Capítulo 1

52 4 2
                                    

— ¡Joder, Richie! ¡Siempre estás más de lo que deberías en la puta hamaca! — gritó Eddie Kaspbrak, poniéndose al lado contrario del que estaba Richard, acomodándose bien y entrando en la hamaca roja a patadas.

— ¡Wo, Eds! — dijo con una risa el del cabello rizado y gafas llamado Richie. — ¡Puedo ver tu vagina!

— ¡Cállate, gilipollas!

— ¡Es como la de tu madre!

Hubo risas por parte de varios de los Perdedores.
Bill suspiró.

— A-algún día c-cambiarán...

Llevamos dos años así — respondió Stan, el más maduro de todos. — ¿Crees que lo harán?

Habían pasado dos años enteros desde que derrotaron a Pennywise en el corazón de Derry, lo que significaba que todos tenían 16 años, o apunto de cumplirlos ya, pero todos seguían más o menos igual que antes.

Ya era tarde, el sol se estaba poniendo y cada Perdedor debía volver a su casa.

— Ya, pues creo que la pelea de la hamaca debe esperar a mañana. — comentó la chica pelirroja con su cigarro a medio terminar. — Son las nueve.

Beverly apagó el cigarro pisándolo.

— Debo irme. Mi padre estará furioso si se despierta y la cena no está hecha.

Mike se levantó.

— Yo también me voy. — dice. — Se supone que hace media hora que debería estar en casa.

Eddie dejó de patalear con Richie para escuchar.

— ¡Mierda! ¡A las ocho me tendría que haber tomado una pastilla! — exclamó el castaño.

— Joder, Eds, pareces una puta vieja. — rió Richie.

— ¡Que te calles, imbécil! — exclama. — ¡Y llévame a casa, mi bici está rota!

Richie bufó rodando sus ojos y cogiendo las gafas que Eddie le había tirado antes al suelo jugando con el pie en su cara.

— Está bien. — aceptó y se levantó de la hamaca. — Vámonos, Eddie Spaguetti.

— ¡No me llames así!

Sus gritos sonaban por todo el lugar, como de costumbre. Cada miembro del grupo se fue a su casa, algunos andando y otros en bici. Bill acompañó a Beverly, Ben a Stan (ya que este vivía cerca de él) , Mike se fue solo y Richie acompañó a Eddie.

— ¡No vayas tan deprisa! — le dice Eddie. — ¿No sabes que podríamos caernos?

— No sé si dijiste caernos o casarnos, pero la segunda es imposible. — dijo burlón Richie. — Ya estoy casado con tu madre.

El mayor comenzó a reírse, siendo golpeado y regañado por el pequeño, quién iba en su espalda.

— ¡Ya te gustaría casarte con alguien como yo!

Claro que a Richie le gustaría, ¿quién no querría tener como pareja a alguien como Eddie? Para Richie, Eddie era perfecto. Llevaba algún tiempo viéndole así, no en una forma de amistad, como él pensaba que era en un principio.

Richie era gay. Lo supo desde que dejó de picar a Eddie por gusto para empezar a picarle para que se fijase en él.

Derry era un pueblo de mierda en ese tema. Todos los habitantes eran homófobos, racistas y machistas. Para atreverse a salir del armario en Derry había que tener dos cojones bien gordos y la maleta hecha, ya que si lo hacías dentro del pueblo no aguantabas ni dos días contados.

Truth or dare? 《Reddie》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora