Siete

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Decir que se sentía incómodo era un mero eufemismo. Los padres de Eunsol los habían invitado a almorzar el día siguiente, y no tuvieron de otra que aceptar. Así que ahora se encontraban en un agradable restaurante, no demasiado costoso, pero estaba bastante bien al tratarse de un restaurante en un pequeño pueblo donde todos se conocían con todos.

Los padres de Eunsol habían ordenado para todos y ahora estaban almorzando en silencio. Jimin había sido rápido para sentarse al lado de Jungkook, ignorando la mirada fulminante que la castaña le había dirigido. Jimin ni siquiera se molestó en mirarla o siquiera hablarle, estaba demasiado contento ese día, era como si lo que sucedió la noche anterior lo hubiera convencido de que estaba a salvo con Jungkook.

Jungkook, por otro lado, intentaba no demostrar su favoritismo para no hacer enojar a nadie. Tenía una actitud relajada ante Eunsol y sus padres, pero el constante estado de alerta no lo abandonó jamás. Incluso, en cierto momento que fue al baño del restaurante, se había asegurado de que la ventana abriera en caso de que tuvieran que escapar si Hoseok se aparecía allí. Era poco probable, pero era mejor prevenir que lamentar.

- Así que, Jungkook, ¿a qué te dedicas?- preguntó Haeri, la madre de Eunsol, para romper con el incómodo silencio.

Jungkook bebió un trago de cerveza y la miró, inventando algo rápido- Trabajo en eventos.

- Ah, ¿haciendo fiestas?

- Sí, algo así.

- Debe ser muy emocionante, ¿verdad?

- Mamá- se quejó Eunsol, sabía que su madre se pondría a hablar y a hacer preguntas, no estaba con el ánimo suficiente para escucharla.

- Sólo estoy preguntando, Eunsol- respondió la pelirroja. La miró por unos segundos y preguntó, tratando de sonar relajada- ¿Sigues trabajando en...

- En la estación de servicio- completó la castaña cuando la mujer no supo cómo referirse al trabajo mediocre que tenía su hija. Escuchó a su padre reír sarcásticamente y Eunsol lo miró de inmediato- ¿Hay algo que quieras decir, papá?

- Siempre tomas tan buenas decisiones en tu vida- expresó él con evidente sarcasmo.

- Hago lo que quiero- dijo Eunsol obstinadamente.

Miradas hostiles cruzaron la mesa y nuevamente se instaló aquel incómodo silencio. Jungkook jugó un tiempo con la copa media vacía en sus manos y decidió que sería mejor intervenir. O, en su caso, huir de la mesa.

- ¿Quisieran que traiga algunas bebidas?

- Sí, yo te acompaño- Jimin quiso levantarse también, pero la voz de Eunsol lo detuvo y él volvió a su lugar.

- No, yo lo ayudaré.

Eunsol y Jungkook se dirigieron hacia la barra, esperando ser atendidos. Jungkook no quería mirarla, pero sentía la penetrante mirada de la chica puesta en él.

- ¿Por qué no le dices que tome el jodido coche y se marche de aquí?

Jungkook suspiró mirándola por un momento antes de volver su mirada al frente- Sólo consigamos las bebidas, ¿de acuerdo?

- No, escúchame, tú y...- Eunsol fue empujada hacia un costado cuando un tipo enorme y con abundante barba se aproximó a la barra, colándose cuando en realidad era el turno de Jungkook para ser atendido.

- Oye, acabas de empujarla- Jungkook se dirigió hacia aquel tipo, ira consumiéndolo de a poco cuando el otro decidió ignorarlo. Hizo a un lado a la chica, haciendo oídos sordos cuando ella le pidió que no se meta en una pelea por una tontería, pero de todas formas él se acercó al tipo- ¿Acaso no me escuchaste? La empujaste, pídele disculpas.

The Greatest //KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora