperado el peso perdido mientras estuvo en coma y su cabello, ya no era rubio como la última vez que lo vio, ahora era de color castaño oscuro y con un mechón blanco en una parte de su flequillo. WooYoung estaba seguro de que la expresión en su rostro era un verdadero espectáculo. Por otro lado, San no dejaba de sonreír en ningún momento.