CAPITULO 11

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OUR LOVE IS (NOT) YOUR BUSINESS

Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

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Capítulo 11. A tu manera o a la mía.

A las chicas como Sakura seguro les gustan los cafés románticos, los restaurantes franceses con menús elegantes o cenas cursis a la luz de la luna como en esos clichés de películas

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A las chicas como Sakura seguro les gustan los cafés románticos, los restaurantes franceses con menús elegantes o cenas cursis a la luz de la luna como en esos clichés de películas.

A los chicos como Sasuke, en cambio, les gustan los bares repletos de testosterona, las fiestas alocadas o cualquier lugar donde abunde el descontrol.

Pero en esa ocasión y especialmente para su primera cita ambos estaban dispuestos a hacer todo lo contrario a lo que preferían, solo por el otro.

Cerca de las 11 de aquel viernes, Sasuke recibió su respuesta. El mensaje de Sakura enunciaba que había aceptado y que se verían al día siguiente en el centro de la ciudad, cerca de donde tocaba aquel grupo de jazz, a las 6.

Para él, realmente, fue todo un alivio el que ella decidiera que sí quería tener una cita con él, pero ese sentimiento duro poco, pues cayó en cuenta de que ahora debía planear a donde llevarla. Como se había prometido a sí mismo y a su familia que haría lo mejor con respecto a Sakura, decidió que debía olvidarse de todo lo que, comúnmente, él llamaría una cita y se apegaría a lo que ella quisiera.

El sábado llegó en un parpadeo y para ambos jóvenes los nervios no podían estar más a flor de piel. Por un lado, Sakura se sentía terriblemente ansiosa por la ocasión, temerosa de ahuyentarlo con su aburrida personalidad, mientras que Sasuke se sentía enfermo y asustado de que sus altas expectativas lo ilusionaran con una velada que, posiblemente por obra del destino y de la mala suerte, saldría mal y alejara a la Haruno para siempre de su lado.

El primero en llegar fue el joven Uchiha, que había escogido vestirse con un simple pantalón de mezclilla negra, camisa blanca de vestir y su chaqueta de cuero favorita. Había peinado su cabello como había notado que a ella le gustaba, un mechón detrás de su oreja y el resto ligeramente desprolijo.

Llegó 10 minutos antes y durante su espera se preguntó si debió haberle comprado flores o dulces o alguna de esas tonterías cursis, pero ya era muy tarde para eso y mientras su mente se ocupaba en manejar su inquietud, las manos le comenzaron a sudar.

En cuanto vio el cabello rosado danzar con el viento, acercándose a él, su pulso se aceleró tanto que creyó que iba a sufrir un dramático infarto. Sakura le sonrió a lo lejos y levantó su mano en un saludo mientras se aproximaba. Llevaba un vestido blanco de escote de corazón y de finos tirantes, muy ajustado a su delicado cuerpo, llevaba sandalias rojas de tacón no muy alto y unas perlas como pendientes.

Al estar uno frente al otro, se permitieron sonrojarse cada quien por su lado al ver lo bien que lucía su acompañante. Sakura comenzó a sentirse aún más nerviosa al notar como todo su cuerpo era sometido a una inspección por los, para nada discretos, ojos del Uchiha y se aclaró la garganta con el propósito de sacarlo de sus cavilaciones antes de que la hiciera enrojecerse más.

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