005; Un Poco Sospechoso.

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          En la escuela, Atsushi se veía un poco preocupado y distraído mientras su mente divagaba en cosas que sólo hacían exaltar diez veces más a su ya débil corazón.

Pues, ¿Qué pasaría si un día llegaba a casa y su departamento había sido robado por aquel extraño?

¿O qué tal que sólo buscó meterse a su casa para sacar provecho de su situación y así conseguir un lugar para vivir?

¿Tal vez buscaba sólo aprovecharse de él de maneras no aptas menores?

Sin duda, su mente era un embrollo que lo hacía divagar entre las posibilidades; Desde las más absurdas, hasta las que llegó a pensar que podrían hacerse en verdad reales.

Podría verse como un idiota, —Y tal vez lo era.— Pero, ¿Y qué?
Sólo estaba siendo precavido...

—¡Ahg! ¿Qué sucede?— De repente, volteó molestó, pues un poco de arroz había caído justo en su nariz. Molestandolo y haciéndolo ver mordaz al pelinegro que lo había sacado de su ensoñación.

Quitó los restos de su nariz, sin duda Akutagawa parecía divertido con aquella acción.
Burlarse del peliblanco era uno de sus pasatiempos favoritos a decir verdad.

—¿Qué tanto sueñas, princesa?— Preguntó cuando lo vio más calmado, este sin dudarlo volvió a comer de su almuerzo hecho a último momento.

—No me digas así.— Atsushi carraspeo su garganta.—. Y no es nada que te importe, son asuntos personales.

Y no dio más explicaciones.

Eso a Akutagawa le parecía sumamente extraño, pues usualmente Nakajima resultaba ser una persona bastante abierta, sobretodo con él.
Podría considerarse a sí mismo como una especie de "Mejor Amigo."

Además, Ryounosuke no era ningún idiota. Hacía tiempo que había notado algo extraño en la forma de su actuar.

Podría parecer el típico joven que aún es alegre y despreocupado, pero al pelinegro le daba una cierta espina de incomodidad.

Este suspiro y hablo con rigidez;

—Iré a tu casa el sábado.— Canturreo, prácticamente invitandose sólo como siempre. Atsushi tosio al escuchar aquello y negó.

—¡No!— Prácticamente gritó. Llevándose de paso una mirada extraña por parte del pelinegro.

—¿No?— Inquirio.—. ¿Por qué de repente...?

—No... No puedes ir este sábado... Tendré planes.

A Atsushi le tembló la voz, aunque aquello no fuese una mentira del todo. No quería ser regañado por Akutagawa cuando este se enterará que prácticamente a admitido a un vagabundo dentro de su hogar.

Estaría totalmente en desacuerdo e incluso le obligaría a mandarlo de vuelta a las calles.

Atsushi tenía un corazón muy noble como para permitir algo así.

—Pero tú nunca sales a ningún lado, idiota.— Ryounosuke lo volvió a atacar con aquellas palabras, reprendiendole. El peliblanco se sentía como un niño pequeño justo ahora.

—Bueno, yo... ¡Cuidaré a la hija de una vecina!— Poco a poco su voz fue bajando volumen.—. Y bueno... Es... Por eso que... No puedes... Ir...

Con la punta de sus dedos índices tímidamente juntos, sus ojos temerosos y aquella aguda voz que hacía erizar todos sus vellos, Akutagawa maldijo por lo bajo por aquella imagen tan tierna que se le estaba presentando.

Atsushi era un maldito ángel ante sus ojos.
Pero tampoco evitó sentir un poco de sospecha por aquella actitud tan repentina.

Estaba dispuesto a hablar y sacarle todo a aquel chico que tan confundido lo traía, más sin embargo, la campana anunciando el término del almuerzo lo hizo maldecir por lo bajo por nueva cuenta.

Strange Pet.© [DazaTsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora