Pasaron 5 días después de que detuvieran a ese señor tan desagradable mi hermana y Nathan llegaron esta mañana. Estoy tan contenta de volver a abrazar a mi hermana, a mi querida hermana. Y a Nathan. Le contamos todo lo que paso desde entonces y se alegraron mucho cuando le dijimos que Ficklegruber lo detuvieron.
"¿Y entonces, si todo esta solucionado cuando os casareis?" Pregunto Nathan mirando a Willy con mirada penetrante. Willy trago saliva. "Pronto, supongo." Digo bajando la cabeza. Willy me coge de la mano y me lleva fuera. A la sala de chocolate.
"Mi amor, he de decirte que esta noche cenaremos los dos solos, y tal vez te estés imaginando el porque. Se que no es muy bueno adelantar sorpresas pero Nathan y yo acordamos de que cuando todo termine, te convertiré en mi esposa. Por eso quiero cenar esta noche contigo. Y se que ya he metido la pata contándotelo. Pero, aun necesito de tu luz, mi amor. Mi odio crece. Ayúdame por favor. Amor mio." Le abrazo y nos fundimos en un beso apasionado.
Nos separamos por falta de aire. "Tranquilo, Willy. Todo saldrá bien. Solo quédate conmigo, junto a mi. Tu odio, ese odio que crece en ti, ira desapareciendo, lentamente. Mi amor. Confía en mi." Volvemos a besarnos.
Una vez que entramos, mi hermana termina de hablar por teléfono. "Ya he hecho la reserva. Maylea os estará esperando esta noche.". La miro un poco extrañada. "¿Maylea?". Asienten mi hermana y Willy. "Mi amor, ¿no te acuerdas de nuestra querida Maylea.? La que siempre estaba contigo cuando eras una niña. Y conmigo también, pero mas contigo cariño. Esa chica tan dulce y encantadora, llena de alegría, que contagia su energía positiva y sus ganas de vivir.".
Ahora caigo. Se refieren a May, mi querida May. "¿Pero que ha sido de ella durante estos años?". "Cariño, tu amiga May monto su estudio de diseño gráfico y ella se encargara de todo a vuestra......Estoy hablando de mas. Pero es lo mismo. Esta noche, cenareis los dos en un Restaurante que monto su hermana. Ella estará allí. Dijo que quería verte."
Asiento, complacida. Y llena de felicidad. Tantos años sin saber nada de mi mejor amiga. Willy parece percibir mi felicidad y me abraza. "Me encanta verte feliz mi amor. Es como si mis demonios se alejaran de mi, mi amor. Calmas la tortura de mi alma. Reina mía."
Después de comer y de terminar de ponernos al día, llega la hora de arreglarme para esta noche, voy a mi vestidor y con ayuda de mi hermana y de Charlie, escojo un vestido largo, quiero estar bella esta noche para Willy, y guapa para May, quiero que me vea bien, saludable.
Cuando eramos pequeñas y yo apenas tenia para comer, en el recreo de la escuela, ella siempre me daba un poco de su bocadillo. Lo compartíamos todo. Hasta que el destino nos separo. Y ahora que volveré a encontrarme con ella, el corazón se me llena de dicha. Escojo este.
Al llegar la hora, Willy me espera en el pasillo principal de la fábrica. Cuando se da la vuelta puedo ver que se a sorprendido al verme con este vestido. No le culpo, es uno de los que mejor he visto de toda la ropa que Willy me compro cuando me dio mi propio cuarto. "Estas.....muy hermosa, mi amor..." Puedo ver como Willy se pone nervioso y a la vez colorado, como un tomate, lo cual no puedo evitar soltar una carcajada.
"Cariño, no te rías de mi, por favor. No estoy muy acostumbrado a que se me aparezca una diosa tan bella como eres tu. Enserio, estas muy bella mi amor.". La que se termina poniendo colorada soy yo. "Gracias, cariño." Avanza hacia mi, me atrae hacia el agarrándome de la cintura, levanta mi mentón suave y me besa, tan calidamente, pero en un tiempo tan breve que la intensidad del beso aumenta, cada vez es mas hambriento de deseo, mas apasionado.
"Willy....espera..." Lo aparto con mis manos sobre su pecho. "¿Qué pasa mi amor?". Le miro con deseo, pero he de mantenerme fría, o llegaremos tarde a ver a mi querida May y a la cena. "Llegaremos tarde, mi príncipe." Willy chequea su reloj y se lo guarda. "Tienes razón mi amor, venga vayámonos."
Nos dirijamos al restaurante, y una vez allí, veo a mi querida May en la puerta. Al vernos, ella corre hacia mi con lagrimas de emoción en los ojos, y yo me agarro el vestido y voy hacia ella. Nos abrazamos tan fuerte. Tantos años sin saber nada de ella y ahora la tengo conmigo es como volver al pasado, donde eramos unas niñas.
"Hay, mi pequeña. Cuanto tiempo. Dime, cuéntame de ti. Mi Jenny." Solloza de la emoción. "Hay, May. No se por donde empezar. Te he hecho mucho de menos.". Seguimos abrazados, hasta que Willy carraspea detrás de May. "Querida, deja que te presente a mi novio. Willy Wonka. Willy ella es Maylea." Willy y May me miran. "Ya nos conocemos de toda la vida de niños. Jennyfer." Me quedo pálida no me acordaba de eso.
Después, entramos los 3 y cogemos una mesa. Cenamos y nos ponemos al día May y yo de lo que vivimos. Se lo conté lo de mi hijo y demás. "Hay, no. Que pena, cariño." Asiento. "Todo eso paso." Seguimos con nuestra velada. Hasta que May nos tiene que dejar. "Bueno cariño. Acuérdate que tenemos que tomarnos un café. Pero he de irme. Corazón. Rico volver a verte, amiga. Os dejo solos."
Me despido de ella y se va. A la hora del postre. Willy se levanta y cogiéndome de la mano me lleva al balcón, muy decorado con velas y flores rosas por todos lados. "Cariño. He elegido este lugar para pedirte que seas mi esposa, mi mujer, mi confidente, mi amiga, mi compañera, mi reina, mi diosa, mi princesa consentida, mi todo. Mi amor te amo con toda mi alma, tu haces que mi odio y mi venganza desaparezca. Tu haces que vuelva a levantarme cada vez que me derribo. Te ami mucho mi amor. Mucho. Así que. Señorita Jennyfer Bucket, ¿quieres casarte conmigo?". Willy se arrodilla y saca una cajita roja, que al abrirla aparece un bonito anillo de compromiso.
Las lagrimas se me escapan, con esta bonita pedida de mano. No puedo articular palabra, pues me he quedado sin palabras. Solo puedo asentir. Willy coge el anillo de la cajita y me lo pone en el dedo. Nos abrazamos y sellamos nuestra pedida con un beso.
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Amor de la Infancia (Parte 2)
RomanceEl Señor Willy Wonka y usted se van de viaje de novios un fin de semana a París, a un hotel con una gran suite para vosotros solos. Bellas cenas románticas, bonitos paseos por los parques parisinos,...pero, algo pasará al regreso que pondrá a prueba...