CAPITULO 17

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OUR LOVE IS (NOT) YOUR BUSINESS

Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

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Capítulo 17. Chica de un millón de dólares.

—Dejate de juegos y dejanos entrar — ordenó su padre tratando de sonar sereno lo mejor que podía con tal convencerlo —

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—Dejate de juegos y dejanos entrar — ordenó su padre tratando de sonar sereno lo mejor que podía con tal convencerlo —. Sabemos que está aquí.

Sakura podía escucharlos desde la cocina, pero se sentía incapaz de salir a dar la cara. Estaba tan confundida y aún no había salido del todo del estado de catarsis en el que anoche se había sumergido. Su mente estaba en otro lugar diferente y distante al de su cuerpo y su conciencia de las cosas prácticamente estaba muerta en ese instante.

Repasaba cada uno de los actos que cometió anteriormente con absoluto cuidado y aunque sabía que, según las normas de lo convencional, lo que había hecho era algo malo e imperdonable, no se sentía mal, todo lo contrario ¡Se había sentido demasiado bien! El poder y la liberación en su alma cuando arremetió contra lo que estuviera en su camino fueron inigualables. No sentía culpa alguna ni arrepentimiento tampoco, solo tenía dentro de ella un temblor contento y ansioso en sus huesos por la experiencia.

—No me apetece escucharlos justificar lo que paso — escuchó a su hermano decirles a sus padres, restándole importancia a los deseos de los indeseados invitados —. Deben marcharse. Después de recibirla, Sasori la había escuchado atentamente en su relato de los hechos y se había tomado la molestia de arreglar su cabello. Él fue la pomada anestesiante que necesitaba en su confusión.

Estaba completamente segura en que no fueron los métodos más correctos para rebelarse, pero, según el pelirrojo, el fin justificaba los medios y la golpiza que les dio a todos había probado un punto muy importante y que ella debía recordar y anteponer siempre: que nunca nadie debió confiarse en que siempre sería una niña sumisa a la orden de sus mayores y que podía, como cualquier persona, perder el control o dejarse llevar por sus impulsos. No era perfecta, era una simple humana.

—Sasori ¡Lo que paso no estuvo bien! — maldita sea, Nagato también había venido, pensó con angustia la joven pelirrosa —. ¡Lastimo a mamá e incluso a Gaara!

Se escuchaba muy molesto, lo que la hizo fruncir los dedos de sus descalzos pies y morder su labio inferior. Si su hermano mayor no aprobaba lo sucedido entonces podía dar por hecho que se había equivocado, él siempre tenía la razón y nadie podía quitarle ese mérito.

—Apartate de una vez — y sin esperar a razonar un poco más con él, el primogénito lo empujó entrando a su apartamento, seguido por sus progenitores y su hermano menor.

Nagato y Sakura se miraron largamente cuando él la encontró. El corazón del hombre se apretó cuando la vio en aquel estado catatónico y perdido. Su hermana nunca fue del tipo de persona que pudieran considerar sana mentalmente, pero su apariencia simplemente hablaba por sí sola. Su condición era más grave que nunca.

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