Todos cambian.

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"Eres un mierdas, no vales nada.."

Fabiola p.v.p.

No consigo superar lo estúpida que fui con lo de Gonzalo, a los extremos que llegué, la gente tan tóxica que me rodeaba. Ya han pasado meses desde que Gonzalo decidió jugar conmigo y reírse de mí a través de mis propios amigos, he de admitir que no lo he superado del todo pero tampoco pretendo que pase de la noche a la mañana...

Una de las cosas que hice para cambiar mi vida fue apuntarme al gimnasio. Estaba cansada de las burlas de la gente por el simple hecho de tener sobrepeso. No era la mejor época para empezar porque se acercaban las comidas navideñas, los excesos y mucha fiesta pero yo me veía suficientemente capacitada para ello.

Cuando iba al gimnasio pasaba por la casa de Gonzalo. "Ay lo que se ha perdido, pobrecillo"-pensaba.

Me sentía muy preparada para todo aquello que viniese, después de todo, yo también merezco ser feliz ¿no? Mi objetivo no era dañar a nadie pero si que es cierto que, tras ese acontecimiento, creé una coraza que nadie iba a quitarme. Empecé a actuar como una insensible, manipuladora, "bad bitch", egocéntrica, egoísta, poco romántica...  No es la decisión más acertada pero me daba igual todo, mi confianza era nula. Todos podían engañarme y no iba a permitirlo.

Me refugié en el gimnasio, llegué a pasar más de 6 horas ahí dentro, me despejaba de todo mal, de todo recuerdo negativo que pudiese atormentarme...

Pasaron los meses, no veía cambio en mi físico aunque ciertas personas me decían que sí y fue entonces cuando empecé a tener problemas con la comida, empecé con retos absurdos como "no comer nada sólido durante una semana" "la dieta del agua" "la dieta del kiwi" e incluso, llegué a meterme los dedos después de comer en numerosas ocasiones.

Estuve un año torturando a mi mente de vez en cuando pero he de decir que tras ese incidente, 2018 fue mi mejor año.

Empecé 2019 con mis "amigos", en casa de Valerio. Como perdoné a Naira y a Noa justo después del juego absurdo de Gonzalo, quedé con ellas, también estaba David y Celia. Decidimos hacer un "Cereal hunter" casero pero como yo andaba con problemas alimenticios, me llevé 2 kiwis y unos arándanos, y así no caer en la tentación. Me volvía a sentir en casa, abrazada por los míos aunque era todo tan diferente. En ese momento me vino a la cabeza varios recuerdos del año pasado...


*Flashback*

El 2018 fue un año increíble, tras el juego de Gonzalo, decidí cambiar mi vida por completo y lo hice de la mejor manera.

Me fui de intercambio a Francia y tuve una suerte increíble. Me tocó una familia increíble, Pierre, más majo que las pesetas que me ayudaba en todo, estaba enamorado de una chica y yo como buena española idee un plan para conseguir que hablasen ¿Que podría salir mal? Un plan perfecto.

En clase no atendía nada de nada, no me enteraba mucho, era química en francés, yo tanto nivel no tengo pero vamos que con algo me quedé, después de todo de todos los españoles que fuimos yo era la que mejor nivel tenía jaja que gracia, e incluso, cuando los españoles salíamos al centro comercial en nuestro rato libre tenía que ser yo la representante a la hora de hablar, menudo show.

Como podéis comprobar, desconecté de mi antigua vida. 

Un día antes de volver a España, un chaval de la clase de Pierre, empezó a hablarme y todos empezaron a decir que nos besásemos y tal y tal (adolescentes...) y efectivamente, con un francés, algo bueno me llevé de allí. Pasando página, si señora.

Volví a España y acto seguido me fui a Portugal de vacaciones con mis amigos, otra experiencia increíble, me sentía en casa, arropada por los míos, los que nunca fallan.

Volví (otra vez, ya era hora) y todo transcurrió muy tranquilo. Algún "amorío" tontorrón pero nada importante.

Me llegó un Whatsapp de Pierre ¡Estaba saliendo con la chica! "Oh dios, pero que casamentera estoy hecha"- pensé. Yo estaba realmente feliz por él.

Pasaron los meses y me marché de España de nuevo, ya estaba tardando en irme. Next stop... Londres. No tenía ni idea que allí iba a vivir la mejor experiencia de toda mi vida. Ya era la Fabiola que quería ser. Conocí a gente simplemente maravillosa y no quería volver. No echaba de menos a nadie aunque fuese la triste realidad, por fin me sentía bien conmigo misma.

Mi grupo de amigos era completamente internacional pero mis mejores amigas eran 2 españolas y una rusa. Aprendí mucho de todos ellos, aprendí a quererme aunque ponerlo en práctica iba a ser muy difícil.

El momento de la despedida fue algo terriblemente difícil, habíamos estado viviendo juntos mucho tiempo y me aterrorizaba volver a España. Allí no era feliz y no quería retroceder. Había conseguido mucho en poco tiempo pero yo no podía hacer nada y me tocó admitir mi triste realidad.

Otra vez en España. Nada nuevo. Las mismas caras, haciendo lo mismo, monotonía. Un horror.

Llegó diciembre. Los padres de Gonzalo decidieron prepararle una fiesta sorpresa y nos invitaron a todos. Yo fui y mi intención era que viese lo que se estaba perdiendo. Gonzalo estuvo TODA la noche amargado. Para ser su cumpleaños no estaba muy feliz que digamos pero vamos que se lo merecía, por mala gente (es mi punto de vista, perdono pero no olvido)

*Fin del flashback*


Sonreí como una tonta pensando en mi evolución, crecí como persona. Sin embargo, me faltaba algo ¿El qué? Una incógnita.

Salí de mi cabeza y disfruté de mis amigos. Ocurrieron muchas cosas extrañas pero me lo pasé como una niña pequeña.

Recuérdame (2° Temporada de Olvídame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora