Olor natural

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¡Es el último capítulo del año! Y el último fanfic que publicaré (hasta mañana xD). Espero todos tengan unas bonitas fiestas y el año que se viene sea mucho mejor. Por mi parte, hay muchas cosas que cambiarán y espero salga todo bien en mis nuevos proyectos personales :). Muchas gracias por leer mis tonterías hasta el momento xD y espero me sigan acompañando el año entrante también :D

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Primero lo habló con Itachi. El dejar de usar inhibidores. La documentación que tenían disponible no decía mucho sobre ello y había muchas opiniones diferentes, pero su hermano lo había apoyado con sospechoso conocimiento. Pero después de perder cinco minutos de su tiempo atosigándolo a preguntas decidió que lo dejaría para después. Itachi podía ser mucho más hermético de lo que él nunca sería. Y aunque parecía ser un sucio secreto que no pudo evitar llamar su atención, no sacaba nada con preguntar si no obtendría respuesta.

Él no era Naruto, por dios.

Pero si le recomendó que intentara no perder la paciencia y tratara de controlar su temperamento. Que así sería mucho más fácil. Y sirvió durante la mañana, hasta que pisó la sala de clases y ese idiota llegó.

Claramente no le sirvió de mucho el consejo.

Teme... ¿Por qué tu aroma es más fuerte? –Sasuke le miró feo y se cruzó de brazos. Naruto automáticamente levantó las palmas de los brazos en son de paz. Y tuvo la decencia de avergonzarse un poco –¡No dije que fuera malo, tebayo!

¿Te molesta? –bufó él, alzando una ceja. Se sintió extrañamente herido al respecto, cosa que no hizo más que enojarlo más. ¿Por qué debía dolerle algo tan idiota como eso? ¡Sólo era su aroma! No era algo tan grave. Pero Naruto negó con la cabeza rápidamente. Inexplicablemente, el ver su cara de desesperación por aclarar la situación le hizo sentir menos enojado.

¡No dije eso, teme! Pero tu aroma era mucho más suave

Ah, es que dejé los inhibidores –se excusó. Naruto abrió la boca de la sorpresa.

¡¿Qué?! –gritó, llamando la atención de toda la clase. Sasuke bufó y se levantó para golpearle la cabeza, más automático que otra cosa.

Shhhhh –gruñó él, llevándose un dedo a la boca –baja la voz, uzuratonkachiLo último que le faltaba era que personas como Sakura se dieran cuenta. Ya era agotador llamar la atención de alfas desconocidos y verse rodeado de aromas desagradables. No quería ni imaginar cómo sería tener encima a gente en el colegio más de lo necesario.

Y ¿P-por qué? –preguntó el rubio, sobándose la cabeza. Parecía mucho más preocupado por saber sobre el inhibidor que por el golpe. Lo que ya era sorprendente, dado que Naruto se quejaba por todo.

Me lo recomendaron –replicó, encogiéndose de hombros. Naruto le miró aturdido durante unos segundos, segundos en los que apareció Iruka-sensei y tuvieron que prestar atención a la clase. Pero no pudo evitar fijarse en Naruto, que no dejaba de suspirar y mirarle de reojo.

Qué raro.

Lamentablemente para él, cuando se encontraban saliendo del colegio, llegaron un grupo de idiotas de otras escuelas con amenazas absurdas. Sasuke maldijo internamente a Naruto y su estupidez por pelearse con todo el mundo. Sobre todo en los festivales culturales. Pero cómo no se fijaron en él aquello no le importó inicialmente, hasta que se percataron que era un omega, quien sabe cómo, y liberaron su olor para intentar atraerlo.

Intoxicante. Horrible. Incómodo.

Sasuke se había llevado la mano a la nariz, tratando de no aspirar lo que les permitió el rodearlo. Fantástico. Lo último que había necesitado era que alguien usara su sexo secundario para intimidarle. Pero Sasuke no sería Sasuke si no tratara, como siempre, de salir bien librado. Por lo que, con la nariz tapada y todo, se acercó a uno de ellos y simplemente lo golpeó.

No pudo evitar sonreír un poco al verlo caer al piso, sorprendido y atontado. Genial. Aún tenía la misma fuerza de siempre.

Alto –dijo uno de ellos, sin embargo. Con una voz ronca y terrible, que le hizo obedecer a pesar de oponerse con todas sus fueras. Pero su cuerpo no le respondió. Sasuke se quedó quieto, como si fuese una estatua, asustado por primera vez por no poder reaccionar como él quería.

Era la maldita voz de alfa.

Y aquello hubiese ido por mal camino si Naruto no hubiese aparecido de la nada y se hubiese vuelto loco. Literalmente. Antes de darse cuenta, había golpeado a dos de los tipos y había comenzado a golpear una y otra vez al tipo que le había ordenado. No podía girar la cabeza, pero podía escuchar los gimoteos del tipo en cuestión. Así como el aroma distorsionado de ellos que parecía mucho más pasoso. Y el aroma de Naruto, fuerte y sobresaliente.

Estaba enojado, claramente.

¡Dobe! –gritó él, a pesar de no quererlo. Porque Naruto seguía golpeándole, la gente había comenzado a rodearles y él no se podía mover. –¡Estúpido dobe, no puedo moverme! –se quejó. Y posiblemente hubo algo en su aroma que le llamó su atención mucho más que sus palabras, porque en el siguiente segundo Naruto se acercó a él y le tomó suavemente de los brazos.

Muévete –ordenó, con la misma voz ronca. Cualquier atadura extraña que había atado su cuerpo al piso había desaparecido, por lo que pudo moverse. Sasuke levantó los brazos sintiendo un leve entumecimiento, antes de golpear a Naruto en la cabeza.

El rubio gimió, llevándose las manos a donde lo golpeó.

¡¿Que te pasa, estúpido?! –le gritó el rubio.

¡No me digas estúpido, estúpido! –gritó él en respuesta. Tenía el chaleco manchado debido a las manos de Naruto con sangre. Sasuke se volteó rápidamente hacia atrás, donde el tipo que había golpeado se había arrastrado un poco. Suspiró. Seguía vivo, al menos –¡Debiste haberme soltado primero! ¡Mira en el lío en el que te metiste!

¡Pero te detuvo, con un comando dattebayo! ¡No podía dejarlo así! –gruñó el rubio. Sasuke intentó golpearlo otra vez. Naruto lo paró con una de sus manos. Estuvo tentado a volver a intentarlo, pero parecía más estresado que él. Maldita sea. Estúpido dobe.

¡Puedo defenderme solo, dobe! ¡Mira tus manos! –Aunque difícilmente había podido moverse hasta que un alfa le echara una mano. Maldita sea. Sasuke apuntó a su camisa con el otro dedo, presionando su pecho. Se encontraba con sangre y suciedad y sus manos muy lastimadas. Naruto gimió en respuesta.

No habrías podido...

A la enfermería –le interrumpió él. Como Naruto había agarrado su otra muñeca, él simplemente tironeó. El rubio, con cara de perro apaleado se limitó a seguirle, recogiendo el bolso que había tirado para venir a socorrerlo. Aún olía estresado, sin embargo. Algo dentro de él, posiblemente su naturaleza, le instó a intentar calmarle. Pero lo dejó así. No era como si él pudiera controlar sus feromonas, de momento. Y tampoco había certeza de que pudiese ayudarlo.

Ya sabía yo que el que dejaras de usar esa cosa sería un problema –refunfuñó el chico. Pero Sasuke siguió tironeando su propia muñeca, que aún no había sido soltada, para que el rubio se moviera. ¿Qué tenía que ver el que dejara el inhibidor con el hecho de que Naruto se haya lanzado a esos idiotas sin parar a ayudarle primero?

Cierra la boca, dobe. Y muévete, que no tengo todo el día

Naruto refunfuñó. Sasuke simplemente le ignoró, igual como lo hizo con todo aquel que se quedó mirándole.

Mañana correría como pólvora el maldito chisme.Pero no había nada que hacer al respecto.

¡Es culpa de su aroma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora