{ Protegiendo a kaioshin del universo 7 }

{Capitulo :18 un nuevo comienzo }

Dos meses después.

La vida continuó su curso, shin se encargó de sembrar esa semilla que pronto seria un hermoso árbol.

Los gemelos crecieron ahora tenían dos meses y medio, whis los atendía era como tener a champa y bills cuando eran niños. La paz volvió a reinar tanto para la tierra como para el universo.

Los senos samas se alegraron de que bills y shin no fueran destruido, el antepasado junto a kibito visitaban al dios de la destrucción, el anciano adoraba esas pequeños bebes que cuando no duermen se la pasan muy inquietos.

El dios Vermoud presumía el embarazo de su esposo, haciendo qué todos estuvieran alegre por ellos. Bills le importaba un rábano completo él sólo pensaba que su shin era el más hermoso esposo que tenia.

El supremo soporto todo su capricho era obvio que bills no cambiaría, obstante shin lo amaba sus actos lo enamoraba mucho.

Ahora en estos momentos shin visitaba  planeta sagrado donde todos los árboles crecía y los futuros kaioshin nacían.

— hola hermana, hoy bine a decirte algo muy importante para mi — shin suspiró.

Puso la mano en la cáscara del árbol ya era algo grande pero no lo suficiente para florecer aun le faltaba algunas ramas engruesar.

El viento soplo para shin esto era una saludo que su hermana le daba, tomó una regadera y le dejo caer un poco de agua.

— Sabes bills a estado muy cariñoso estoy feliz que tú vuelvas a mi vida — sonrió tiernamente — Estoy embarazado de nuevo te prometo que si es niña tendrá tu nombre. — agregó, le dio un beso y se alejó del árbol.

— Esto sera un nuevo comienzo hermana — dijo alegre, uso la te le transportación.

En el planeta del dioses la destrucción la risa de los bebés hacían ecos en todo el planeta.

Bills se encontraba descansando. En la silla cerca de un árbol, los bebés los cargaban el señor whis y el otro el anciano aunque el pequeño belsh era travieso comenzó a jalar la oreja de kibito.

Y ha eso su hermanito bilsh le daba mucha risa.

—Whis deja tu escándalo y ten cuidado anciano no lastimes a mis hijos — advirtió el felino le encantaba ver que sus hijos molestaran al anciano.

Shin apareció por detrás de él, lo abrazo bills se sobresalto, al instante qué lo miró le dio un beso. El felino lo colocó en sus piernas el joven le sonreía feliz como si quisiera decirle algo.

— Dime que pasa, hoy estas mas radiante que ayer —le explicó. Bills sabia como sonrojar al supremo.

—Te diviertes cuando nuestros hijos molestan al antepasado y a whis ¿Verdad? — respondió.

Bills le sonrío conquetamente, shin le dio una caja. El dios se sorprendió le quito el lazo después la tapa y lo que miro le alegro mucho. Shin sonrió entre dientes, whis y los dos kaio se acercaron.

—¡oooohh!  — todos a la misma vez se sorprendieron.

— Seré padre de nuevo — gritó bills, lanzando la caja los pequeños sapatitos salieron volando.

Bills ledio una gran vuelta a shin que se aferraba en el cuello de su amor, la risa de shin tan contagiosa los bebés sonrieron tendría un hermano o hermanita nueva.

— ¡oh no!, otro, el señor bills será muy feliz. — whis le sonrío.

—Bájame cariño, me estoy mareado, querido vasta — pidió.

— te amo mucho shin —le dio un beso en los labios.

Aveces en el camino ahí pierdas que te hacen caer pero te levantas con más fuerza, y si shinoru era muy cruel y mala pero no era porque ella quería su corazón se equivoco.

Pero con el amor de shin, logró alejar sus malos pensamientos. Bills aprendió que gracias a quintela y sin shinoru no fuera logrado declarar su amor por el supremo.

Shin vio que a pesar que bills era testarudo y egoísta logro amarlo tanto y ahora con sus hijos serían una familia feliz y el nuevo miembro qué venía en camino.

Fin.