Capítulo 3

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Los días pasaron rápidamente para ambos, Kouki conoció a los demás miembros de la banda: Aomine en la batería, Kuroko en el bajo, Kise en el teclado y Akashi en la guitarra.

—Pero pensé que Akashi kun era el baterista —había dicho Kouki al ver el pelirrojo colocarse una guitarra azul.

—Si, prefiero la batería pero Aominine no sabe tocar la guitarra. —El mencionado apretó los ojos y movió la boca mientras repetía lo dicho con voz de ratón.

—Prifiiri li bitirii.. —El pelirrojo lo miró y se calló— Bueno, vamos a practicar o a conversar?

Kouki se sentó en un rincon, en silencio mientras los observaba con atención, Akashi lo veía de reojo, pensando que en verdad parecía un cachorro amaestrado, esperando la siguiente orden de su amo. Sacudió la cabeza cuando el pensamiento sonó demasiado erótico para su gusto.

—Y quién va a ser el vocalista? —preguntó Kouki cuando terminaron. De pronto todos cobraron interés en mirar sus pies— No tienen uno?

—Había, pero era muy problemático.. Haizaki. —respondió Kuroko bajando su instrumento.

—Eh? Pero entonces no van a tener uno?

—Bueno, hay muchas bandas instrumentales —se hundió de hombros Kise.

—No seas idiota, rubia. No vamos a ser conocidos si no tenemos una voz que llame la atención. El vocalista es lo primero que se ve en una banda.

Akashi guardó su púa, no tenía intención de volverse un profesional, sólo disfrutaba de tocar con sus amigos.. Pero quería ser tomado en serio.

—Además, deberíamos conseguir uno antes del festival escolar —dijo Aomine tocando un ritmo veloz.

—Vamos a tocar ahí?! —exclamó Kise apoyando las manos en el teclado, creando un sonido que casi ensordeció a todos— ah, lo siento.

—Debemos hacerlo —llamó la atención de todos la profunda voz del pelirrojo— así verán de lo que son capaces estos Milagros.

Todos vieron su sonrisa de lado y asintieron, todos excepto el castaño, quien se quedó viendo su seguridad con la boca abierta, como si de pronto hubieran abierto una ventana que iluminó toda la habitación.

—Y por qué no cantas tú, Akashi kun?

El ensordecedor silencio que le prosiguió a esa pregunta fue suplantado por una catarata de carcajadas. Kouki enrojeció de inmediato.

—Si él está al frente y es lo primero que se ve, el público va a salir corriendo! —se reía el rubio.

—"Les ordeno que me escuchen" —lo imitó Aomine e incluso Kuroko contuvo una risa.

Kouki miró avergonzado al guitarrista, quien apretaba la mandíbula y el puente de la guitarra. El castaño tragó saliva y se puso de pie.

—Pues yo creo que tiene una hermosa voz! —Todos lo miraron mientras suspiraban para recuperar el aliento— Quiero decir.. Es muy profunda y suave a la vez. Cuando susurra es como si sintiera un escalofrío en mi espalda.

—Nadie niega que tiene una bonita voz, Furihata kun —dijo el de cabello celeste— pero su apariencia.. Podría ser aterradora.

—Pues.. !

—Kouki —lo cortó el pelirrojo y lo tomó del brazo— acompañame a beber algo. Tengamos un receso.

Le dijo lo último a la banda y jaló del brazo a Kouki, a pesar de que estaban en casa de Kuroko, cuya madre no se quejaba del ruido porque trabajaba todo el día.

—Creí que habías comprado bebidas, Kurokochi.

—Creo que querían tener tiempo a solas.

—Cuando se van a dar cuenta de lo que sienten esos idiotas? —resopló Aomine— deberían besarse y ya.

—Tu sutileza me perturba, Aomine kun.

Akashi apretó el botón de la maquina expendedora luego de que tragara el billete, pero la bebida no salió. Le dio una patada y otra más hasta que cayeron dos latas de refresco.

—Akashi kun, te encuentras bien?

—Si, —suspiró acomodando su cabello— ven, sentemonos ahí..

Se acomodaron a un lado de la tienda, en un asiento de cemento frente a la calle. Le tendió la lata y el castaño la agradeció. El pelirrojo abrió la suya y le dio un largo sorbo acompañado de un suspiro.

—Akashi kun.. Lamento haber dicho eso. —el mencionado bajó su bebida y lo miró. Kouki giraba su lata entre manos, ocultando sus ojos.

—No tienes qué, ellos son así, medio idiotas. —se rió.

—Pero en verdad creo que tu voz es muy hermosa. —Akashi dejo de reír, y lo observó.

—Opino lo mismo de ti —el castaño lo miró y él le sacudió el cabello— tú deberías ser nuestro vocalista.

—Pero yo no sé..

—Tranquilo, no voy a pedirte que lo hagas —bebió un sorbo y agregó— De seguro tienes pánico escénico o algo así..

Kouki bajó sus ojos con un ligero temblor en el labio, el pelirrojo lo miró curioso, ¿habría dicho algo inadecuado? Era obvio que el chico tenía mas nervios que un chihuahua enfadado.. Nunca lo arrinconaría a..

El castaño tomó un largo respiro, alzó el rostro con los ojos cerrados y cantó.

Un escalofrío recorrió el cuerpo entero del pelirrojo. Se le cayó la bebida mientras su corazón se ralentizaba, palpitando lento y profundo mientras oía la voz ser expulsada de sus rosados labios.

Su voz demostraba las emociones de la balada como si tuviera el pecho abierto, mostrando su corazón sangrante. Le picaron los ojos pero era incapaz de voltear o parpadear, su voz era demasiado atrayente, equilibrado entre el tono de un hombre y una mujer, ni muy grave ni muy suave, era como olas de sonido rompiendo en sus oídos.

—Desde cuando..? —dijo cuando acabó, secándose los ojos antes de soltar las lágrimas.

—Mi madre. Te dije que nunca escuché rock, es porque ella es maestra de canto lírico. Ella me enseñó. —Le sonrió, pero no era la cegadora sonrisa usual, sino una más reservada, más dolida.

Akashi parpadeó y sonrió abiertamente.

—Esto es perfecto! Tú serás nuestro vocalista! Hay que mostrarle a los chicos! —Lo tomó del brazo entusiasmado, casi corriendo a la casa de Kuroko, pero Kouki plantó los pies en el suelo— qué sucede?

—Tenías razón, yo no puedo cantar —decía negando, con los ojos fijos en el piso— yo.. Tengo pánico.

—Es broma? Que hay de lo de recién? Eso fue increíble! Tu voz es increíble —aseguró sujetándolo de los hombros, sacudiendolo para que entendiera— acabas de cantar en público.

—No puedo.. Sólo pude porque era Akashi kun.

El pelirrojo sintió que el piso se sacudió bajo sus pies, el estómago le cosquilleo mientras las mejillas le ardían. Allí donde sus dedos tocaban al castaño, sentia arder. Y de pronto el frío, el gélido frío que acompañó la huida del chico.

No fue capaz de mover sus pies, se quedó viéndolo correr hasta que Kuroko abrió la puerta y lo llamó.

—Akashi kun?

—Conseguí un vocalista —dijo sonriendo mientras entraba a la casa, la expresion de Kuroko se iluminó— pero no quiere cantar en público.

—Y por qué lo dices sonriendo, imbécil? —dijo Aomine golpeando su hombro.

—Porque es hermoso. —los demás integrantes lo vieron con los ojos muy abiertos— su voz es hermosa.

—Acaso hablamos de..?

—Sí, es Kouki.

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