Soñar Es Gratis

14.Peleas de niños

Entré a casa dispuesta a hablar con mi hermano. Subí las escaleras y entre directo al cuarto de Logan que estaba sentado frente a su computadora.

- ¿Qué carajo te pasa? ¿No sabes tocar la puerta?- dijo sin darse vuelta.

- Claaro, me había olvidado que tú siempre tocas mi puerta antes de entrar.

- ¿Qué quieres?

- Nada Logie..- dije mientras me apoyaba contra el marco de la puerta. Cuando pronuncié esas palabras se dió vuelta de inmediato mientras se me escapaba una sonrisa victoriosa.

- ¿Cómo me llamaste?

- ¿Hmm? ¿Logie?

- ¿De dónde has sacado eso?

- ¿De qué hablas? ¿Hay alguien más que te llame así?

- Nno.

- ¿Me puedes decir la puta verdad?

- No sé de qué mierda me hablas.

- De que rompiste la regla ¿Tal vez? ¿Te suena el nombre Jackie?- al escuchar su nombre de puso de pie.

- Escucha Ev, yo...- la primera vez que me llama Ev.

- Escúchame, le haces algo y te juro que convierto tu vida en un infierno. No me quiso decir nada pero sospecho que le has hecho algo.

- ¡No le he hecho nada y tampoco es mi intención! ¡Es la única chica que quiero de verdad!

- No te preocupes, tu rompes las reglas, yo también.

- ¿Qué vas a hacer?

- ¿Cuál de tus amigos te cae mejor?

- ¿Ethan? ¿Dylan? ¿Mike?

- Que yo recuerde no tienes una mente tan malvada, eres toda una niña inocente.

- Ponme a prueba, hazle algo a Jackie o a cualquiera de mis amigas y conocerás mi lado oscuro.

- Pero yo...- antes de que termine cerré de un portazo. Por lo que me dijo Jackie parecía que Logan le había hecho algo pero no soy quien para meterme. Mientras estaba recostada en mi cama escuché el timbre. No le preste atención pero al cabo de unos minutos entra mi madre al cuarto.

- Es para tí- dijo y se fue ¿Y ahora que? Falta que venga Emma y me diga que se hizo lesbiana. Mi cerebro ya procesó demasiados secretos por hoy. Bajé las escaleras y al abrir la puerta me encontré con Jacob.

- Hola- dijo con su media sonrisa haciendo que se le marcó el hoyuelo derecho. Antes de que siguiera hablando cerré la puerta detrás de mí haciendo que quedemos los dos del lado de afuera de la casa.

- ¿Qué haces aquí?

- Oye que agresiva, solo vine a buscar mi buzo. Estaba de pasada y supuse que si no venía a buscarlo nunca lo recuperaría.

- Que exagerado, te lo iba a devolver.

- Hace días me vienes diciendo eso y aquí estamos ¿Porqué tardaste tanto?

- Te juro que el otro día lo tenía en la mochila pero...- inmediatamente recordé a él besándose con la nueva- note ví a la salida.

- Si yo estaba esperándote.

- Esperando mientras te besabas con la nueva ¿No?- se quedó en silencio hasta que esbozó una sonrisa. Mierda ¿Lo pensé o lo dije?

- Ahora entiendo, por ahí van los tiros ¿Celosa?

- No, para nada. Solo que fue molesto esperar mientras te estabas besuqueándote con una chica.

- Si querías estar en su lugar bastaba con decirlo princesa.

- ¿No te cansas? Sabes, no pienses que todas las chicas van detrás de ti, eres insoportable, egoséntérico y piensas que puedes hacer lo que quieras, haciendo que otras personas esperen a que termines de comerle la boca a alguien, pareces un puto niño- cuando terminé la frase me arrepentí al instante. Ni siquiera sabía por qué estaba tan enojada. Acercó su cara a la mía, se notaba que estaba enfadado.

- ¿Esperar? ¿Hablas en serio? ¿Crees que no te vi irte con mi hermano?
No sé de qué me criticas tampoco ¿Te crees la reina que puede decidir qué hacen los demás con sus vidas? Pues no ¿Sabes que? Quédate con el puto buzo que ya no me interesa. Tampoco me interesas tú, solo eres una niña que no a madurado lo suficiente y encima me llamas a mí niño- no pude evitar soltar unas lágrimas y noté la cara de arrepentimiento de Jacob. Cuando él abrió la boca para hablar abrí la puerta y salí corriendo hacia mi cuarto con lágrimas en mis mejillas.