Capítulo 4

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Disclaimer: los personajes de kuroko no basket y las imágenes utilizadas no me pertenecen y sólo las uso con fines de entretenimiento.

Akashi tuvo que esperar todo el fin de semana hasta poder hablar con el castaño a la cara, se había devanado los sesos buscando en internet maneras de perder el miedo a cantar en publico, perder los nervios, etc. Pero nada de eso funcionaría si el castaño se negaba tajante. Debía encontrar la manera de atraerlo. Su primo Murasakibara dijo que lo sobornara con dulces, pero dudaba que eso funcionase.

¿Por qué había estudiado canto con su madre si se negaba a exponerlo al mundo?

Akashi no lo entendía, y tampoco entendía las cosquillas en su estómago al recordarlo cantar. Por eso decidió una jugada arriesgada.

...

Kouki entró al instituto con un bostezo. Había ignorado cada mensaje y llamada de los chicos de la banda, incluido Akashi. Le apenaba, cada vez que veía su nombre en la pantalla se mordía el labio y miraba a otro lado, no podía ser parte de su banda. Él no era como ellos.

Pasó por la cafetería donde las grandes pizarras tenían los puestos de los últimos exámenes, donde mostraban a los promedios del instituto por orden de puntaje. Recibió varios codazos y pisó a varias personas hasta que encontró su puesto: número 27. Suspiró y sonrió, el 27 de 400 personas no estaba mal. Entonces escuchó algunos susurros que llamaron su atención.

—Eh? Ése chico raro tuvo el primer puesto? No es posible! —dijo una chica.

—Si.. Y pensar que con esa apariencia es tan listo.

—No será que se copió? —dijo una tercera— escuché que su padre es uno de los benefactores del instituto.

Intrigado pidió permiso hasta que vio los primeros cinco lugares.. Y el primer puesto le quitó el aliento..

Salió corriendo mientras sujetaba su mochila en un hombro, pasó volando por el pasillo de su salón chocando en el camino a un elegante chico que venía en sentido opuesto.

—Kouki?

El mencionado tropezó al frenar de golpe, la mochila se le fue hacia delante y casi cae de bruces.

—Akashi kun? —Vio al pelirrojo con la boca abierta: No tenía piercings, ni collares, ni anillos, llevaba una camisa negra y un pantalón gris de vestir— que te pasó?

—Ouch, —se rió— a dónde ibas tan a prisa?

—Te iba a decir que.. ¿Acaso te vestiste así por los exámenes? —el pelirrojo ladeó el rostro confundido— estás en primer lugar de todo el instituto.

—Eso? Pff, yo no hago caso a esos estúpidos ranking —dijo con un ademán de molestia.

—Entonces.. Estás así.. —Bajó el rostro apenado— para demostrarme que tú también puedes hacer algo que te incomoda, para insistirme que cante?

Akashi tuvo un espasmo, Kouki lo miró y entonces el pelirrojo soltó el aire con una carcajada. Se sujetó el estomago y se dobló mientras reía. Al castaño le subió el calor hasta el rostro.

—Oye! Ya no te burles..

—Lo siento, lo siento —Se secó una lágrima y acortó la distancia— estoy así vestido porque ayer fui a una cena de negocios con mi padre y hoy me desperté tarde, no tuve tiempo de cambiarme —Le acarició la mejilla— tienes mucha imaginación.

El castaño evitaba su mirada, estaba avergonzado y confundido.

—Tu padre es alguien importante?

—Digamos que sí.

Retiró la mano y echó su cabello hacia atrás, despeinándolo como siempre. Dio unos pasos hasta una ventana, se apoyó en ella con un largo respiro y miró al horizonte. Kouki contuvo el aliento cuando la luz matutina iluminó sus cabellos rojo sangre y su blanca piel cual nieve, haciendo más intenso el contraste de colores.

—Pero su éxito me trajo más molestias que alegrías. —Apoyó su rostro en una mano y Kouki se le acercó.

—Por qué lo dices?

—Por las interminables clases luego de la escuela, por la exigencia de ser perfecto —decía con molestia— Por obligarme a ser fuerte aún en mis peores momentos.. Sólo para guardar las apariencias frente a sus socios.

Akashi no se mostró débil, su mirada era la de un altivo león que recuerda su triste pasado con una sonrisa orgullosa, sus ojos decían "sí, sufrí por eso, pero no voy a dejarme vencer". Y aunque su exterior era tan fuerte e indomable como un huracán, tan seguro e inflexible como una puerta de acero, Kouki vio la fragilidad que se afanaba en ocultar.

—Puedo abrazarte? —dijo con un nudo en la garganta, el pelirrojo lo miró con las cejas alzadas, aún así Kouki estiró los brazos y hundió el rostro en su cuello.

Sintió la tensión en su cuerpo, la manera en la que se contenía de corresponderle, por eso lo abrazó con más fuerza, dejando caer su mochila con un ruido que hizo eco en el pasillo, apretándolo para transmitir el calor en su pecho a través de la ropa. Finalmente una lenta mano se arrastró por su espalda y otra por su cintura, sintió escalofríos pero no se apartó. Sentir el perfume masculino de Akashi, la fuerza de sus brazos, su firme pecho esculpido cual roca y su tibio aliento en el oído era lo más cercano a un hogar que hubiera sentido en meses.

Se sentía seguro y confortable con él.

La campana sonó y Kouki se alejó un poco, pero su mejilla fue atrapada por un beso furtivo. Entumeció el cuerpo como si estuviera petrificado. La boca de Akashi se apoyó en su piel con gentileza, la tibieza de su aliento lo hizo temblar. Los brazos del pelirrojo lo mantuvieron inmovilizado hasta que se apartó, expectante.

El castaño se perdió en los ojos opuestos, como si saltara en una piscina sabor frutilla, parpadeó varias veces y le sonrió.

—Debemos ir a clase! —dijo reaccionando, lo jaló del brazo mientras corría, Akashi lo siguió, sonriendo.

...

Mueran de diabetes! Jajaja. Estos dos son muy tiernos.
Espero que no sea muy confuso seguir esta y Rivalidad, ya que ambas son en escuelas.
Quedó un poco corto pero espero que les haya gustado! Pronto vamos a llegar al final. Gracias por leer!

Saludos!

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