Cena, parte 2

4.1K 545 127
                                    

¡Empecé a trabajar! pero espero terminar algo como auto regalo de cumpleaños. Lo merezco. :( aunque sacrificaría felizmente mi regalo por otra noche contigo.

-------------------------------------------------------------------------------------

Así que... –comenzó Itachi, dejando el bolso en la sala y acercándose a la cocina. Naruto le hizo un saludo desde el comedor, donde se encontraba haciendo la tarea y mirando a Sasuke cocinar –Finalmente decidiste invitar a tu novio a comer

¿Quieres comer de esta cena? –preguntó él, en cambio, apartando la salsa de soja, mirin, sake, puerro y condimentos del fuego. Le dirigió una mirada envenenada a su hermano mayor, antes de echarle agua y vinagre a la otra cacerola –Entonces cierra la boca

Huy, que genio –replicó su hermano. Sasuke lo ignoró, echando nueve huevos en la cacerola antes de colocarlos al fuego. Más o menos planeaba hacer comida para hoy y para mañana, además de agregar lo suficiente como para que Naruto repitiera. Aunque no más de un plato. Un poco más si alababa su comida lo suficiente como para ponerlo de buen humor. Pero la verdad, es que Sasuke se sentía bastante bien. Itachi rodeó la mesa y se sentó frente a Naruto, tomando el control remoto y cambiando de canal. –Entonces, por esa razón es que estás usando las cacerolas grandes... –comenzó. Sasuke le ignoró, siguiendo con lo suyo.

Hm

Y por eso parece que cocinas para un regimiento –replicó. Sasuke vio a Naruto levantar la cabeza por sobre sus deberes de inglés, que milagrosamente había aceptado realizar sin quejarse demasiado, posando la mirada en su hermano.

¿Para un regimiento? Es comida normal, tebayo

Tú realmente no notas que comes como un desquiciado ¿eh? –respondió él, riéndose entre dientes. Sasuke rodó los ojos. Sólo comía así cuando se trataba de ramen, por dios. Cuando cocinaba otra cosa y le invitaba, no comía más de dos platos. Y tampoco era como si fuese a lograr que el rubio subiera de peso. Sólo él sabía el cómo podía seguir sano a pesar de su deficiente dieta alimenticia repleta de sodio. Un poco más de alimento no lo engordaría.

¡Yo como normal, tebayoo!

Discrepo. Tanto ramen instantáneo no puede ser saludable –murmuró él. Naruto soltó un bufido en voz alta. Aquello sólo provocó que su hermano se riera un poco más. Pero más o menos era una charla normal, por lo que decidió seguir cocinando y descartar la idea de arrojarle el cuchillo a Itachi en toda la cara. Porque aún él era el responsable de los dos. Y porque Naruto era realmente malo para mentir.

Por cierto, no es que me moleste que estés acá ni nada por el estilo –Itachi dijo de pronto, despegando la mirada de la televisión para posarla en el rubio. Sin su mirada burlesca característica. Sasuke vio a Naruto alzar la vista por encima del cuaderno para mirarle con genuina curiosidad. –Pero Sasuke suele avisarme cuando va a hacer ramen. ¿Sucedió algo entre ustedes dos? –¿Fuera de que Sasuke se había acercado a Naruto, sin un celo de por medio, para olerlo? Lo normal, pensó él. Pero la cara del idiota comenzó a teñirse de carmín y, por Dios, aquello no podría ser más evidente. Sasuke maldijo internamente.

El dobe llevaba como una semana comiéndose tres pocillos de ramen instantáneo –intervino él, haciendo un gesto de indiferencia. Gesto que, por supuesto, ninguno de los dos hombres creyó –¿A quien no le sacaría de quicio ver eso? –Y era en parte verdad, por supuesto. Los hábitos alimenticios de Naruto nunca le habían gustado. Y el rubio lo sabía mejor que bien.

¡Oye! ¡Sólo pude comer uno y medio hoy, por la chica de la escalera! –gruñó el rubio en respuesta. Sasuke decidió seguir cocinando en vez de responder estupideces. ¿Si le daba ramen casero y comida balanceada, su olor variaría? ¿Cómo averiguaba eso? Tendría que prácticamente obligarlo a venir a vivir una semana. Y no tenía idea si Itachi lo aceptaría de buenas a primeras. Por otro lado, cuando los exámenes finales se acercaban, Naruto solía instalarse en su casa sin pedirle permiso a nadie. Podría aprovechar esa oportunidad. Cuando volvió a levantar la mirada, Naruto le alzaba el celular a su hermano, quien extrañamente había comenzado a ponerse un poco pálido.

¿Pasa algo? –preguntó con curiosidad. Naruto negó con la cabeza.

Le mostraba la fotografía de hoy. ¡¿A que es genial?! Debería subirlo en Instagram, dattebayo –admitió el rubio. Itachi no dijo nada, pero Sasuke le vio formar un rictus de severidad que sólo veía cuando estaba molesto. Bah, que raro.

El resto de la cena estuvo pegado en el celular como no pasaba en mucho rato. Sasuke le restó importancia, pendiente de la cara de bobo feliz de Naruto que no dejaba de alabar su ramen.

¡Es culpa de su aroma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora