— ¿Qué es esto? —Se quejó Liam a mi lado confundido mientras nos acercabamos en 1017 Hawthorne Drive.
— Me dices a mí —Respondí, sacudiendo mi cabeza a la patética propiedad.
El césped estaba cubierto de malas hierbas parecía que habia sido descuidado por un año, estaba cubierto por mesas de plástico y grandes cajas de cartón.
Había unas cuantas señoras de mediana edad y un anciano observando lascosas que estaban dispersas a lo largo de las mesas y arrastrando los pies a través de cajas de basura.
Se veía como una antigua venta de garaje.
La casa detrás del sucio césped parecía como si hubiera estado vacía durante un tiempo, con enredaderas de hierba por los lados y su pintura blanca picada en varios lugares a lo largo del exterior y el postigo de la ventana izquierda colgaba del gancho.
— ¿Está es... la casa de mi padre? ¿Del duque Daniel Harper? —Jadeé con incredulidad. —Esto no puede ser cierto...
Me adelanté a una anciana detrás de las mesas que parecía estar manejando la venta.
— Disculpé —Le dije sin aliento, mi corazón se aceleraba, ya que exigía respuestas. —¿De quién es esta casa?
La anciana frunció ligeramente el ceño cuando contestó.
— Bueno, no sé, cariño. Creo que fue un hombre con el nombre de Daniel. Daniel Hartford —Pensó, frunciendo las cejas.
— ¿Se refiere Harper? ¿Era de Daniel Harper? —Pregunté frenéticamente, apoyadome en la mesa de plástico.
— En realidad, sí. Sí, Harper. Creo que ese era —Asintió con una sonrisa.
Aspiré una bocanada de aire antes de que continuará con mi interrogación.
— ¿Qué paso de él? ¿Lo sabe? ¿Se mudó? O el... ¿m-murió? —Tartamudeé, mi corazón se hundia con la posibilidad de que mi padre estuviera muerto.
Yo siempre asumí que mi padre se había unido con mi madre en el cielo hace un tiempo, pero el rumor nunca fue confirmado. La niña dentro de mí, no dejaba de lado esa pequeña esperanza de que quizás, en algún lugar, de alguna manera, mi padre aún vivía.
Y, al igual que mi mamá siempre me había dicho repetidas veces durante toda mi infancia, él todavía me ama mucho.
— Oh, ahora no lo se querida —Su sonrisa se desvaneció — El solo me pidio que lo ayudara a vender algunas de sus viejas cosas.
— ¿Todo esto? —Le hice un gesto señalando las cosas a las viejas cosas sobre las mesas. — ¿Todo esto es de el?
— Creo que si, querida. Lo siento, no tengo más que decirte. —Ella parecia genuina.
Asentí. — Gracias.
Me di vuelta para encontrarme con la cara de Liam.
— Una venta de garaje, ¿entonces? —Torció la boca hacia arriba en una sonrisa juguetona.
— Supongo —Suspiré mirando al suelo, decepcionada por mis resultados.
— ¿Qué? ¡Hey, ___! Es un buen empiezo. —Razonó, colocando ambas manos sobre mis hombros — Imagina el tipo de cosas que pudiéramos encontrar. Estas son sus cosas, ¿cierto?
— Quiero decir, si...
— ¡Entonces vamos a comprar!
No podía dejar de reír ante el entusiasmo exagerado de Liam. Era obvio que estaba haciendo todo esto para hacerme sentir mejor.
— Podría tomar horas para pasar por todo esto —Murmuré pesimista.
— Tenemos tiempo. Apenas es la una, sólo tengo que estar de regreso a las siete esta noche, los chicos y yo tenemos una firma de autógrafos.
— Oh —Asentí.
Así es, una firma de autógrafos. Debido a que eran famosos. Debido a que eran One Direccion.
En los últimos cinco días, el tiempo que había pasado con los chicos parecían normales. Me trataron de manera no diferente, y fueron muy amables, lo que me hizo olvidar su fama.
— No te preocupes, solo sera entre una hora y media. —Se rió entre dientes, sintiendo que me asustaba la idea de estar solo. — Tu no te deshaces de mí tan fácil. Me sigue llamando el sofá — Me guiñó un ojo, haciendome sonrojar.
Decidimos que sería más eficaz dividirnos y examinar por separado para obtener una mirada más a fondo a todo.
Fue sensación extraña, ya que nunca conocí a mi padre, pero al estar en contacto con sus cosas materiales que estaban su vida.
Me sentí como La Sirenita en su cueva submarina de las maravillas, asombrada con las cosas que veia, como lámparas antiguas y cubiertas de polvo.
Eran normales, objetos ordinarios.
Pero para mí, eran más que especiales. Debido a que eran suyos. Pertenecían a mi padre.
Sonreí para mí cuando mi dedo rozó un trofeo con su nombre en él: Daniel Harper.
Me recordó el tipo de vida que mi padre vivía, imaginando cómo él pasó haciendo las cosas normales como leer el periódico y lavar el auto que nunca fui capaz de presenciar.
Busqué a través de múltiples cajas fuertes llenas de libros rotos y desgastados, encontrando desde las Crónicas de Narnia a La Odisea de Homero.
— De tal palo, tal astilla —bromeó una voz familiar detrás de mí.
Me reí de la ironía cuando me encontré con la cara de Liam sonriendo
— Oye, nos gusta leer. Y cuando los libros cuestan 50 peniques, ¡me puedo volver loca! "
La risa de Liam sonó agradablemente en mis oídos.
— ¿Encontraste algo bueno? —Le pregunté a medida que hojeaba el mar infinito de colección de libros de mi papá.
— No. No todavia. Pero buscare por aqui. —Hiso un gesto a una mesa que brillaba, ya que estaba llena de con varias piezas de joyería con brillo y porcelana fina.
Pasé otros sólidos diez minutos buscando a través del tipo de los libros que a mi padre le gustaba, y me arrepentí de nada.
Sentía que yo sabía la clase de persona que era, a través de su gusto por la literatura.
Saqué un viejo libro encuadernado en cuero de la bandeja y lo puse en mi regazo.
— Duque Daniel Harper —Leí en voz alta, admirando los bordados de oro de su nombre en la portada del diario.
Pasé a través de las páginas, y lo primero que noté fue lo horrible que era su letra. Era sucia y áspero, y una maraña enorme de cartas manchadas de tinta.
Tenía que entrecerrar los ojos para tratar de entender las palabras en la primera página.
"Septiembre 17 de 1991"
Yow, diario.
Es Daniel Harper. La verdad no tengo idea de que tengo que escribir en esta cosa. Creo qué, comenzaré contando mi día. Um, acabo de conocer a Mary Whitten hoy en una subasta de caridad, y mi madre esta tratando de que este con ella. Es molesto. Ella es linda y todo, pero de lo que puedo decir, ella es muy simple. Necesito a alguien mas divertida y emocionante. No a alguien poco convincente y aburrida. Nadie parece conseguir eso. Pero sé que está ahí fuera, en alguna parte. Voy a encontrar a la chica adecuada algún día. Bueno, supongo que eso es todo lo que tengo que decir.
Adiós.
Mi padre escribio esto hace casi de veinte años, un año antes de conocer a mi madre.
Mis venas hervian con el entusiasmo y la satisfacción del descubrimiento del diario personal de mi padre.
Mi mente corria con las piezas del rompecabezas que los pensamientos escritos por Daniel Harper contenian, y me ayudariá a conseguir mucho más acerca de todos los misterios oscuros de mi pasado y el pasado de mis padres.
Porque yo sabía, en el fondo de mi corazón, que mi mamá y mi padre jugaron un papel muy importante, haciendo el motivo por el cual el acosador me persigue.
Yo estaba un poco nerviosa y emocionada al mismo tiempo, por descubrir cuáles eran sus secretos.
Me puse de pie con una sonrisa grande, sostenia el diario de mi padre en el pecho como si fuera un premio que acababa de ganar.
— Muchas gracias —Oí la voz de Liam aproximadamente 10 metros de distancia mientras le entregaba a la anciana detrás de la mesa algo de dinero a cambio de una bolsa de plástico.
— Hola Liam, ¿qué acabas de comprar? ¡Oh! Y, que no adivinas lo que es esto —Levanté el libro. — ¡El diario de mi padre! ¡De hace veinte años! ¡Tiene el momento en que conoció a mi mamá!
— ¿Encerio? ¡Eso es genial! —Exclamó, casi saltando de emoción. —¿Qué es lo qué dice?
— Bueno, solo leí la primera pagina, pero habla sobre Mary Whitten...
— Genial. Muy bien. Eso es un buen comienzo. —Asintió —Leeremos esto en la noche, tenlo por seguro.
Sonreí por disposición a ayudar.
— Asi que, ¿Qué fue lo que compraste? —Pregunté de nuevo, mirando a la bolsa de plastico que llevaba.
— Oh, nada. Solo, uhm, algo de esta hermosa porcelana. Mi mamá lo colecciona, asi que pensé que le gustaria.
— Oh, esta bien. Eso es lindo. ¿Extrañas a tu mamá? —Pregunté entregandole a la anciana unas monedas para comprar el libro que llevaba en la mano.
— Si. Todo el tiempo. Siempre estamos fuera, y muy ocupados siempre. Estos dias he tenido suerte, por que no hemos tenido mucho por hacer. Como unas pequeñas vacaciones.
Asentí, mirando su sonrisa desaparecer transformandose en una mueca triste.
— Si. La extraño mucho.
— Igual yo. —Estuve de acuerdo, la cara mi madre aparecio en mis pensamientos.
— Bueno, ¿Lista para irnos?
— Si, espera un segundo. No he mirado la mesa de haya. —Apunté a la mesa en la parte trasera.
Liam me siguió mientras iba hacia la mesa con las pertenencias de mi padre.
Era sobre todo unos marcos de imagenes, cuyos precios ivan entre £1 a 5, dependiendo de la condición.
Apreté los labios mientras daba un rápido vistazo a ellos, sin encontrar nada de interés.
— Esta bien, no importa. Vamonos. — Toqué el hombro de Liam, indicandole que volvieramos al coche.
— Espera, ___, —El estaba concentrado en un marco de fotos con tres imágenes distintas que lo ocupaban, de lado a lado — Esta de aqui... esta pequeña niña de en medio, se parece un poco a ti, ¿no?
Aspiré una bocanada de aire, casi corriendo de vuelta a Liam, mi respiración irregular mienras temblando levanté la fotografía para observarla más de cerca.
En el extremo derecho, había una imagen descolorida de mi madre sonriendo, con su mano entrelazada con un hombre apuesto con el pelo sucio rubio y ojos verdes penetrantes.
Yo estaba mirando a los ojos de mi padre y mi madre, posando juntos y felices en una fotografía tomada el 06 de octubre 1992.
En el centro de la foto habia una de una pequeña niña, tal vez alrededor de los tres años, sentado en un columpio, su pelo castaño y rizado volando salvajemente en diferentes direcciones mientras se mecia, sus ojos verdes eran del mismo color que el hombre rubio de la imagen anterior.
La foto fue tomada mientras reía, mientras la boca de la adorable niña fue sonriendo hacia mí con una sonrisa con la boca abierta.
Yo estaba mirando una versión de mí misma a los tres años de edad.
— Es que... tu no crees que esa... ¿Pueda ser yo? —Susurré, mis ojos nunca se desgarraron de la chica alegre en la foto.
— ___, estoy muy seguro que esa eres tu. —Dijo firme Liam, — Mira, ella tiene esas pequeñas pecas justo debajo de su ojo izquierdo. Y mira la fecha: Julio de 1996. Tu habrías tenido como tres. Esa eres tu.
No queria creer que esa era yo. No queria aceptar que mi padre tenia una foto de mi en su casa todo el tiempo. No queria saber el hecho de que el sabia sobre mi existencia, y que ni siquiera me llamó para decirme feliz cumpleaños una vez durante mis dieciocho años de mi vida.
Durante todo ese tiempo, pensé que mi padre no tenía idea de que estaba viva, pero esta imagen demostraba lo contrario.
Y me hizo enojar al saber que él nunca se tomó el esfuerzo de conocer a su hija.
Me dolió.
Mis ojos lentamente se acercaron a la fotografía final en el marco de la imagen.
La foto de la derecha parecía más reciente, la fecha de captura en la esquina inferior derecha indicaba "28/3/2003".
Era una foto similar a la de la niña, excepto que era un niño en el columpio.
Se veia alrededor de los dos o tres años de edad en la foto, con los ojos de un color avellana, el pelo hirsuto rubio de oro que enmarcaba su lindo rostro.
— ¿Quien es este niño? —Pregunté confundida, no esperando a que Liam supiera la respuesta. — ¿Y... por que se ve tan... tan familiar a mi?
Liam se encogió de hombros.
Me senté pensando por un momento, mi mente dando vueltas con perplejidad.
Sentí un cosquilleo de vibración de mis bolsillos.
" Por que el es tu hermano, Samuel, de hecho tu ya lo conociste. Aw, ¿Tu lindo padre no te dijo sobre eso?