Capítulo 3

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Mi casa era un caos, por no decir que era un desastre.

Cuando llegué de la escuela habían globos esparcidos por doquier, estaban instalando el sonido y mi madre discutía con mi tío Bradley sobre la excesiva cantidad de alcohol que había comprado. Los adultos en mi familia estaban de acuerdo en dejar beber a los menores, pero con supervisión. Claramente mi tío Spencer no lo entendía del todo bien, lo gracioso del caso es que él siempre es el primero en terminar ebrio, y el que más costaba a la hora de la resaca.

Con Rachel nos dedicamos el resto de la tarde en arreglarnos para la fiesta, mi tía Jessie se había ofrecido a hacerme el vestido para la fiesta —como todos los años—, claramente no le iba a decir que no; mi tía era la mejor diseñadora que conocía, luego de mi abuela Sarah, claro está.

—Quiero darte tu regalo antes de la fiesta —solté el mechón de cabello que estaba rizando y me giré hacia mi mejor amiga.

—Rachel...

—No me importa que digas que no debía hacerlo, eres mi mejor amiga y siempre que pueda un regalo estará presente en cada uno de tus cumpleaños, y no me importa si cumples diesiciéte o cuarenta años, siempre lo haré.

Rachel y yo nos conocimos en primer grado, desde entonces hemos sido inseparables. Mamá decía que éramos con el pan y la mermelada, no podemos estar la una sin la otra. Son diez años de amistad que no cambiaría por nada.

—Es algo sencillo, pero...

—Muy significativo —terminé por ella. Me extendió un estuche, coloqué la rizadora sobre la madera del tocador y cogí el cofre.

Lo abrí con cuidado, un brazalete con un corazón en medio descansaba sobre la almohadilla del estuche. Lo saqué con cuidado, al reverso del corazón había un símbolo de infinito.

— ¿Recuerdas que decías que el infinito podía tener un millón de significados, pero cada significado era diferente según el que cada persona le dá?

Ese día había terminado de leer un libro donde el infinito era el símbolo del amor eterno que los protagonistas se habían jurado. A Rachel le gustó lo que le había comentado y me dijo que nuestro infinito significaría amistad eterna.

—Cómo olvidarlo.

—Nuestro infinito es amistad eterna —los ojos comenzaron a picarme, Rachel me había sorprendido con el regalo.

—Gracias, Rach —ella se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

—Lo mejor para la mejor —mi boca se estiró lo más que pudo en una sincera sonrisa. Envolví a Rachel en mis brazos en un abrazo que ella no dudó en devolverme.

La vida me había regalado a la mejor amiga que pude pedir.

—Mucho sentimentalismo, será mejor que sigamos con esto —eso fue muy Rachel de su parte.

Peinado, maquillaje, accesorios y finalmente el vestido. Mi tía Jessie había hecho un magnífico trabajo al confeccionar mi vestido: era color morado suave, estilo princesa pero con la diferencia que me llegaba hasta las rodillas, el escote era en forma de corazón con tirantes finos para más firmeza. Tenía detalles brillosos por toda la parte de arriba. Me encantaba.

Faltaban algunos minutos para que la fiesta diera inicio, Rachel había bajado a la sala para reunirse con Bella y Maddie que acababan de llegar. Me vi en el espejo una vez más: mi cabello tenía un semi recogido dejando libre mi rostro, mis ojos lucían una sombra plateada con brillos que hacían contraste con el vestido, un labial color coral pintaba mis labios; Chloe había hecho un gran trabajo con el maquillaje.

Una Nueva Vida ✔ [Bilogía Nueva Vida #1] || EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora