death

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Había llegado a casa sin ningún problema y bastante rápido

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Había llegado a casa sin ningún problema y bastante rápido.
Luego de introducir la llave, entrar, sacarse los zapatos y dejar sus cosas de lado fue a comer algo, sentía que su estomago se estaba comiendo a si mismo.
Despues de un caliente plato de fideos  fue a darse una ducha y a cambiarse, estaba bastante cansando, solo quería dormir hasta que llegará el día siguiente. La uni le exigía las pocas energías que le quedaban.
Pero eso no detendría sus planes, los cuales se les había olvidado hasta ese momento.

Busco en toda el apartamento el peluche, cada segundo se estresaba más por no encontrarlo hasta que lo terminó viendo bajo la cama, extraño lugar para encontrarlo, debe ser que Jaemin lo tiro sin querer, pero no importaba.
Lo primero que hizo al verlo fue mirarlo con odio y sacarle la lengua. Hoy era el día de su muerte, estaba decidido.
Fue a la sala y lo dejó en el gran sillón mientras lo miraba fijamente sentado en el pequeño asiento frente a este.
Pensaba en que forma lo iba a "matar", sonaba muy estúpido eso, pero ya estaba.
Era una forma de liberar el odio que viene acumulando contra Jeno, según él.

Al final decidió tirarlo por la ventana.
Lo agarró y lo llevó hasta donde estaba esta, creería que sería más fácil así, y seguro algún niño lo agarraba y se lo llevaba. Era una forma de pensar de que no era tan mala persona.
Extendió el peluche quedando completamente afuera. Sus dedos lentamente se aflojaban al agarré y estaba a nada de ser arrojado, pero repentinamente sintió una punzada en su corazón.
Su sonrisa triunfante se fue y lo miró por un rato largo de nuevo. Se puso a pensar en que toco fondo.

Sabia que Jaemin amaba ese peluche, pero no porque se lo dio Jeno, sino por alguna otra razón que no conoce. Sabe con claridad que su novio solo lo quiere a él y a nadie más. Se tenía tan poca confianza a él mismo y a su pareja que siente que no tendría que tener el amor del chico. Se sentía tan estúpido por dudar de él.
Esa voz en su cabeza lo tenia tan cegado de malas ideas que pareciera no podes escuchar la suya misma. Pareciera que sus latidos del corazón fueron opacados por el murmullo de su mente.
Solo pensaba en el peluche como una forma de conexión con Jeno, pero nunca se sentó a pensar el por qué su amado quiso ese pingüino en primer lugar.

Ahora se odiaba más que nunca y prefería tirarse él por la ventana que al peluche.

Dejo al pequeño en el sillón y prosiguió a sentarse en la silla que estaba en el balcón. Hacia tiempo que no escuchaba los sonidos de la ciudad sin que estuviera sus demonios internos gritandole prácticamente en el oído.
No sintió el ruido de la puerta al abrirse o el sonido de pasos. No le prestó atención a nada en ese momento, seguía surmergido en sus pensamientos como si su vida dependiera de ello.

—¿Renjun? —Jaemin lo miraba con el seño fruncido, no era común ver todos los dias a un pequeño chico mirando a la nada sentado en el balcón.

Se acercó y apoyó su mano en el hombro, sintiendo como la del más bajito se apoyaba sobre la suya y proseguía a agarrarla con fuerza. Giro levemente su cabeza, dejando ver la expresión en su rostro. El pelirrosa al ver qué el de pelos platedos tenía una expresión de tristeza mezclada con enojo se preocupo bastante.

penguin | renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora