9. Cobrando el favor

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- Evelyn no salgas de tu cuarto, hoy vienen mis amigos.

- Si si- estaba acostada en mi cama con el celular. Era sábado y no tenía ganas de mover un dedo. Tenía mucha tarea, pero peor aún, el de historia me asignó un trabajo con Jacob. Para mí el profesor sabe que me llevo mal con él y me lo hace a propósito. Como es de costumbre, vienen los amigos de mi hermano para jugar básquet en el patio, a la play, hablar, etc. Yo por lo general buscaba una escusa para salir de casa pero hoy no tenía ganas. Después de media hora tuve que hacer mi primer salida: buscar provisiones. Cuando llegué a la cocina me serví agua y busqué las papas fritas en el armario.

- Hola- inmediatamente me asusté y cayeron las papas- ni que hubieras visto un fantasma- Jacob estaba de pie riendo, mientras yo levantaba las papas.

- Genial, otro amigo de mi hermano que tendré que soportar cada vez que vienen.

- Tampoco es tan malo. Además te quedas encerrada en tu habitación, no nos ves mucho.

- Me quedo encerrada por ustedes.

- ¿Y si no estuviéramos andarías paseando por la casa?- touché.

- Da igual, me voy.

- Pero antes- me dió un empujoncito para que vuelva atrás- tenemos que ponernos de acuerdo con el trabajo práctico. También recuerda que me debes un favor.

- No lo decía en serio...

- Pues no tendrías que haberme dicho eso a mí porque yo nunca olvido las cosas y...- se acercó y me susurró al oído-  Jacob Evans siempre sale ganando- me tomó de una mejilla, me dió un pico y se fue. Me gustaría decir que le di una cachetada, una patada, pero no, me quedé inmóvil, no sabía cómo reaccionar. Subí a mi habitación y me quedé pensando ¿Que es lo que me iba a pedir Jacob? Mientras miraba al techo me llegó un mensaje.

Jacob: Hola preciosa 😘

Evelyn: Qué haces hablándome desde a unos metros?

Jacob: Es la única forma, no creo que bajes y no creo que tú hermano me deje ir hasta tu cuarto

Evelyn: Qué quieres?

Jacob: Ya he pensado en el favor que me debes

Evelyn: Yo no te debo nada

Jacob: Quiero que hoy a la noche vengas a mi casa

Evelyn: Para que?
               Para que "me hagas tuya"?

Jacob: Eso también, pero me quiero sacar de encima el trabajo de historia

Evelyn: Nunca te podrás acostar conmigo

Jacob: Te prometo que como estés media hora en mi casa verás que no

Evelyn: Aha🙄

Jacob: Compruébalo hoy, ven a las 8

Evelyn: No

Jacob: No puedes decir nada, me lo debes, además tenemos que hacer el trabajo
             Nos vemos😉

¿Cómo me metí en esto? Hoy no tenía ganas de levantarme de la cama y ahora me voy a la casa de un chico que se quiere acostar conmigo.
A las 8 salí de mi casa, siempre temprano, y me fui sin que mi familia me viera, no quería dar explicaciones.
Toqué el timbre y Jacob me abrió.

- Terminemos con esto de una vez.

- Hola, también me da gusto verte- al escucharlo rodé los ojos. Su casa era hermosa: tenía unas ventanas enormes y en su mayoría era todo blanco, desde lejos veía la cocina que también era un sueño. Nunca había visto la casa por dentro.

- ¿Sorprendida?

- Si...

- Mis padres se encargan de dar siempre una buena impresión, que mejor que comprar una casa gigante. Ven- me llevó hasta el living. Empezamos haciendo el trabajo, el lo escribía en su notebook y yo buscaba las respuestas en el libro. Los dos sentados en el gigante sillón. Luego de una hora decidimos descansar.

- ¿Y tú familia?

- Mis padres llegarán para la hora de la cena y Dylan supongo que en la casa de alguien.

- ¿Cuánto falta para terminar el trabajo?

- Un cuarto- suspiró y se estiró- pero creo que por hoy es suficiente.

- Bueno, entonces creo que ya me puedo ir- pero Jacob se abalanzó sobre mí y quedamos recostados en le sillón, yo debajo de él.

- Creo que ahora empezaré a cobrar mi favor.

- ¿Q Qué haces?

- Déjate llevar Evelyn, por una vez deja que otra persona lleve el control. Dime qué no quieres que siga y no lo haré- dijo esa frase rozando sus labios con los míos. No sabía que decir, estaba confundida, ni siquiera sabía lo que quería. Luego de unos segundos de silencio por fin me besó. No me podía quejar, no recordaba lo bien que besaba. Empezó a besar y lamer el cuello, no podía dejar de dar suspiros de placer. Justo en este momento sentimos que se abría la puerta principal de la casa.

Soñar Es GratisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora