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Jean Grey era mi mejor amiga en toda la escuela, y creo que yo era lo mismo para ella. La mayoría del tiempo los demás la veían como la rara porque no tenía amigos excepto a mí y sus poderes a veces resultaban en caos cuando se salían de control. Lo cual me parece un poco injusto. Todos estábamos en esta escuela porque era la opción más segura, porque no teníamos a donde ir sí no sabíamos controlar nuestros poderes.
Los que se la pasaban en la parte trasera a la hora de las clases sólo se ponían a murmurar sobre los demás a los que sí nos interesaba saber dominar el control. Por suerte Jeremy no era de esos.
—¿Entonces qué más pasó?
—¡Salí huyendo como una estúpida!
—¿Sólo por decirte que tienes unos ojos muy bonitos saliste corriendo?
Me cubro la cara con las manos. Mis mejillas debían estar rojas por la vergüenza que me generaba estar hablando de lo que pasó anoche cuando era más que evidente que ya para este momento Jeremy debía verme como una demente.
—Por favor, no lo digas en ese tono.
Jean se ríe poniéndose de pie. La oigo moverse por toda la habitación a la espera de que me recupere de mi actual estado avergonzado. Aunque creo que no lo superaré jamás.
—Me parece que estás exagerando un poco. Tu cabeza es un lío en estos momentos.
—Pero es que...
Jean se me acerca quitando las manos de mi cara para que la mire. Lo más llamativo de ella sin duda alguna era su cabello color zanahoria.
—Hoy será un día normal de clases aburridas, y si ves a Jeremy dejarás que la cosa ocurra de manera espontánea.
—¿Y si lo asusté por completo? Debe estar pensando que soy la más loca de la escuela. ¿Cómo se me ocurre entrar en pánico después de que prácticamente estábamos en medio de una plática normal?
Jean sonríe. Y eso me calma un poco. Eran pocas las veces que la veía tan tranquila. Por lo regular se la pasaba en una esquina alejada de todos, eso era a causa de los comentarios que rondaban por toda la escuela sobre que era la más rara del lugar. A nadie le gusta ser amigo de un raro.
Para eso estaba yo.
—Si quieres hacerte llamar la más loca de la escuela, primero tendrás que quitarme el título.
Me pongo de pie esperando que este día fuera tan aburrido como los anteriores. Sin que nada se saliera de lo común. Le agradezco a Jean por levantarme un poco el ánimo y salimos juntas de la habitación.
