15-12-2019
Tuldate: insternado para mutantes.Eran las 19:34h, los pasillos que aquel internado se encontraban casi vacíos, a excepción de una chica la cual se mostraba algo apurada para llegar a algún lugar, ese lugar era con la consejera, Molly Denysson.
Al llegar la chica abrió la puerta, entro y se sentó en una silla frente al escritorio de la consejera, viéndola directamente a los ojos.
–Señorita Ceiza, no va a venir, su madre no ha venido a visitarla hace casi 2 años, mas sin embargo, la has esperado cada fin de semana. ¿Por qué?.
–Es que, siempre he tenido la esperanza de que venga y... me presente a mi hermano, que ni siquiera se como se llama. He tenido la esperanza de sentir la misma felicidad que los demás al ver a sus padres, pero no es así.
–Cariño, no te pongas triste por eso, si ella no quiere volver no volverá, pero mas malo es que tu creas que va a volver. Cuando no es así.
A la distancia se escuchaba sonar una pequeña campana, eso indicaba que la hora de visitas había terminado, y con ello, todos regresaban a sus habitaciones, claro, ya eran las 20:30.
–Ceiza, cariño, tienes que volver a tu habitación, recuerda que no puedes estar en los pasillos a partir de las 8pm.
–Claro, bueno supongo que te visitare luego, adiós.
La chica se levanto de la silla, y se dirigió a abrir la puerta, pero antes de eso, la consejera la interrumpió.
–Un momento, Ceiza deja que vea tu muñeca.
–Si cree que me quitaría esta cosa, esta muy equivocada, es imposible.
–Vamos cariño, muestra tu muñeca, solo quiero verla.
La chica se levantaría la manga de su suéter y mostraría un pequeño brazalete de color rojo, el cual contenía un GPS, por si algun chico intentaba escapar.
–Esta bien, ya puedes retirarte, adiós.
La chica termino de abrir la puerta y salió de ahí lo antes posible, ya no había nadie en los pasillos, corrió hacia su habitación, hasta llegar a ella, entrar y cerrar la puerta con llave.
–¿Quien te viene siguiendo o qué?
–Callate Yenna, vengo de con la consejera, se me hizo tarde ya que me pidió que le mostrara el brazalete.
–Por dios, como no va a querer que se lo enseñes, todo tu brazo esta con arañones y mordeduras. Ya no lo intentes, por favor.
Yenna se levantaría de su cama y se dirigiría hacia ella, esta tomando el brazo de la chica y poniendo ambas manos sobre las heridas; en pocos segundos las heridas habrían desaparecido, como por arte de magia.
–Ya esta listo, tu brazo esta como nuevo.
Yenna esbozaría una sonrisa mientras veía a Ceiza a los ojos, pero su sonrisa no habría durado mas tiempo al ver la actitud negativa de la chica.
–Según yo, cuando te hacen un favor se debe decir gracias.
–Pero yo no te pedí ese favor, solo lo hiciste para demostrar que tus poderes pueden ser útiles, cuando no lo son.
Un incomodo silencio invadió la habitación en ese momento, la mirada triste de Yenna.
–Y por favor, no pongas tu maldita cara de perro callejero, es deprimente.
Tanto Yenna como Ceiza se recostaron en sus camas, ambas dándose la espalda, la una a la otra. Así fue toda la noche, o al menos una parte de ella.
Yenna habría despertado gritando y dando patadas al aire, ella estaba asustada, esos gritos habrían provocado que Ceiza despertara y se levante de la cama, para después dirigirse a con Yenna.
–oye, oye, soy yo, tranquila todo esta bien, todo esta bien, nada te puede hacer daño, estoy aquí.
Ceiza la abrazaría para tranquilizarla un poco, como siempre, Yenna sufría de terrores nocturnos, y Ceiza tenia la obligación de tranquilizarla.
Cuando esta miro que la chica se encontraba estable, regresó a su cama, mirando a Yenna, y regresando a su sueño nuevamente.
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Four Beings;
Fantasy"Eramos los cuatro contra el destino, contra nuestras discusiones, peleas y diferencias. Lo único que nos unía era ella, pero cuando se fue, estábamos solos, tuvimos que aprender a ser mas que amigos. Familia."