El Señor Willy Wonka y usted se van de viaje de novios un fin de semana a París, a un hotel con una gran suite para vosotros solos. Bellas cenas románticas, bonitos paseos por los parques parisinos,...pero, algo pasará al regreso que pondrá a prueba...
Me duele todo el cuerpo y la cabeza. No se cuanto tiempo abre permanecida inconsciente, recuerdo que di a luz a mis hijos, pero de pronto empece a verlo todo negro, hasta que me dio sueño.
"Vamos, mi amor. Despierta. Mira, cariño. Nuestros hijos, como te abrazan. Vamos, mi reina, despierta. Cariño mio." La voz de Willy como siempre me transporta a otro mundo de paz y armonía. Hago lo posible por despertar, siento a mis bebes a mi lado, cada uno en un lado, dormidos. "Llevas dos días dormida, cariño. Pero no te preocupes, el doctor dijo que era fruto del cansancio y la fatiga de tu corazón lo que dio que te durmieras tan de repente. Cariño." Asiento, devil. Sin apartar la vista de mis hijos, le susurro a Willy, con las pocas fuerzas que me quedan. "Gracias, mi amor. Por todo. Otro sueño echo realidad, mi amor. Ahora somos papas. Tu y yo, mi amor.". Willy me silencia con un beso tierno pero corto. "No hables, mi amor. Reserva fuerzas para cuando te enseñe un regalo que te compre, digno de una reina, mi amor."
"¿Un regalo?". Asiente. Se levanta y abre un cajón. Saca un estuche, me lo trae y lo abre. Es un hermoso collar de plata bañada en diamantes con incrustacion de rubíes. Es muy bella esa joya. "Cariño. De verdad. No tenias que comprarme nada. Solo que tengo dudas de si esto es un sueño como la otra vez o no. No quiero llevarme otra decepción. Mi amor." Niega con la cabeza, se inclina y acaricia mi pelo.
"No es ningún sueño, mi amor. Es verdad, tan verdad como que el amor que siento por ti crece a cada momento que pasa. Solo que es hora de que vallamos a la habitación cariño. El doctor dijo que cuando despertaras, fueras a tu cama, para descansar mejor. Nuestros hijos lo cuidaremos tu familia y yo, mi amor."
Dicho esto, cogen a mis hijos y los meten en un carro de paseo de dos, Willy me ayuda a levantarme y unos Oompa Loompas se llevan a mi habitación mis hijos. Al llegar, Willy me ayuda a ducharme mientras que los Oompa Loompas acuestan a mis hijos al lado de mi cama. Al salir, los vuelvo a mirar y me enamoro de su belleza tan pequeña e inocente.
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Son dos angelitos, tienen incluso la misma forma redonda de la cara de Willy. Y sus ojitos. Se parecen tanto al padre que me es imposible enamorarme, si ya lo estoy completamente de Willy. "Eres toda una heroína, mi amor. Tu sola has podido dar la vida a estos enviados de Dios, cariño. Te amo." Nos fundimos en un beso. Que aumentaba la temperatura de nuestros cuerpos y nuestros deseos mas primarios. He de separarme de el, estoy recién parida y mis hijos están durmiendo, no quiero despertarlos. "Espera Willy, mi amor. Esto no esta bien. Cariño."
Nos separamos y le hago gestos indicando a los bebes. "Por esta vez te escapas. Pero mañana tu y yo vamos a cenar juntos. Quiero poner el mundo a tus pies mi amor. Si antes quería ponerte mi vida a tus pies, ahora que me has echo padre ni te cuento, mi amor. Así que descansa. Voy con Charlie a arreglar unas maquinas, y ahora vengo. Abra una sorpresa para ti, mi amor. Ahora descansa.". Me besa en la frente, me ayuda a meterme en la cama y me vuelve a besar en la frente. Acto seguido se marcha, pero en la puerta me guiña un ojo, con sonrisa pervertida y se marcha.
Con el sonido de la tranquilidad y de la respiración de los bebes, me quedo dormida profundamente.
